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El desastre de Kajovka deja a miles de personas sin vivienda, agua y luz

El desastre provocado por la destrucción de la presa de Kajovka ha dejado miles de hectáreas anegadas, áreas de cultivo perdidas y a miles de personas sin vivienda, suministro de agua y de luz. A ello se suma la amenaza de minas antipersona sin control en las zonas inundadas.

Fuerzas ucranianas trasladan a habitantes de Jerson entre calles inundadas.
Fuerzas ucranianas trasladan a habitantes de Jerson entre calles inundadas. (Aleksei FILPPOV | AFP)

Ucrania y Rusia continúan la evacuación de miles de personas de las zonas inundadas tras la destrucción la víspera de la presa de Kajovka en el río Dniéper, de la que ambos bandos se culpan mutuamente y que ha dejado miles de casas anegadas y unos 40.000 damnificados.

En el centro de Jerson, 70 kilómetros río abajo de presa Kajovka, el agua llegaba hasta la cintura, y a orillas del Dniéper el nivel del río había subido cinco metros.

Según el Ministerio del Interior de Ucrania, 1.752 personas han sido evacuadas de las zonas afectadas bajo control de Kiev, donde se han inundado 29 localidades, pero creen que tendrán que evacuar a más de 17.000. Por parte rusa, las autoridades rescataron a más de 4.000 personas, 39 localidades están inundadas y se declaró el estado de emergencia. Además, siete personas seguían desaparecidas.

Cifras que no recogen los civiles también que han abandonado las zonas inundadas de ambos lados por su cuenta.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo temer «daños ambientales masivos». Miles de animales han quedado atrapados, se han derramado más de 150 toneladas de aceite de motor en el río y se han anegado miles de hectáreas de tierra cultivable.

El Ministerio de Agricultura calculó que 10.000 hectáreas de tierras agrícolas se han inundado en la margen occidental del río. También pronosticó escasez de agua para el riego de cultivos a medida que el embalse de Kajovka se vacía. «La estabilización de los niveles del agua en las zonas inundadas tendrá lugar en los próximos cuatro días», señaló  Ukrhydroenergo, la empresa que administra centrales hidroeléctricas en Ucrania, que añadió que pese a que ya se ha alcanzado el nivel máximo de agua, el impacto del desastre sigue siendo extraordinario.

La superficie anegada es aún mayor en la margen oriental del río, bajo control ruso, y donde se encontraba la Central Hidroeléctrica de Nueva Kajovka.

Unos 20.000 abonados al sistema eléctrico ucraniano se han quedado sin luz en los territorios del sur de Ucrania controlados por Kiev después de que el torrente de agua liberado haya anegado 129 subestaciones eléctricas. La catástrofe también ha tenido efectos sobre el sistema de canalización y distribución de agua corriente. Seis infraestructuras para la depuración de aguas han quedado anegadas, según las autoridades de Jerson.

Minas diseminadas

A todo ello se suman los posibles efectos catastróficos por la diseminación de miles de minas antipersona arrastradas por el agua, y también de las señales que alertaban sobre su presencia, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que recordó que muchas son modelos TM57, especiales contra vehículos, con siete kilos de explosivos en su interior. El CICR subrayó «que no solo pone en peligro a los habitantes de la zona, sino que también dificulta su acceso a la ayuda humanitaria y el trabajo de protección que se les pueda brindar».

Zelenski aseguró que fue Rusia la que minó y voló la presa, bloqueando el camino a una contraofensiva de sus tropas en esta zona.

Según Zelenski, la explosión que destruyó la presa solo pudo producirse desde el interior de la infraestructura, controlada por Rusia desde febrero de 2022. A la vez, aseguró que lo ocurrido no afectará a sus planes de contraofensiva.

Su homólogo ruso, Vladimir Putin, atribuyó a Kiev «un acto de barbarie» que supone «un desastre ambiental y humanitario a gran escala». Moscú también considera que Kiev tenía objetivos militares para destruir la presa.

Aun así, el gobernador prorruso de la región, Vladimir Saldo, reconoció que la destrucción  favorece militarmente a las tropas del Kremlin, aunque hayan quedado anegadas parte de sus defensas militares. «Desde el punto de vista militar, la situación operativa y táctica está a favor de las fuerzas rusas», aseguró. Con todo, algunos expertos, como el fundador del Conflict Intelligence Team, Ruslan Leviev, opinaron que «volar la prensa no tenía sentido para ninguna de las partes».

Mientras, los aliados de Ucrania no se lanzaban a respaldar las acusaciones de Zelenski, a la espera de información más específica.   

Moscú y Kiev también se acusaron mutuamente de haber volado un oleoducto ahora inactivo utilizado para transportar amoníaco, esencial para la producción de fertilizantes, desde la ciudad rusa de Togliatti para su exportación a través del puerto ucraniano de Odessa. Su funcionamiento está suspendido desde el inicio de la invasión rusa.

China y Turquía

China expresó su «seria preocupación» por el impacto humanitario, económico y ecológico y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sugirió a Putin y Zelenski crear una comisión de investigación en la que participarían Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU.

Bajmut

En el frente, Ucrania volvió a reclamar avances «de entre 200 metros y 1,1 kilómetros» cerca de la ciudad devastada de Bajmut, tomada recientemente por Moscú. Al menos dos personas murieron en un ataque con drones del Ejército ruso en Sumy, al noreste del país.

Conflictos

Al menos 237.000 personas –la mayoría en Ucrania y Etiopía– murieron a causa de la violencia organizada en 2022, según el Uppsala Conflict Data Program de la Universidad de Uppsala (Suecia), casi el doble del año anterior, y la cifra más alta desde el genocidio de Rwanda en 1994.