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Estrategias divergentes en el transporte mundial de contenedores

Los últimos tres años las grandes navieras han conseguido beneficios como nunca antes, lo que ha empujado a que se replantearan sus alianzas. Las ganancias han dado un gran impulso a la inversión, aunque las estrategias de las dos mayores siguen caminos diferentes

Un barco portacontenedores atravesando el canal de Suez
Un barco portacontenedores atravesando el canal de Suez (Khaled DESOUKI)

El mar es el principal medio de transporte de mercancías hasta el punto de que el tráfico marítimo acapara el 90% del comercio mundial. Las dos mayores compañías de contenedores, la italiana con sede en Suiza Mediterranean Shipping Company (MSC) y la naviera danesa AF Moller-Maersk (Maersk), controlan aproximadamente un tercio de este negocio que la pandemia desbarató, poniendo de relieve la importancia que tienen las grandes navieras en las cadenas de suministro internacionales y en la economía global.

Los márgenes del transporte marítimo dependen en gran medida de la coyuntura económica y la crisis de 2008 los redujo al mínimo, lo que impulsó a las dos mayores compañías a intentar una fusión que los reguladores descartaron. A pesar del revés, MSC y Maersk decidieron empezar a colaborar en 2015. El fundamento del acuerdo era que sus buques llevarían indistintamente contenedor de una u otra compañía. Una alianza que les ahorraba costes.

Otros grandes conglomerados de transporte marítimo siguieron su ejemplo, como la francesa CMA CGM, la china Cosco y la alemana Hapag-Lloyd, que también cerraron acuerdos similares.

Financial Times adelantó hace unos días que las dos grandes navieras han decidido romper su pacto y continuar cada una por su lado. La principal causa de este divorcio son las ganancias extraordinarias que ambas compañías obtuvieron tras el fin de la pandemia, cuando los barcos hacían cola en los puertos y los clientes en los muelles para llevarse sus mercancías.

En los tres años que van de 2020 a 2022, los beneficios de las navieras fueron tan grandes como la suma de las ganancias que lograron, nada menos, que durante las seis décadas anteriores


En aquel momento el costo promedio de llevar un contenedor de China a la costa oeste de EEUU se multiplicó casi por cinco (pasó de unos 2.000 dólares a alcanzar los 9.699 dólares, según los datos de la plataforma Xeneta). A partir de estos datos, la consultora Drewry asegura que en los tres años que van de 2020 a 2022, los beneficios de las navieras fueron tan grandes como la suma de las ganancias que lograron, nada menos, que durante las seis décadas anteriores. Maersk, por ejemplo, declaró 967 millones de dólares de beneficio antes de impuestos en 2019 y prácticamente treinta veces más en 2022, 30.200 millones.

Los grandes beneficios logrados estos tres últimos años están permitiendo a estas grandes navieras hacer nuevas inversiones, pero la dirección parece divergente.

Enfoques diferentes

MSC ha encargado nuevos barcos y el año pasado superó a Maersk en términos de tonelaje, lo que parece indicar que la compañía italiana apuesta por que el comercio mundial continuará creciendo.

Maersk, sin embargo, está invirtiendo más en instalaciones de logística más amplias, con nuevos almacenes, camiones y aviones en lo que parece una estrategia por diversificar vías de suministro. Es posible que se esté preparando para futuras interrupciones en la cadena de abastecimiento.

Los analistas no se atreven a señalar cuál es la mejor estrategia, ni siquiera si alguna de ellas tendrá éxito. Además, la situación es paradójica: cuando la industria que ha impulsado la globalización está logrando beneficios extraordinarios, el mundo parece caminar hacia la relocalización de la industria y un declive del comercio mundial.

Por otra parte, los grandes beneficios han atraído la atención de la opinión pública que está presionando para que se retiren los barcos más contaminantes y se invierta en reducir emisiones.