Joseba Iturria
Periodista deportivo. Real Sociedad y ciclismo
Interview
Gorka Sorarrain
Corredor del Caja Rural-Seguros RGA

«Mi sueño hace dos años era correr una carrera amateur y ahora, la Itzulia y la Vuelta»

El tolosarra protagoniza un caso único en el ciclismo porque practicó el atletismo y el baloncesto hasta los 23 años. En 2021 se compró su primera bicicleta de carbono, vio que en las marchas cicloturistas andaba bien y se planteó el sueño de correr una carrera en aficionados. Ahora es profesional.

Gorka Sorarrain, en el pelotón de la Volta a Portugal en su estreno con el Caja Rural.
Gorka Sorarrain, en el pelotón de la Volta a Portugal en su estreno con el Caja Rural. (PODIUM EVENTS/CAJA RURAL-RGA)

Gorka Sorarrain (Tolosa, 1996) empezó a competir en el ciclismo como independiente el año pasado, el único que iba a poder correr en el pelotón amateur vasco por la limitación de edad. Enseguida lo llamó el Baqué, con el que ganó en Berriatua y Gernika y sumó muchos Top 10.

Al no poder correr en Euskal Herria aceptó la propuesta para pasar este año con el Bai Sicasal continental angoleño, con el que logró tres puestos entre los diez primeros en sus dos únicas vueltas antes de que su vida cambiara. Acabó quinto en el campeonato estatal en su primera carrera con corredores del World Tour por detrás de Oier Lazkano, Juan Ayuso, Álex Aranburu y Jesús Herrada y le empezaron a llegar propuestas de representantes y equipos. Aceptó la de firmar hasta el 2025 con el Caja Rural, con el que debuta en la Volta a Portugal tras pedir excedencia en la empresa SAPA.

¿Siente que su historia es especial y que por eso su fichaje por el Caja Rural ha tenido una gran repercusión?

Ya me han dicho en el TAKE, el club de baloncesto de Tolosa en el que jugué hasta los 23 años, que han salido hasta en el Marca, que les he hecho más publicidad que ningún jugador en toda la historia. Me han dicho los compañeros que con el basket no han podido aparecer nunca en los medios y ahora salen en todos los sitios.

Hablamos el pasado verano tras su primera victoria como amateur en el único año que podía competir en el calendario vasco. ¿Cómo ha sido el proceso desde entonces?

Ha sido todo muy rápido. No he tenido un camino fácil porque nadie me ha regalado nada. Yo quería seguir como amateur y no me dejaron, me he tenido que buscar la vida en Portugal con un equipo angoleño. Ha sido un año duro, pero los resultados han salido y he disfrutado del camino. Es difícil, pero siempre he tenido la motivación, quería saber hasta donde podía llegar y seguimos creciendo.

¿Cuando le dicen que no podía seguir como amateur se planteó dejar la bicicleta?

Sí, en septiembre y octubre estuve pensando en dejar la competición. No hice ninguna gestión con la Federación, pregunté a mi director de Baqué, Ander Altuna, que estaba en la Guipuzcoana, y me hizo ver que era muy difícil cambiar la norma y que no podía competir y me planteé dejarlo porque no tenía mucho sentido seguir sin calendario. Ya pensaba en seguir de cicloturista disfrutando de la bici y surgió la posibilidad de Portugal.

«Rechacé la oferta del Sicasal al inicio porque nos daba lo justo para cubrir los gastos y no quería dejar de trabajar»

Me llamaron y al principio lo rechacé porque Sicasal nos daba lo justo para cubrir los gastos y no podía ni quería dejar de trabajar. Pero al final, dándole muchas vueltas, vi que había vivido un año muy bonito, con una gran progresión. El mejor momento lo alcancé en septiembre, que fuimos a Italia a una vuelta UCI 2.2 e hice cuarto en una etapa. Acabar así me daba una rabia increíble y decidí jugármela en esta aventura. Ha sido un año bastante duro, sin tiempo, siguiendo la vida de amateur, pero más difícil todavía, trabajando y entrenándome más porque he intentado meter más volumen y más intensidad. En competición me he visto bien todo el año y he seguido progresando con buenos resultados.

¿Ayudó tener como compañero a otro guipuzcoano como Mikel Mujika en el Sicasal?

Me llamó Joseba Santamaría, un auxiliar de Bilbo que me ayudó. No tenía referencias y Mikel me habló bien de ellos, que estuvo de stagiaire haciendo Volta a Portugal. Al final fue una decisión personal, porque suponía afrontar un año sin tiempo, que no solo te afecta a ti, también a mi novia y a los que viven conmigo, pero que estuviera Mikel influyó.

Antes del campeonato de España de finales de junio solo corrieron cuatro pruebas de la Essor Basque en febrero y diez días de competición en Portugal en la Classica Arrabida y las vueltas de Alentejo en marzo y Beiras en mayo…

Es difícil así porque la primera vez que competí en Arrabida y Alentejo terminé con buenas sensaciones, cogiendo el ritmo de carrera, y tuve que esperar dos meses para volver a correr. No ha sido fácil entrenar sin competir tanto tiempo, sin dar continuidad cuando coges el ritmo cuesta, pero sabía lo que había. Este calendario me permitía la compatibilidad con el trabajo y con esa filosofía he intentado aprovechar al máximo todas las carreras.

Y todo cambia con los campeonatos de España…

Sabíamos que no tenía mucho calendario y con mi entrenador hablamos de preparar la contrarreloj. Tenía un mes sin competición, nunca había preparado una crono, pero siendo un corredor potente pensaba que podía dar un buen nivel. Abraham Olano me dejó una bicicleta de crono y la preparé a conciencia, pero el día importante no salió bien. Me tocó empezar a las dos del mediodía, con 40 grados al sol, y desde la salida sufrí un montón, no fue como la planifiqué y, aunque estuve muy por debajo de mis números, llegué reventado. No fue el día y me dejó tocado físicamente, tieso.

Pero a los dos días sale la carrera soñada...

Sabía que el recorrido de la prueba en línea me gustaba, era un circuito duro, pero sin demasiadas pendientes. Un terreno pestoso que me gusta y lo planteamos con la intención de aguantar en el grupo lo máximo posible y jugar nuestras bazas en el final, que era exigente. En esas carreras duras tengo un buen último minuto, no bajo mucho mis números. Esa era la idea, pero no sabíamos si estaríamos ahí. Era mi primera experiencia con corredores del World Tour, con un helicóptero en carrera. Íbamos sin pinganillo, tres del equipo, y Gutiérrez tiene buena relación con los de Astana y consiguió que nos dieran su asistencia si pinchábamos.

«Pensaba que iba en cabeza y podía ganar la carrera hasta que me pillaron a falta de 200 Ayuso, Alex Aranburu y Herrada»

Desde el principio todo fue muy bien, iba con una sonrisa a rueda de Herrada, de Luisle... y mi familia estuvo allí avituallándome. Veía que el grupo se reducía y yo iba con buenas sensaciones. En la última vuelta me beneficiaba que Movistar controlara sin dejar salir a Ayuso. A falta de ocho kilómetros quedábamos unos 25 y decidí guardar todo hasta el final. En los últimos kilómetros hubo algún ataque y cuando faltaban 600-700 metros arranqué con todo hasta meta. No sabía que Oier Lazkano estaba escapado. Yo pensaba que iba en cabeza y que podía ganar la carrera hasta que me pillaron a falta de 200 y me pasaron Ayuso, Alex Aranburu y Jesús Herrada. Llegar quinto después de ellos fue muy especial. Además mi familia estaba en la meta... Fue un día muy bonito, una gran experiencia.

¿Cómo surge la opción de pasar a Caja Rural de inmediato?

Cuando llegué al coche tenía el móvil lleno de mensajes y de llamadas. Fueron un par de semanas de locos. Me llamaron diferentes representantes, de más de un equipo y no fue fácil decidir. No sabes de quién fiarte. Cada uno me decía una cosa, me hablaban mal de los demás e intenté rodearme de la gente de Baqué, que me había ayudado. Les pedí consejo y al final decidí que la mejor opción era la que me ofrecía Juanma Hernández, que además me daba la oportunidad de empezar ya, de dejar de trabajar y dedicarme al 100% a esto para poder dar un salto de calidad. Después de los campeonatos, antes de Agostinho, firmamos a los dos semanas y contentísimo porque me ha llegado esta oportunidad.

Ha pedido para ello una excedencia en su trabajo de ingeniero electrónico en SAPA.

Hablé con los de recursos humanos y la directora de personal y ellos estaban contentos por mí, porque en Euskadi se sigue un montón el ciclismo, en la empresa era el deporte rey. Muchos compañeros me seguían, me paraban y me hablaban de ciclismo. Les comenté esta opción, he cogido una excedencia de dos años, han tenido una buena relación conmigo y me han dejado las puertas abiertas para cuando quiera. No me pusieron problemas, están todos contentos de que me pueda dedicar a mi pasión. Además en mi sector de la Electrónica de potencia hay bastante trabajo en Gipuzkoa por ahora y sé que en el futuro tengo toda la vida para trabajar de ingeniero.

¿Cómo va el debut con el Caja Rural en una prueba de once etapas y tan dura con el calor como la Volta a Portugal?

Hemos venido con un bloque joven, con dos checos sprinters y las cuatro primeras etapas eran buenas para ellos. Nos ha tocado trabajar para el sprint, aunque he jugado mis bazas en los últimos kilómetros, pero ha sido un inicio muy duro. En la segunda etapa me caí, no me hice nada, pero tengo heridas en todo el cuerpo y para colmo en la tercera en una curva me fui porque no me frenó bien el freno delantero. Tampoco me hice nada porque iba muy despacio, pero tengo heridas en los dos lados. Llegaba con mucha ilusión y los primeros tres días caerte dos no es lo más fácil y además en el quinto teníamos una etapa durísima de 4600 metros de desnivel.

Hasta ahora he tenido buenas piernas, el cuarto día estuve metiéndome en cortes, aunque jugamos la baza al sprint de Babor, que ganó la etapa, y en la que quinta sufrí bastante, me vino el bajón de las caídas. Espero ir recuperándome con la jornada de descanso para afrontar otra vez con buenas piernas la segunda parte de la vuelta e intentar buscar alguna etapa. A ver si las fuerzas acompañan porque llegaba bien, aunque es una carrera muy dura porque hace muchísimo calor y en todas las etapas no hay carretera plana, siempre para arriba y para abajo. Todas se hacen duras, pero hemos llegado bien y espero darle la vuelta.

«En año y medio empezar a competir y llegar a donde he llegado ha sido muy bonito. Vivo el sueño de todo cicloturista»

¿En qué piensa en estos primeros días con el Caja Rural ahora ya sí como profesional?

Me acuerdo que hace dos años mi sueño era poder correr una carrera amateur, era mi objetivo, y ahora cuando me veo en el pelotón profesional pienso que no me lo hubiera creído si me lo dicen entonces. Veía a los aficionados y pensaba que sería la leche poder competir en ese pelotón un solo día. En año y medio empezar a competir y llegar hasta donde he llegado ha sido muy bonito. Estoy muy contento. He vivido el sueño de todo cicloturista.

Y ha pasado en dos años de soñar con correr una carrera  amateur a poder disputar la Itzulia al ser UCI Pro Team...

Sería increíble. Si me dices hace año y medio, que no había empezado a competir, que iba a poder correr la Itzulia, la clásica de Donostia e incluso la Vuelta no me lo habría creído. Ahora estamos más cerca y sería cumplir un gran sueño correr esas grandes carreras.

¿Están definidas las próximas carreras este final de año?
Podría hacer Eslovaquia y Croacia, pero todavía no me han confirmado nada. Después de Portugal hablaremos.