Ramon Sola
Aktualitateko erredaktore burua / redactor jefe de actualidad

Feijóo busca ser candidato a investidura con triple salto: interno, Vox y Felipe de Borbón

Pese al doble batacazo del jueves en el Congreso, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, sigue intentando ser nominado para un intento de investidura. Lo hace entre el mar revuelto interno, la crisis evidenciada con Vox y confiando en que Felipe de Borbón avale la jugada.

Gestos contrariados de Gamarra, Bendodo y Feijóo, la cúpula del PP, en la sesión del Congreso el jueves.
Gestos contrariados de Gamarra, Bendodo y Feijóo, la cúpula del PP, en la sesión del Congreso el jueves. (Eduardo Parra | Europa Press)

La noche del 23 de julio (o a lo sumo el 24 con las tomas de posición de PNV y Junts) ya quedó claro que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, había ganado las elecciones pero no tendría los votos necesarios para llegar a la Moncloa, ni con mayoría absoluta ni con simple. La mañana del 17 de agosto, en el Congreso ha quedado claro además que el bloque progresista va ganando terreno con acuerdos mientras el de derechas se encuentra más dividido de lo que parecía.

Pese a ello, Núñez Feijóo no tira la toalla y ve la ronda que este lunes abrirá Felipe de Borbón como una oportunidad que tiene que apurar. Pero para ser simplemente nominado necesita un auténtico triple salto mortal, porque son tres los frentes que ponen en duda su intentona.

Comenzando por el propio PP, varios medios publicaban ayer que varias voces se han alzado en privado para reclamar a Núñez Feijóo que aparque la «ficción» de que puede llegar a presidente. El estupor ha cundido ante el hecho objetivo de que su líder dijo el miércoles que la candidata Cuca Gamarra llegaba a la sesión del Congreso con 172 votos a favor y finalmente se quedó en 139. Inasequible al desaliento, o temeroso de ser engullido por los suyos, ahora Núñez Feijóo se aferra al clavo ardiendo de la única diputada de Coalición Canaria, que sí votó a favor del PP, señalando que una combinación en que Junts no llegara a acuerdos con el PSOE podría acabar decantando la balanza. Poca apuesta para tanta ganancia.

El resultado del jueves ha dejado aún más debilitado el liderazgo del gallego, porque el desmarque de Vox ha sido entendido por muchos miembros del PP como cuestión de falta de autoridad o, cuando menos, de mala preparación de una sesión determinante. La huida hacia adelante de intentar una legislatura tendría además efecto bumerán definitivo si acaba en fracaso: en ese escenario, las horas de Feijóo seguramente estarían contadas. Nadie olvidar que en la noche electoral en que había sido el más votado, a quien se aclamó en Génova fue a Isabel Díaz Ayuso.

Siguiendo por Vox, ayer fue día de algunos paños calientes, pero insuficientes para tapar la herida abierta.

El cabreo de la formación de ultraderecha el jueves, acusando al PP de no darle entrada en la Mesa, quedó patente cuando Santiago Abascal dijo que pediría «explicaciones». Y más aún ayer por la mañana, puesto que el vicepresidente segundo de la Generalitat valenciana Vicente Barrera tuiteó: «Que vergüenza Feijóo, escupes en la cara de quien es generoso, te tiende la mano y colabora contigo. Ni los votantes del PP entienden al PP de Feijóo». Ello hizo que durante el día se hablara incluso de posible crisis del Gobierno de coalición en esa comunidad.

Desde el prisma del PP, cobró viralidad la foto de un aparente cruce de palabras con Borja Sémper en la sesión del Congreso. El diputado de Irun dijo en declaraciones posteriores que el PP no tenía ni idea de que Vox no apoyaría a Gamarra.

Tan notoria se ha hecho la brecha que el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, salió a la palestra en una entrevista televisiva para asegurar que por supuesto votarían favor de Núñez Feijóo si fuera postulado. Pero dejó caer también que «Vox no regala sus votos». La desconfianza es evidente y, sorpresa, parece ahora casi mayor en el interior de este sector que en el más complejo conglomerado de fuerzas progresistas, soberanistas e independentistas.

Y todo esto termina, conviene no olvidarlo, en Felipe de Borbón, que es el responsable de decidir a quién presenta a la investidura y comienza su ronda de consultas el lunes. Parece que Feijóo intentará convencerle de algo que no se probó en el Congreso: sacando a Junts de la ecuación, él tiene más votos de partida que Pedro Sánchez (aunque no de llegada, porque siempre sumaría más noes que síes).

¿Cabe que el rey postule a Feijóo antes que a Sánchez? ¿Es un agente imparcial en este escenario tan envenenado? ¿Cómo dejaría eso al inquilino de la Zarzuela? Por si las moscas, Sánchez ya ha insinuado que el PP no debe «presionar» al monarca español en su favor. Tampoco es la primera vez que ocurre; en un contexto similar, en 2016 hubo apelaciones expresas a Felipe de Borbón para que instara al propio Sánchez a dejar vía libre con la abstención a Mariano Rajoy. Fue cuando el líder del PSOE patentó aquel rotundo «no es no».

Continuará...