No sé de qué os quejáis
El lehendakari ha aprovechado hoy la más de hora y cuarto de su discurso del Pleno de Política General para hacer un retrato del cumplimiento de su programa legislativo, objetivos de país y compromisos adquiridos y, de paso, hacerse un autorretrato en el que, según su propia opinión, ha salido muy guapo. Este año sin barba, pero igual de atractivo que en septiembre de 2022.
La producción de leyes va viento en popa, en objetivos de país el Gobierno está que lo peta y de los 40 compromisos adquiridos en el pleno anterior 38 se encuentran ejecutados o en ejecución. Pero pese a ello, Iñigo Urkullu ha asegurado que «no me duelen prendas en reconocer con visión crítica los ámbitos necesitados de reforma y mejora» y hasta ha puesto tres «ejemplos de autocrítica compartida en el seno del Gobierno»: la Atención Primaria en Osakidetza, responder al reto demográfico y a las políticas de juventud y, en tercer lugar, necesidad de mayor avance en la transición a las energías renovables.
Pero, ¿qué es para este lehendakari hacer autocrítica en esos «tres ámbitos de mejora»? Pues en realidad contarnos todo lo que su Gobierno ha invertido en esos campos, las OPEs que ha convocado, las leyes que ha aprobado, las estrategias que ha implementado, los planes que ha puesto en marcha… Es lo que Iñigo Urkullu entiende por una «reflexión crítica y honesta».
Porque han de saber todos ustedes que «entre la autocomplacencia y el catastrofismo, existe un amplio terreno en torno al eje del rigor y la veracidad». Y cada ciudadano y ciudadana debería recordar con gratitud cada mañana antes de salir de casa que «Euskadi se encuentra entre los países más avanzados en cuanto a calidad de vida, desarrollo, servicios públicos o cohesión social».
Con este panorama idílico lleno de tantos por ciento, índices y millones de euros, la verdad es que no sé de qué os quejáis, pedazos de egoístas que anteponéis vuestro individualismo al bien de la comunidad.
De verdad que tendríamos un problema muy grave si el lehendakari estuviera tan desconectado de la realidad que los informes técnicos le impidieran ver lo que pasa a la vuelta de la esquina y por ello no entendiera por qué la gente está preocupada, cabreada o resignada, y algunos se le plantan delante a gritos y con una pancarta. Pero peor sería que sabiéndolo prefiriera ignorarlo y además ver que es su propio equipo de Ajuria Enea quien desde la tribuna de invitados trata de arrancar una ovación que se le ha resistido al final de su intervención.