La Diputación ha desestimado las alegaciones presentadas por Eguzki, Anerreka Ingurumen Elkartea y Naturkon, coordinadora de los grupos ecologistas y naturalistas de Gipuzkoa, y ha decidido declarar «de interés público» el Plan Especial que posibilitará construir un canal de aguas bravas en el cauce del río Oria, concretamente, en la antigua central hidroeléctrica de Orbeldi, en Usurbil.

Según han aclarado los grupos ecologistas que presentaron las alegaciones, esto significa, entre otras cosas, que se mantendrá la actual presa, «cuya demolición es una de las claves de la regeneración del Oria, por ser el primer obstáculo de envergadura con el que se encuentra la fauna piscícola (salmones, anguilas…) que remonta el cauce desde la desembocadura».

«Paradójicamente», explican los grupos mencionados, la Diputación declara «de interés público unas instalaciones que se basan en que se mantenga la presa, lo que, por cierto, deja muy tocada la credibilidad del citado Plan Director de Permeabilización de Obstáculos».

Además de a la Diputación de Gipuzkoa, también acusan al Ayuntamiento de Usurbil de decir una cosa y hacer la contraria. Aseguran que en el Plan de Acción del Paisaje del Río Oria de 2016 del municipio se propone «la recuperación ambiental y paisajística del entorno de la presa de Orbeldi». Del mismo modo, se plantea «una restauración paisajística mediante la eliminación de la edificación abandonada, y el desmantelamiento de la presa que, en la actualidad, resulta un obstáculo para la ictiofauna, así como para el flujo natural del agua del Oria».

Sin embargo, el Ayuntamiento de Usurbil ha otorgado la aprobación inicial al Plan Especial en cuestión, que Eguzki, Anerreka Ingurumen Elkartea y Naturkon consideran incompatible con el Plan de Acción del Paisaje del Río Oria de 2016. Han señalado la actitud favorable del Gobierno de Lakua.

Si bien los grupos ecologistas admiten que la gravedad de este asunto no equivale a la de otros proyectos como «la central nuclear de Lemoiz, ni la incineradora, ni tampoco el Guggenheim de Urdaibai», lo consideran otro ataque a la biodiversidad, que sucede por poner por delante «cualquier otro interés».