Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

Un anónimo destapa los planes de Salud para privatizar los ensayos clínicos en Nafarroa

LAB, tras contrastar con los trabajadores de NavarraBiomed un aviso anónimo, revela presiones para que personal público facture como si perteneciera al instituto Idisna, participado por la Universidad del Opus Dei, al que el Instituto Carlos III suspendió la certificación como centro investigador.

El edificio del Centro de Investigación NavarraBiomed.
El edificio del Centro de Investigación NavarraBiomed. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

El modelo de investigación sanitaria pública en Osasubidea corre riesgo de quebrarse. Actualmente, las investigaciones de médicos y enfermeras del Servicio Navarro de Salud se vehiculan a través de la Fundación Miguel Servet y NavarraBiomed, ambas enteramente públicas. Son estas instituciones las que controlan, financian y monitorizan las investigaciones que realizan el personal de Osasunbidea y, a su vez, las que autorizan los ensayos clínicos –los medicamentos que se testan en humanos– a pacientes del sistema público.

El sindicato LAB ha advertido este miércoles de las presiones que están recibiendo los trabajadores de Miguel Servet y NavarraBiomed para que simulen ejecutar su labor desde otro instituto, el Idisna, que ya no es enteramente público, sino que cuenta con la participación de la Universidad de Navarra y de la Clínica Universitaria, ambas del Opus Dei.

«Sin entrar a valorar los intereses filantrópicos de la Clínica Universitaria, entendemos que nadie puede cuestionar tampoco que esta institución tiene otros intereses económicos que cuestionan el modelo», ha denunciado Imanol Karrera, quien no contempla que Nafarroa tenga un modelo de investigación sanitaria y de experimentación en humanos que no dependa en exclusiva de Osasunbidea.

El Idisna fue un proyecto fallido de gobiernos de UPN. Se creó en 2010 con la intencionalidad de que Nafarroa desarrollara un modelo de investigación sanitaria inédito en el Estado. Sería, en consecuencia, la única comunidad donde este tipo de investigación tan sensible no enteramente en manos públicas, sino en un ente mixto entre Salud y el complejo sanitario montado alrededor de la Universidad de Navarra. En un primer momento, este modelo de colaboración público-privado y la participación del Opus Dei se vendió como una ventaja sobre un instituto público, pero pronto se comprobó que no era así.

El Instituto de Salud Carlos III, la institución dependiente del Ministerio que acredita a los Institutos de Investigación Sanitaria (regulados por el Real Decreto 270/206), lejos de contemplar esto como un punto a favor de Idisna, puso muy en cuestión en modelo. Hasta tal punto que, como ha destacado Karrera, el Carlos III ha acabado por suspender a Idisna como instituto de investigación sanitaria. «El Instituto de Salus Carlos III piensa como nosotros. Se le ha suspendido la acreditación, precisamente, por la integración de entes ajenos a lo público». 

Idisna o NavarraBiomed, solo quedará uno

Conseguir que el Idisna recupere la acreditación le convertiría en candidato para recibir financiación estatal y comunitaria para proyectos de investigación. No obstante, LAB considera que, tal y como indicó el anónimo y habrían verificado los trabajadores, si NavarraBiomed y Miguel Servet comienzan a simular que el Idisna mantiene una actividad que en la práctica se realizan ellos, las entidades que quedarían comprometidas económicamente hasta no ser viables serían la propia NavarraBiomed y la fundación. 

Según LAB, el Gobierno navarro «es consciente de que Navarrabiomed y la Fundación Miguel Servet son perfectamente capaces de acreditarse como instituto investigador netamente público» sin necesitar a terceros, por lo que cuestiona «un plan de dudoso encaje legal para tratar de buscar la rehabilitación del Idisna ante los ojos del Instituto de Salud Carlos III».

El sindicato, incluso, asegura tener constancia de «presiones» a trabajadores y trabajadoras, que sus servicios jurídicos están analizando por si pudieran categorizarse como acoso, para que «empleados públicos de la Fundación Miguel Servet trabajen y facturen como si fueran el Idisna», una forma de proceder que «no es correcta ni desde la perspectiva ética ni desde la perspectiva laboral».

Karrera ha apuntado directamente contra el director general de Salud, Carlos Artundo, y Alfonso Martínez, gerente del Hospital Universitario, como los responsables de esta maniobra.