A 40 años de la instauración de la democracia en Argentina, los discursos negacionistas de la dictadura, de los crímenes de lesa humanidad y los intentos por revivir la vieja teoría de los «dos demonios» están proliferando en el país latinoamericano. La última y más polémica muestra de ello es el acto que la candidata a vicepresidenta del ultraderechista Javier Mil (La Libertad Avanza), Victoria Villarruel, realizó este mismo lunes en la Legislatura de Buenos Aires.

Al evento acudieron abogados de represores y militares condenados por torturas. A las puertas de la Legislatura se movilizaron organismos de derechos humanos, familiares de desaparecidos, supervivientes.

En referencia a esa masiva movilización, Villarruel lanzó la siguiente pregunta: «¿Quién podría oponerse al homenaje a víctimas inocentes, si no fuera porque es cómplice o parte de los que ponían bombas que asesinaban a estos inocentes?».

«Los que impiden que nuestro dolor sea recordado son los que tienen las manos manchadas de sangre de nuestros seres queridos. Los que monopolizan el recuerdo en nombre del comunismo, el marxismo, Montoneros, el Ejército Revolucionario del Pueblo, de una revolución que nadie les pidió», añadió.

Villarruel: «Carlotto tiene que contar que su hija era combatiente de Montoneros»

Villarruel fue más allá en una entrevista posterior en el canal LN+, en la que descalificó a la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, y en cierta manera justificó la detención, secuestro, tortura y muerte de su hija, Laura, a quien le robaron a su hijo nada más nacer en cautiverio.

«Carlotto ha sido un personaje bastante siniestro para nuestro país, porque con ese cariz de abuelita buena la realidad es que ha justificado al terrorismo, ha hecho política desde siempre, tiene a toda su familia colocada en el Estado. Puede sentir dolor por la muerte de su hija, pero tiene que contar que su hija era combatiente de Montoneros», dijo.

Laura Carlotto, embarazada de dos meses y medio, fue secuestrada por militares en noviembre de 1977. Tenía 23 años y estudiaba Historia en la Universidad Nacional de La Plata. Pasó los centros clandestinos de detención de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) y La Cacha. Su hijo, que nació en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978, recuperó su identidad en 2014.

Según la versión oficial de la Policía Bonaerense, la joven murió el 25 de agosto de 1978 a la 1:20 en un enfrentamiento. Tenía la mitad del rostro destrozado y el vientre perforado por un disparo.

En respuesta a las declaraciones de Villarruel, las Abuelas de Plaza de Mayo subrayaron que a los «agravios» siempre responderán con «verdad, organización, amor y lucha».

«Lo que hacen Villarruel y su espacio político es una provocación para ganar notoriedad sobre temas superados por la sociedad argentina y convalidados por la justicia nacional e internacional. Su discurso nos retrotrae a lo peor de nuestra historia, intenta sembrar confusión y promover el odio entre argentinos», remarcaron.

«Tengamos memoria: no permitamos que el olvido ni los discursos que banalizan los crímenes de Estado se amplifiquen, porque es un peligro para la democracia. No queremos que haya nunca más un genocidio en Argentina», añadieron.

«Los genocidas argentinos cometieron crímenes de lesa humanidad, es decir crímenes contra la humanidad. Un tipo de crimen aberrante y pernicioso para el conjunto de la sociedad. No importa el tiempo que pase desde que se haya realizado, siempre deberá ser juzgado y condenado para que la sociedad no lo repita, incidieron.

El Papa recibe al último nieto recuperado

En este contexto de auge negacionista, el Papa, a quien Milei ha llamado «personaje impresentable y nefasto» o «representante del maligno en la Tierra», ha recibido hoy en el Vaticano al último nieto recuperado por las Abuelas. Se trata del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, y nieto de Nélida Navajas, la fallecida secretaria de Abuelas de Plaza de Mayo.

También ha recibido a la monja francesa Genevieve Jeanningros, sobrina de Leonié Duquet, una de las monjas francesas secuestradas en el operativo de la iglesia de la Santa Cruz, en diciembre de 1977, y que fue arrojada al mar en uno de los vuelos de la muerte.