Maite Ubiria

Un cielo de color, la receta de Rennes para hacer sombra a la canícula

Los cada vez más frecuentes episodios caniculares obligan a las ciudades a abordar un trabajo de remodelación de fondo para preparar el entorno urbano y a sus habitantes a esas nuevas condiciones de vida. Estas son las medidas para capear las altas temperaturas adoptadas en la capital de Bretaña.

Ilustración del colorista sistema de sombra con que se protegerán varias calles de Rennes.
Ilustración del colorista sistema de sombra con que se protegerán varias calles de Rennes. (©Impact. Plan.)

Proteger a los ciudadanos de los fuertes episodios de calor. Ese es el santo y seña de una ciudad, Rennes, que además de ejercer de capital administrativa de Bretaña, destaca por sus innovadoras medidas para adaptar la vida en el asfalto a los avisos climáticos.

Rennes estrena este verano su particular escudo contra el calor. Una batería de medidas con las que responder a esas alertas, que van del amarillo al rojo, y que tratan de abordar los episodios de calor extremo en la esperanza de que no haya que lamentar balances tan dramáticos como el que dejó la canícula de 2003.

Hace veinte años, en el Estado francés, entre 15.000 y 20.000 personas fallecieron por efecto de una ola de altas temperaturas que causó estragos en la tercera edad, y en particular entre personas ancianas y aisladas, muchas de ellas condenadas a morir solas en sus domicilios.

El plan aprobado en Rennes para este verano plantea una atención especial para «los más frágiles», entre los que menciona a niños, ancianos, personas que viven solas pero también a quienes sobreviven en la calle. El calor mata tanto como el frío a quien carece de techo.

En función de la evolución de las temperaturas, hay todo un abanico de medidas –el plan completo está disponible en la página web de la institución– que van de la adaptación de los horarios de guarderías a la apertura nocturna de los parques, para asegurar un lugar en el que refrescarse cuando el calor no deja ni dormir.

Establecimientos en los que se ofrece agua gratis

Quienes se queden en la ciudad podrán valerse, además, de una carta interactiva para saber en qué puntos hay fuentes o plazas con surtidores de agua, pero también en qué locales de hostelería se sigue la recomendación pública de ofrecer agua de manera gratuita.

La ciudad tiene un mapa de refugios climáticos, con fuentes y espacios verdes, que ayudan a sobrellevar el calor.

La ampliación de los horarios de las piscinas o la implementación de un servicio de vigilancia en los estanques que rodean a la ciudad, a los que se podrá acceder en autobús gratuito, son otras de las medidas incluidas en los planes de Rennes y su área metropolitana.

Sin embargo, hay una medida que se hará particularmente visible para los habitantes de Rennes pero también para los visitantes, muy numerosos en verano en Bretaña.

Entre el 15 de julio y el 1 de octubre, en dos de las arterias principales que por su configuración no permiten recurrir a medidas de vegetalización el cielo lucirá de colores.

Se ha creado para la ocasión un dispositivo para dar sombra que, a la par de rebajar el nivel de insolación de las calles de Le Bastard y Estrées, tratará de crear un ambiente propicio a las actividades artísticas, además de la vida comercial, propias del centro urbano.

Para dar sombra, nada como un árbol

Con todo, la gran apuesta de Rennes para la obligada adaptación a las temperaturas cada vez más altas es la plantación.

En 2021, la localidad adoptó un convenio que señala al árbol como «un bien indispensable para la calidad de vista, la salud, la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático».

Merced a ese contrato, en 2022 se realizó un repertorio de los 130.000 árboles con que cuenta la ciudad. 30.000 más serán plantados en el horizonte de 2026.

El Ayuntamiento aspira a que esas plantaciones se hagan de modo participativo.

Rennes cuenta con 53 huertas o jardines participativos que sirven de campamento base para esa replantación, ya que los vecinos que los cultivan tienen conocimientos de horticultura lo que les convierte en aliados de esa campaña destinada a hacer que broten árboles en todos los barrios.

El plan de vegetalización lleva a renovar cada año 6.000 m2 de patios escolares que se reorganizan con áreas más sombreadas.

Esas actuaciones, además de servir para dotar a la ciudad y sus vecinos de un mejor cuadro de vida, permiten sortear mejor la subida del mercurio.

A ellas hay que sumar políticas en otras áreas, de la movilidad al aislamiento de los edificios, sin olvidar la optimización de los recursos hídricos, que se entrelazan en el «plan clima-aire-energía territorial», adoptado en 2019.

Esa planificación fija el objetivo de alcanzar la neutralidad carbono y reducir en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero en el horizonte de 2030.