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Entre 4.000 y 6.000 euros por viajar hacinados en el pesquero que naufragó en el Jónico

Los migrantes y refugiados que viajaban en el pesquero hundido el miércoles en el mar Jónico pagaron entre 4.000 y 6.000 euros por embarcarse en esta peligrosa travesía. Supervivientes aseguran que la embarcación volcó después de que la Guardia Costera intentara remolcarla con una soga.

Supervivientes del naufragio, en el puerto de Kalamata.
Supervivientes del naufragio, en el puerto de Kalamata. (Angelos TZORTZINIS | AFP)

Los supervivientes del naufragio ocurrido el miércoles en el Jónico, frente a las costas de Grecia, –104 de entre 500 y 750 personas que viajaban a bordo del pesquero– han contado que pagaron entre 4.000 y 6.000 para embarcarse en la peligrosa travesía por el mar Mediterráneo para llegar a Europa. Un viaje en el que al menos 78 personas han perdido la vida y cientos siguen desaparecidos.

Nueve egipcios que viajaban en la embarcación naufragada permanecen detenidos desde ayer acusados de formar parte de una red de tráfico de personas. El capitán del pesquero, que según los supervivientes huyó en un bote, figuraría entre las víctimas mortales, según medios griegos.

Entre los varios cientos de desaparecidos estaría el centenar de mujeres y menores –unos 40– que viajaba hacinado en la bodega de la embarcación.

Versiones contradictorias

Los testimonios de los supervivientes contradicen la versión de las autoridades griegas, que defienden la labor de la Guardia Costera en las horas previas al naufragio tras detectar el barco.

Los guardacostas afirman que se aproximaron al pesquero y enviaron buques privados que se encontraban cerca, pero que no intervinieron pese al evidente peligro porque los ocupantes del barco rechazaron la ayuda porque querían continuar rumbo a Italia.

Pero los ocupantes de la embarcación pidieron el martes por la tarde auxilio a los activistas de Alarm Phone, a quienes informaron de que el pesquero no se movía y de que el capitán se había marchado, y pedían una solución, además de agua y comida.

Horas después, ya en la madrugada del miércoles y bajo vigilancia de la Guardia Costera griega, el barco zozobró y se hundió en pocos minutos an aguas del mar Jónico.

Volcó tras intentar remolcarlo

Algunos de los rescatados han asegurado que el pesquero volcó después de que los guardacostas trataran de remolcarlo con una soga.

Según el relato de un superviviente sirio, un barco de la Guardia Costera griega ató el pesquero con una soga e intentó remolcarlo por el lado izquierdo.

«Pero el bote viró a la derecha y se hundió repentinamente», ha señalado Tasos Polijronópulos, un concejal de Kalamata, el puerto más cercano al lugar del hundimiento, tras hablar con el superviviente.

Otra de las personas rescatadas había relatado lo mismo al líder del Syriza, Alexis Tsipras.

El portavoz de los guardacostas, Nikos Alexiu, ha desmentido estas denuncias al señalar que «nunca hubo ningún intento de amarre (con el pesquero)» por parte de las autoridades.

Sin embargo, unas horas después, el portavoz del Gobierno interino, Ilias Siakandaris, ha señalado a la televisión pública ERT que los guardacostas sí usaron una cuerda «para sostenerse y para acercarse (al barco), para ver si querían ayuda».

Sin embargo, ha matizado que «no fue una cuerda de amarre», por lo que nunca hubo ningún intento de remolcar el pesquero.

Según ha explicado Siakandaris, los propios migrantes tiraron la cuerda al mar señalando que no querían ayuda, sino seguir su viaje hacia Italia.

Los guardacostas griegos han sido duramente criticados por organizaciones y medios internacionales por no intervenir desde el primer momento que vieron la enorme sobrecarga de la embarcación.

«Se ha duplicado con creces»

Dos días después de la que puede ser la mayor catástrofe humanitaria en el Mediterráneo desde 2015, la agencia europea Frontex ha informado de que el número de entradas detectadas a territorio de la Unión Europa de inmigrantes y refugiados a través del Mediterráneo central «se ha duplicado con creces» en 2023 respecto al mismo período del año pasado, pero ha caído en las rutas del Mediterráneo occidental y de los Balcanes occidentales.

En los primeros cinco meses de 2023, los países de la UE registraron más de 50.300 entradas irregulares de inmigrantes que han llegado a través del Mediterráneo central, «la cifra más alta registrada desde 2017».

«El Mediterráneo central sigue siendo la principal ruta migratoria hacia la Unión Europea» y ha supuesto casi la mitad de las llegadas irregulares en 2023, según Frontex.

En total, el número de llegadas comunicadas a Frontex entre enero y finales de mayo ha sido de 102.000, un 12% más que en el mismo período del año pasado.

La segunda ruta más transitada es la de los Balcanes occidentales, con más de 30.700 entradas, un 25% menos que el año anterior. Las demás rutas, excepto la del Mediterráneo central, también registraron descensos: un 6% menos en el Mediterráneo occidental y un 47% menos en la ruta de África occidental.