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Se agotan las esperanzas de encontrar más supervivientes en Marruecos tras 2.900 muertos

Las operaciones de rescate continúan este martes en Marruecos, más de 72 horas después del devastador terremoto que dejó más de 2.900 muertos y 5.500 heridos, pero las esperanzas de encontrar más supervivientes se agotan con el paso de las horas.

Rescate del cuerpo de una de las 2.900 víctimas que ha provocado el terremoto de Marruecos.
Rescate del cuerpo de una de las 2.900 víctimas que ha provocado el terremoto de Marruecos. (Fadel SENNA/AFP)

Las posibilidades de encontrar más supervivientes del terremoto registrado en Marruecos se van agotando, mientras el número de víctimas mortales provocadas por el seísmo ya han superado las 2.900, con 5.500 heridos.

Los equipos de rescate marroquíes, apoyados por delegaciones extranjeras, intentan acelerar la búsqueda de supervivientes. Sobre esta cuestión, la jefa del equipo enviado desde el Estado español, Annika Coll, se muestra optimista. «En Turquía (golpeada por un terremoto muy violento en febrero), logramos encontrar a una mujer viva después de seis días y medio. Siempre hay esperanza», asegura.

«También es importante encontrar los cuerpos sin vida, porque las familias necesitan saberlo y hacer su duelo», añade, mientras pone el acento en la necesidad de dar cobijo a cientos de familias que perdieron sus hogares.

Pero en algunas zonas aisladas, los residentes se quejan de no haber recibido ningún tipo de ayuda. Así, en el pueblo de Imoulas, los habitantes parecen perdidos entre los escombros de sus casas.

Abandonados

«Nos sentimos completamente abandonados, nadie ha venido a ayudarnos. Nuestras casas se derrumbaron y no tenemos adónde ir. ¿Dónde va a vivir toda esta pobre gente?», se lamenta Khadija, residente de este pueblo de difícil acceso, tapándose la cara con su velo.

«El Estado no ha venido, no hemos visto a nadie. Después del terremoto, vinieron a contar el número de víctimas. Desde entonces, no queda ni uno. Ni protección civil, ni fuerzas de socorro. Nadie está aquí con nosotros», abunda Mouhamed Aitlkyd entre los escombros.

Lo que sí se ven son helicópteros que van y vienen para entregar alimentos a los supervivientes en algunas de las pequeñas aldeas aisladas.

Mientras, desde el Ejecutivo marroquí, su jefe, Aziz Akhannouch, presidió el lunes una reunión dedicada a la reconstrucción de las viviendas destruidas en las zonas siniestradas. «Las personas que han perdido sus casas recibirán indemnizaciones (...) pronto anunciaremos una oferta clara», declaró.

El Ejército marroquí ha instalado hospitales de campaña para atender a los heridos en las zonas aisladas, como en el pueblo de Asni, en la provincia de Al Haouz, a poco más de una hora de Marrakech. Más de 300 pacientes han sido atendidos, ha señalado el coronel Youssef Qamouss.

«Evaluamos la gravedad y los pacientes graves son enviados a Marrakech. También disponemos de una unidad de radiología, un laboratorio y una farmacia», ha detallado.

Marruecos ha aceptado las ofertas de cuatro estados para enviar equipos de búsqueda y rescate, a los que se ha sumado Argelia, que ha enviado tres aviones que transportan ayuda, una vez que el ministro de Justicia marroquí ha dado su visto bueno. En concreto, esos aparatos llevan a 93 socorristas especializados, además de medicamentos, colchones, tiendas de campaña y alimentos.

100.000 niños afectados

La ayuda va llegando a una zona donde unos 100.000 niños se han visto afectados por el terremoto, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que ha llamado a responder a las necesidades de los menores y a tener en cuenta que aún pueden producirse réplicas.

En total, la ONU estima que más de 300.000 personas se han visto afectadas en Marrakech y en la zona del Alto Atlas. UNICEF aún no ha podido verificar cuántos niños pueden haber perdido la vida, pero sí ha recordado que en 2022 se calculaba que la infancia representaba casi una tercera parte del conjunto de la población.

La agencia ha puesto el acento en que numerosas familias se han quedado sin hogar en una época del año en que las temperaturas ya comienzan a descender drásticamente durante la noche. Además, también han resultado dañadas instalaciones como escuelas u hospitales, lo que provoca efectos colaterales en los niños, según UNICEF.

Además, la climatología puede llegar a agravar la dramática situación, ya que se prevén unas lluvias que pueden hacer que «la compactación del terreno de adobe, que es prácticamente tierra, se va a convertir en barro».

Así lo ha explicado el presidente de Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF), Antonio Nogales, quien se ha desplazado a la zona afectada. «No son buenas noticias», será todo «mil veces peor», ha añadido, porque las precipitaciones además dejarán aún más comprometido el equilibrio de algunas de las zonas del terreno a causa del seísmo.

A esta circunstancia se sumarían los efectos de las réplicas, de las que ya se han registrado una treintena que superan la magnitud 3, según el Centro Sismológico Euro-Mediterráneo (CSEM), que ha detectado una menor actividad sísmica en los últimos días.

Un movimiento telúrico como el del viernes suele dejar tras de sí una serie de réplicas que también pueden alcanzar niveles peligrosos, si bien en el caso de Marruecos la mayor tuvo lugar apenas un cuarto de hora después del terremoto inicial, con una magnitud de 4,8. El sábado por la mañana, no obstante, también se alcanzó el 4,2 en la escala de Richter.

La situación parece ahora más estabilizada –el lunes se registraron únicamente dos réplicas, con magnitudes 3,4 y 3,6–, según el CSEM.

El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) apunta a una progresiva reducción tanto del número como de la magnitud de las réplicas, de tal manera que solo se contemplen movimientos moderados que, en algunos casos, pueden afectar a estructuras ya debilitadas en la superficie.