El 23J no ha dado la mayoría absoluta pretendida por PP y Vox en comandita, riesgo al que se enfrentaba Pedro Sánchez con su adelanto electoral tras el resultado del 28M. La ola de derecha-ultraderecha que se levantó ese día ha sido frenada a tiempo, y sin necesitar siquiera el gran índice de participación (más del 75%) que expertos veían prácticamente imprescindible.
Con el recuento por encima del 99%, los bloques de derecha e izquierda han quedado prácticamente igualados, lo que abre grandes incógnitas para saber si Pedro Sánchez podrá repetir en La Moncloa. Pero lo que no se atisba de ningún modo es cómo podría llegar ahí Alberto Núñez Feijóo, puesto que no le dan los números con Vox (y UPN y quizás Coalición Canaria como guinda), y lógicamente menos aún sin Vox. Sumarían únicamente 171 de los 350 teniendo al resto en contra.
En la primera hipótesis las fuerzas independentistas seguirán siendo determinantes, pese al retroceso de ERC. Tanto EH Bildu, ganadora en Euskal Herria, como el PNV tendrán un papel principal en las negociaciones si Sánchez decide abrirlas. Y qué decir de Junts, cuya posición ante el líder del PSOE ha sido mucho más reacia (votó no en la investidura de enero de 2020 frente al sí jelkide y la abstención de EH Bildu), que aparece ahora como fuerza decisiva para desencallar el bloqueo o provocar nuevas elecciones. En su primera comparecencia esta noche, Miriam Nogueras se ha limitado a indicar que no harán presidente a Sánchez «a cambio de nada».
Si se suman las actas de diputado del PSOE, Sumar y los que han sido sus aliados en esta legislatura (ERC, EH Bildu, PNV y BNG), suman 172. Una más que el bloque de derechas y cuatro menos que la mayoría absoluta, aunque suficientes en una hipótesis de abstención de Junts.
La derecha, ni en tres ni en dos
La victoria (insuficiente) del PP tiene que ver básicamente con la recomposición del espacio de derecha tras la desaparición de Ciudadanos, con el que el «trifachito» ha pasado a tándem derecha-ultraderecha. Cs solo alcanzó diez diputados en 2019 pero cosechó 1,6 millones de votos que ahora parecen haber ido en masa al PP, lo que le hace pasar de 89 escaños a más de 130.
Núñez Feijóo completa su paso adelante con los trasvases desde Vox, que cae de 52 diputados a 33. La candidatura ultra de Santiago Abascal lo hubiera dado por bueno si ello le proporcionara la capacidad de incidencia que ya tiene en varias autonomías, pero no ha alcanzado la condición de determinante, lo que supone una doble derrota. En una lectura más detallada afloran datos elocuentes, como la pérdida de cinco de sus seis diputados anteriores por Castilla-León, en beneficio del PP.
Bastante ajeno aparentemente a este resultado, Núñez Feijóo ha salido a las 0.15 (el último de todos) al balcón de la calle Génova de Madrid para anunciar que abrirá diálogo para intentar la investidura y apelar al PSOE a dejarle gobernar para evitar una repetición electoral. Todo ha sido muy surrealista en esta comparecencia, desde los cánticos de ‘Que te vote Txapote’ (más absurdos aún una vez consumada la jornada electoral) a los gritos en favor de Isabel Díaz Ayuso cuando el gallego estaba reivindicando su liderazgo en el PP.
Si en el Congreso el reparto entre bloques queda casi a la par, el PP sí tendrá mayoría en el Senado. Una cámara en la que sobresalen los siete u ocho electos obtenidos por la coalición formada por EH Bildu y ERC, a falta de completarse este recuento.
Sánchez y Díaz
El PSOE aguanta mejor de lo previsto hace dos meses, probablemente gracias a la tracción del voto útil para frenar a la derecha. Pedro Sánchez ha sacado incluso más escaños que hace cuatro años, superando lo que predijeron las diferentes encuestas (a excepción del CIS). El gen superviviente ha funcionado una vez más. La broma rápidamente viralizada esta noche es la de un perro, su apelativo en esta campaña, disfrazado de Supermán. Pero lo que ha sido muy serio es su victoria rotunda en Catalunya o el 32% de voto acumulado en el Estado. De hecho, ha pisado los talones al PP en número de votos, apenas 300.000 menos.
La apresurada invención de Sumar, presentada como intento de superar déficits de Unidas Podemos, no ha mejorado los resultados de la lista que entonces lideró Pablo Iglesias, ni en votos ni en escaños. La suma ha acabado en resta y habrá que ver si no en división, vistas las heridas abiertas en este proceso entre la fórmula liderada por Yolanda Díaz y la Podemos de Jone Belarra.
En Catalunya pierde su representación la CUP, que ha tenido dos diputados en la legislatura, dentro de una bajada general del independentismo que ya produjo señales llamativas el 28M. Entre las tres fuerzas pasan de 23 diputados a 14.
Las próximas semanas se presumen trepidantes dado el complejísimo resultado producido.