Maite Ubiria

La retirada del texto sobre la derogación de la reforma de pensiones da paso a la censura

El ataque en Annecy ha impactado en el debate de la Asamblea Nacional. Tras un acalorado cruce sobre la decisión del macronismo de impedir el debate y voto del retraso de la edad de jubilación, el grupo proponente, LIOT, ha retirado el texto. Se abre el tiempo de la o las mociones de censura.

El relator del texto para derogar la reforma, el diputado Charles De Courson (LIOT), subiendo al estrado de la Asamblea Nacional.
El relator del texto para derogar la reforma, el diputado Charles De Courson (LIOT), subiendo al estrado de la Asamblea Nacional. (Ludovic MARIN)

El grupo LIOT, que reúne a una veintena de parlamentarios de centristas a representantes de Naciones Sin Estado, ha retirado este mediodía el texto destinado a hacer decaer la reforma del sistema de pensiones aprobada, vía decreto, el pasado mes de marzo.

El grupo parlamentario ha tomado la decisión tras solicitar una suspensión de la sesión a la presidenta de la Cámara Baja, Yaël Braun-Pivet, del partido gubernamental Renaissance.

Una petición que ha llegado poco después de que la propia Braun-Pivet haya solicitado de los parlamentarios un minuto silencio en solidaridad con los heridos en ese ataque de Annecy y sus familias.

Sin obviar la alusión a ese «ambiente cargado» generado por el ataque que ha dejado en estado grave a dos adultos y a cuatro niños cerca del lago de la localidad saboyana, el presidente del Grupo LIOT, Bertrand Plancher, ha estimado que, tras las dos horas de acalorados cruces en el Hemiciclo y en vista de la actitud de la mayoría macronista de impedir el voto, no tenía sentido continuar con el debate de un texto que no podrá cumplir su función inicial.

Fue la comisión de leyes la que amputó, la semana pasada, el capítulo principal del texto, el relativo al alargamiento a 64 años de la edad de jubilación, lo que sus impulsores han denunciado con vehemencia en el debate de esta mañana en la Cámara Baja.

En la defensa de su iniciativa, el relator del texto, Charles De Courson, no ha dudado en aseverar que «de la devaluación del parlamentarismo pueden derivarse consecuencias en el ámbito institucional que, en el peor de los casos, abocarán a la cólera y la violencia».

Una actuación inédita

Por primera vez desde 1958 la presidenta de la Asamblea Nacional se ha amparado en el artículo 40 de la Constitución invocando los perjuicios para las finanzas públicas que se derivarían de un voto derogatorio de la reforma de pensiones, impuesta vía decreto por el Gobierno de Macron, aunque finalmente avalada, el 14 de abril, por el Consejo Constitucional.

Los distintos oradores de la oposición que se han sucedido en la tribuna han insistido en que el macronismo ha derogado, de facto, el artículo 24 que otorga a los legisladores «el derecho inalienable de aprobar y de derogar leyes».

La diputada de La France Insoumise Clementine Autain, adscrita al grupo de izquierda Nupes, se ha preguntado «dónde está la democracia cuando se entierra la palabra de los sindicatos, se pone en cuestión el derecho de manifestarse, se impide dar su opinión a los parlamentarios y el derecho constitucional de que los electos puedan enmendar un texto de ley es pisoteado».

También la ecologista Sandrine Rousseau ha cargado las tintas. Tras aludir a «las violencias policiales vividas ya por el movimiento de Chalecos Amarillos ya por estudiantes a los que se pone de rodillas y se esposa contra un muro», ha denunciado el «autoritarismo» al que, a su juicio, se ha acogido el Gobierno de Emmanuel Macron para sacar adelante una reforma de las pensiones promulgada con nocturnidad.

LR y MoDem, fieles escuderos

Sin embargo, el Gobierno ha encontrado hoy un respaldo sin fisuras de la mano de Les Républicains (LR) y del centrista MoDem, que han secundado la denuncia del ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, que ha denostado durante su intervención «un intento destructivo y nihilista» a cargo de la oposición para hacer descarrillar una reforma que «llevará a trabajar más para poder mantener nuestro sistema de pensiones», ha dicho.

Dussopt ha contribuido a la sensación de que el de hoy era quizás el último cartucho de una larga batalla parlamentaria –sensación de fin de ciclo ya asentada, el martes, tras la decimocuarta jornada de movilización sindical– al recordar a la oposición que las ordenanzas sobre varias de las disposiciones de la reforma ya han sido publicadas en el Boletín Oficial «para la entrada en vigor de la ley de manera paulatina, a partir del próximo mes de setiembre».

Por su parte, la ultraderecha no ha dudado en consagrar su intervención a repartir reproches a «quienes sostienen al Gobierno que perdió la mayoría en las elecciones legislativas del año pasado». Ha incluido en el mismo paquete al centro-derecha, «por aplicarse a la labor de salvar al soldado Macron», ha expresado su diputado Thomas Ménagé, y también a la izquierda encarnada por la Nupes, «por votar por Macron en la segunda vuelta de la elección presidencial».

La ultraderecha airea la campaña «Marine 2027»

Sin mayor empacho, y confirmando el valor instrumental que durante largos meses de controversia política ha dado Rassemblement National a la cuestión de las pensiones, el diputado ha dado, al final de su alocución, por lanzada la campaña «Marine (Le Pen) 2027».

Tras la retirada del texto de LIOT descafeinado, el debate sobre las reformas se aboca a otro escenario. Concretamente al de la presentación de una moción de censura, previsiblemente esta misma tarde, a cargo de la NUPES.

También RN parece inclinarse a registrar otro texto de censura.

El o los textos de censuras se debatirán, previsiblemente, la semana próxima.

Nada apunta, en todo caso, a que se vaya a reproducir lo ocurrido con la moción de censura de LIOT, que puso al Gobierno de Ëlisabeth Borne ante el abismo.

Solo nueve votos le faltaron a ese pequeño grupo que ha ganado protagonismo con este debate social para ganar la censura que habría hecho caer al Gobierno y a una primera ministra al que el propio Macron optada por dar, buscando una salida al fuerte desgaste, un plazo de cien días.

El 14 de julio acaba ese periodo de gracia otorgado por el inquilino del Elíseo a su primera ministra para ampliar los apoyos de su Gobierno y definir el calendarios de otras reformas.

Hoy derecha republicana y centro han escenificado un bloque en torno al Gobierno que da aire al Ejecutivo, por más que, según todas las encuestas, el 70% de los ciudadanos avalaban la intención final de la iniciativa de LIOT que no era otra que este 8 de junio se produjera, finalmente, un voto en la Asamblea Nacional sobre el retraso de la edad de jubilación.

El macronismo y sus aliados han taponado esa demanda democrática.