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La subida salarial del IPC, caballo de batalla para un curso que se presume conflictivo

O se actualizan los salarios al menos conforme a la inflación o habrá conflictividad laboral. A las puertas de un nuevo curso, el mensaje de los sindicatos es claro, no se puede permitir que la clase trabajadora continúe perdiendo poder adquisitivo mientras las empresas disparan sus beneficios.

El coordinador general de LAB, Igor Arroyo, en una imagen de archivo.
El coordinador general de LAB, Igor Arroyo, en una imagen de archivo. (Oskar MATXIN | FOKU)

Setiembre está a la vuelta de la esquina y con ello arrancará un nuevo curso que en lo laboral volverá a tener en la inflación y en la subida del IPC uno de los caballos de batalla para la clase trabajadora.

En este sentido, el coordinador general de LAB, Igor Arroyo, ha augurado un nuevo curso de «conflictividad, movilizaciones y huelgas» para recuperar el poder adquisitivo y reclamar la «dignificación de las condiciones laborales», debido a que «seguimos observando una postura bastante cerrada por parte de la patronal».

En una entrevista a Radio Euskadi, Arroyo ha remarcado que trabajadores y trabajadoras «tienen claro que es hora de reclamar lo que les corresponde», y por ello «se están movilizando, se están organizando. Hemos salido de un curso con muchas movilizaciones y huelgas, y prevemos que también este curso va a ser la tónica general».

«Desde 2008, los trabajadores vascos hemos perdido 6.000 euros anuales de media, a lo que hay que añadir el aumento de la carestía de la vida... esta batalla por recuperar poder adquisitivo será importante», ha recalcado.

Además, LAB pretende «incidir en otros ámbitos, como la reducción de la jornada y la salud laboral», porque «la cuestión del IPC es una cuestión de mínimos, pero la ambición de los trabajadores y trabajadoras debe ir más allá y debe ser el posibilitar una vida digna».

Autonómicas en el horizonte

Preguntado por la influencia que tendrá en la actividad sindical el hecho de que haya unas elecciones al Parlamento de Gasteiz en el horizonte, ha subrayado que «los conflictos no nacen por la voluntad de un sindicato determinado» sino que las centrales «tratan de canalizar las necesidades y demandas de los trabajadores».

«Lo que nos hemos encontrado durante el último año es que los trabajadores y trabajadoras realmente estaban indignados por esa negativa de la patronal actualizar los convenios en base al IPC, cuando la cesta de la compra estaba incrementándose de manera desproporcionada», ha añadido.

Arroyo ha criticado que «ha habido una clase política, principalmente un partido político, el PNV, y el Gobierno vasco, que ha sido muy insensible a las demandas de los trabajadores y que se ha posicionado muchas veces en situaciones de conflicto más del lado de la patronal».

«Creo que, de alguna manera, el PNV, Urkullu, el Gobierno vasco, habían amortizado de alguna manera la crítica de la clase trabajadora; parecía que la clase trabajadora no contaba o que no tenía voz y voto, y resulta que yo creo que se han dado cuenta que sí que tiene voz y que sí que tiene voto, y que no se puede hacer política a espaldas de la clase trabajadora o por lo menos no se puede seguir teniendo la hegemonía política dando la espalda a la clase trabajadora», ha sentenciado.

El lehendakari «se quejó de los resultados como si las huelgas fueran algo que nacieran para perjudicarle», cuando estas «nacen de esa necesidad de los trabajadores y de esa negativa de la patronal actualizar los salarios».

CCOO: «O salario, o conflicto»

En declaraciones a Europa Press, la secretaria general de CCOO Euskadi, Loli García, también ha advertido que si no se respeta el salario y el poder adquisitivo de los trabajadores en la negociación colectiva «habrá conflicto», como ocurre en la Construcción de Bizkaia, que ya ha llevado a cabo varias huelgas.

«Eso lo hemos peleado desde el inicio. Hemos dicho; o había salario o había conflicto. Fuimos los primeros que pusimos este escenario encima de la mesa, y creo que lo que se ha cerrado en la negociación colectiva sectorial a día de hoy cubre con creces lo que habíamos planteado. Es decir, hay garantía del poder adquisitivo de los salarios en los convenios, por lo menos en los que Comisiones Obreras ha puesto la firma», ha manifestado.

Respecto a los datos que apuntan un incremento del 20% de las huelgas secundadas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, ha remarcado que  «no puede ser que a los trabajadores y las trabajadoras, que durante los años complicados de la pandemia han estado dando el callo, se han dejado la piel en muchas ocasiones, incluso jugándose la vida, y han sacado adelante a este país, ahora no se les reconozca eso, cuando además los beneficios empresariales están siendo muy altos».

En este punto, ha recordado que los empresarios subieron los precios para cubrir costes, pero «cuando los costes han bajado los precios no se han reducido, y lo vemos con los índices de inflación de manera muy clara. Hay algunos que están haciendo muchísimo negocio a costa de las espaldas de los trabajadores».

Igual que el curso pasado

La actualización de los salarios ya fue uno de los ejes de la actuación sindical el curso pasado, debido a una escalada de la inflación que llegó hasta el 10,8% en julio de 2022. Por ejemplo, en octubre de ese año el secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, consideraba irrenunciable que los salarios crecieran de acuerdo al IPC, porque «de no ser así se contribuiría a aumentar la fase de empobrecimiento. Es responsabilidad y obligación de un sindicato defender algo tan evidente como que suban los salarios, por lo menos, como lo hace la inflación».

Lakuntza lamentaba «la posición de bloqueo» de las patronales, que solo dejan a los sindicatos el camino de la movilización. «Es evidente que en algunos sectores solo se conseguirán mejoras si acudimos a la huelga», advertía.

Por aquellas mismas fechas, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, visitaba Nafarroa en el marco de una campaña con un lema diáfano: «Salario o conflicto». Álvarez apuntaba que dicha campaña tenía «un objetivo claro y nítido: la subida de los salarios. No hay ninguna razón para que no lo hagan, si no es que las empresas quieran tener más y más beneficios a costa de que las personas trabajadoras tengamos una situación más difícil para llegar a final de mes».

«Los empresarios están subiendo los salarios donde hay representación sindical. En el resto de las empresas, se aprovechan de la debilidad de los trabajadores y trabajadoras y no los aumentan. Están trasladando a los precios el aumento de la inflación. Se están quedando con más beneficios en lugar de destinar una parte de ellos a los salarios. Donde se lucha y hay fuerza sindical, hay resultados», subrayó.