Mariona Borrull

Cooper, Polanski y Mikkelsen arrancan el fin de semana en el Festival de Venecia

‘Maestro’, ‘The Palace’ y ‘The Promised Land’ han atraído este sábado multitudes a las salas del Lido, con Mads Mikkelsen y Tony Leung como las grandes estrellas de la jornada.

El actor hongkonés Tony Leung ha recibido el León de Oro por su trayectoria.
El actor hongkonés Tony Leung ha recibido el León de Oro por su trayectoria. (GABRIEL BOUYS | FOKU)

El hongkonés Tony Leung llega a Venecia después de dar rostro a cuatro décadas de buen cine, dirigido por Zhang Yimou, Andy Lau, John Woo... Al Lido ha venido de la mano de Wong Kar-wai, empezando por ‘Ciudad doliente’ (1989), luego con ‘Deseando amar’ (2002) y finalmente con ‘The Grandmaster’ (2013). Diez años más tarde, el actor ha vuelto para recibir el León de Oro de Honor a su carrera.

Tras recibir el galardón de la mano de Ang Lee, el actor ha dedicado un discurso a la base terapéutica de su oficio: «He dedicado mucho tiempo a preparar mis personajes. Me criaron para reprimir todos mis sentimientos. No muestro mis emociones delante de los demás, pero después de empezar a tomar clases de interpretación encontré una manera de expresarme frente a otras personas sin ser tímido, porque no saben que soy yo, creen que estoy interpretando un personaje».

El western nórdico de Mads Mikkelsen

Era una de las presencias más esperadas en una alfombra roja prácticamente desierta por la huelga de actores. El danés finalmente presentó la película ‘The Bastard (La tierra prometida)’ junto a su director Nikolaj Arcel, conocido por ‘Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres’ y nominado en 2012 al Oscar por ‘Un asunto real’, que Mikkelsen también protagonizaba.

‘La tierra prometida’ adapta la novela homónima de Ida Jenssen sobre la misión (aparentemente) imposible del capitán Ludvig Kahlen, hijo bastardo de un noble que aspira a ser reconocido como tal y que, por ello, trata de colonizar unas áridas tierras de una zona remota de Dinamarca en nombre del rey.

Narrada a modo de cuaderno de bitácora, la película sigue los tropiezos de Mikkelsen con el clima y, sobre todo, con los habitantes del lugar. El film corre por los carriles de un western donde los indios son los secuaces del villanesco aristócrata vecino (Simon Bennebjerg), obsesionado con el fracaso del colono taciturno. La película funciona, pero su diálogo con el cine de David Lean no propone novedad alguna.

Bradley Cooper emociona con ‘Maestro’

Producida por Steven Spielberg y Martin Scorsese, la segunda película de Cooper como realizador y guionista (tras ‘Ha nacido una estrella’) va directa al panteón de las grandes películas clásicas. ‘Maestro’, biopic sobre los treinta años de relación entre el polifacético Leonard Bernstein (al que da vida el mismo Cooper) y su esposa, Felicia Montealegre Cohn Bernstein, una Carey Mulligan a quien llamaríamos «excepcional» si la generosidad interpretativa no fuera marca de la casa.

Cooper y John Singer (‘Spotlight’) dibujan cómo la pareja va tanteando las formas de su afecto, a lo largo de las décadas y con varios amantes de por medio, desde una juventud en lustroso blanco y negro, pasando no pocas turbulencias emocionales hasta el reencuentro de ambos, ahora en color (la fotografía corre a cargo de Matthew Libatique, compañero de Aronofsky). Planificada y montada con inteligencia y gusto, con la música de Bernstein por aderezo, esta reflexión honesta sobre el talento, el compromiso y la libertad confirma el buen paso directorial de Bradley Cooper.

‘The Palace’, de Roman Polanski, saca los colores

Queda escribir un breve apunte sobre el bochorno que debería suponer para un certamen de Clase A programar en competición una película como la nueva de Roman Polanski, que no ha acudido porque aún está perseguido por la justicia francesa. Jerzy Skolimowski (‘EO’) ha coescrito el guion de esta comedieta coral sobre los enredos que suceden la Nochevieja del año 2000 en un lujoso hotel suizo, con Oliver Masucci, Fanny Ardant y Mickey Rourke por caracteres más o menos protagonistas. Esta es un divertimento sin ínfulas ni gracia y con la escatología por única arma, una obra que no merecería más comentario… si no ocupara espacio en una parrilla sin paridad de género y con triple representación de personajes involucrados en casos de abuso.