Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

EH Bildu, elemento clave también en la pugna entre las derechas

La coalición que lidera Laura Aznal está presente en la carrera preelectoral como arma arrojadiza de UPN para atacar a María Chivite, pero el PP está haciendo exactamente lo propio y acusa a Javier Esparza de ser amigo de EH Bildu. Y eso UPN no lo está dejando pasar.

Producto para redes creado por Nuevas Generaciones en Nafarroa.
Producto para redes creado por Nuevas Generaciones en Nafarroa. (NNGG)

Todavía falta para el pistoletazo formal que da arranque a la campaña electoral, pero una vez que el Parlamento bajó la persiana el jueves pasado, toda la actividad política se ejecuta para ganar votos. Ayer, el líder del partido mayoritario, Javier Esparza, llamó a la prensa para –en principio– hablar sobre fiscalidad y autogobierno. Pero el tema central de la rueda de prensa acabaron siendo las elecciones y el testeo de temas clave de la campaña. Acabó hablando, por tanto, de EH Bildu.

La normalización de EH Bildu ha sido el tema central de Esparza a lo largo de estos cuatro años. Ayer, volvió a cargar al PSN por tratar a la coalición abertzale «como un partido político más cuando no lo es».

Para Esparza, esa eventual subida de EH Bildu que figura en algunas encuestas también es responsabilidiad de María Chivite en Nafaroa y del PSOE en el conjunto del Estado. En opinión del candidato de UPN, los apoyos de la coalición abertzale están sirviendo para que «no se hable de lo que han sido porque no interesa y eso hace que haya gente que no tenga inconveniente en votar a EH Bildu».

Hasta aquí, todo entra dentro de los discursos habituales y de la centralidad que tendrá EH Bildu en el esquema electoral que plantea la derecha. La novedad, sin embargo, está en que, tras la partición de la alianza UPN-PSN, las mismas acusaciones que Esparza realiza a Chivite se las está haciendo a él la dirección del PP y, en Nafarroa, las juventudes del PP en productos para redes.

Nuevas Generaciones ha difundido un burdo fotomontaje donde aparecen entre corazones Bakartxo Ruiz, Uxue Barkos, Chivite Esparza. En la parte inferior, Pedro Sánchez le dice a Ruiz: «Bakar, y si sumamos a Esparza, felices los cuatro».

Para Esparza, con la difusión del fotomontaje, los miembros de las juventudes del PP «se retratan solos». A preguntas de los periodistas, señaló que «parece mentira que gente que ha estado en UPN aunque ahora esté en el PP no diga nada, merecemos un respeto», manifestó.

Un conflicto buscado

Pero la idea de una imagen así no es una mera salida de tono de un joven inexperto. El coordinador del PP, Elías Bendodo, en su última visita a Iruñea lanzó el titular siguiente: «UPN está en brazos del PSN y EH Bildu».

UPN no está dejando pasar este tipo de acusaciones, provocando que se amplifique su efecto, tildándolas de «ignominias» y acusando al PP de tratar de embarrar el terreno de juego para justificar la aceptación entre sus filas de tránsfugas venidos del partido regionalista, como su actual número 3, la exconsejera de Bienestar Social Maribel García Malo, o el candidato por Iruñea, Carlos García Adanero, antiguo secretario general de la Unión del Pueblo Navarro.

Desde la minúscula atalaya que le queda, el candidato de Ciudadanos, Fermín Pérez-Nievas, también centra su discurso en EH Bildu. En su caso, culpa a la coalición que lidera Laura Aznal de su más que previsible fracaso electoral. Su análisis es sencillo: si EH Bildu  entra al juego de las mayorías, no va a haber forma de arrebatar el Gobierno a María Chivite. De ahí que la decisión de romper la plataforma común que compartían PP, UPN y la formación naranja haya constituido un grave error que les abocará a fracasar en mayo.