Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

Galdakao, entre asentar el cambio o volver al redil jeltzale

Galdakao, símbolo del cambio institucional vivido hace cuatro años en Hego Uribe, encara unos comicios donde se juega profundizar en el camino emprendido en 2019 o volver a la órbita jeltzale. La polémica artificial desatada por la web Galdakao Oroimena muestra la importancia de esta plaza.

Iñigo Hernando, alcalde de Galdakao, levanta la makila en la jornada de investidura.
Iñigo Hernando, alcalde de Galdakao, levanta la makila en la jornada de investidura. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Los resultados electorales, primero, y la consecución de la alcaldía, después, hicieron de Galdakao uno de los principales motivos de alegría para EH Bildu en Bizkaia hace cuatro años. Con cerca de 30.000 habitantes, se convertía con Durango en el municipio más poblado gobernado por la coalición, y junto a Arrigorriaga y Zaratamo hacía que Hego Uribe dejara de ser coto jeltzale y profundizaba en el cambio vivido en esa comarca en la última década.

El PNV, que padecía una situación convulsa en el municipio, ganó aquellos comicios, pero lo hizo por los pelos y empatando a seis concejales con EH Bildu. En ese contexto, la lista liderada por Iñigo Hernando logró aglutinar en torno a su candidato los votos de Usansolo Herria (dos ediles), Podemos-Equo (un concejal) y los cuatro representantes de Auzoak, sumando entre todos mayoría absoluta.

Diferente contexto

En el proceso que propició que el PNV perdiera el consistorio por primera vez en 40 años hubo dos temas que sobresalieron por encima del resto: Usansolo y el Metro. La situación administrativa del enclave y su largo camino hacia la desanexión lleva tiempo marcando la vida política galdakoztarra, con Usansolo Herria dando cauce electoral a esa demanda. Por su parte, la dilación en la llegada de la Línea 5 del Metro y las penosas condiciones para acceder a este medio de transporte fueron el caldo de cultivo para que surgiera la plataforma Auzoak.

De igual modo, la actitud ambivalente del PNV en el contencioso de Usansolo, y la supeditación del anterior gobierno municipal a las directrices forales y autonómicas en el caso del Metro, lastraron los resultados jeltzales y allanaron el camino a conformar una mayoría alternativa.

Cuatro años después, la situación no es la misma. En el caso de Usansolo, las Juntas Generales, con amplia mayoría, dieron el 23 de noviembre luz verde a la segregación, y aunque la Abogacía del Estado recurrió esta decisión, argumentando que vulnera el requisito de que los nuevos municipios tengan al menos 5.000 habitantes –no llega por poco–, el pasado mes de febrero el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) denegó la suspensión del proceso de desanexión, y la constitución del 113 municipio vizcaino sigue su camino. Aunque no podrá participar como tal el 28M, pues su constitución llega fuera de plazo, y será gobernado por una gestora, que se conformó el 4 de mayo con once integrantes y presidida por Agustín Aizpuru (Usansolo Herria). En principio, hasta las próximas elecciones.

Por otra parte, y más allá de las públicas turbulencias habidas durante la legislatura en el seno de Auzoak, el Gobierno de Lakua ya ha sacado a información pública el estudio informativo de la Línea 5 del Metro, y aunque resta toda la ejecución de la obra y los plazos expuestos (2027) son como poco arriesgados, el asunto ya no se encuentra en vía muerta.

De forma que Usansolo y el Metro van a seguir marcando parte de la agenda esta legislatura, pero en diferente tono y compartiendo protagonismo con otros temas.

Con todo, la diferencia respecto a 2019 no queda ahí. En primer lugar, porque el gobierno municipal, cuya labor también va a ser juzgada en las urnas, es de otro color, con el primer edil como figura más representativa. De ser un desconocido para buena parte del electorado hace cuatro años, Iñigo Hernando concurre ahora como primer edil, con el plus de notoriedad que eso aporta. Durante esta legislatura ha asentado un perfil de persona seria pero dialogante, y ha sabido salir airoso de un contexto dificilísimo –pandemia y crisis mediante– sin estridencias y sin limitarse a gestionar la herencia recibida.

La planta de placas solares prevista en Gorozibai, la mayor instalación fotovoltaica de Bizkaia, o el trabajo desarrollado en torno a la memoria histórica, con el Columbario de la Dignidad como principal exponente, han mostrado un perfil público más afilado del que algunos presumían cuando se hizo con la makila de alcalde. Y la polémica artificial desatada a mes y medio de los comicios en torno a la web Galdakao Oroimena parece de hecho un intento de erosionar su figura.

Está por ver si esa jugada va a ser suficiente para impedir que se repita la histórica imagen del 15 de junio de 2019, pero si esta se repite ya no será una sorpresa.