«‘Blondi’ presenta un nuevo modelo de maternidad»
El proyecto empezó como algo intuitivo, desde las ganas de trabajar con sus amigos. Fue cogiendo forma hasta convertirse en una comedia que invita a reflexionar sobre mujeres que afrontan la maternidad en solitario, de los mandatos de la sociedad...
Blondi y Mirko son íntimos amigos. Les encanta vivir juntos, escuchan la misma música, miran las mismas películas, les gusta fumar marihuana, ir a recitales, tienen los mismos amigos, todo es perfecto entre ellos... pero, aunque parecen casi de la misma edad, Blondi es la madre de Mirko.
Este es el planteamiento cinematográfico propuesto en su primera experiencia tras las cámaras por Dolores Fonzi (Buenos Aires, 1978). Lo ha compaginado con la labor de co-guionista junto a Laura Paredes y su labor interpretativa como protagonista. Conforman el elenco de actores Carla Peterson, Rita Cortese, Toto Rovito y Leonardo Sbaraglia.
Fonzi es vieja conocida del festival de Donostia. Presentó aquí títulos como ‘Truman’, ‘La cordillera’ y ‘Aura’. Ha vuelto, esta vez con ‘Blondi’.
¿Satisfecha con el resultado?
Estoy muy contenta. La película es el guion, es eso que ves. Superó ampliamente las expectativas.
Ha optado por la comedia, su zona de confort.
Es una comedia pero también tiene elementos dramáticos.
Como la vida misma.
Exacto.
¿Ha querido reflejar un nuevo modelo de familia?
En realidad creo que este tipo de familias son más antiguas que las familias convencionales. De hecho, las tribus, las redes de mujeres que se ocupaban de la crianza de hijos e hijas son antiquísimas. Sí presenta un nuevo modelo de maternidad. Es una madre que no se deja exigir por los estándares de la sociedad con respecto a ser mujer: ser perfecta, estar impecable... un montón de presiones que sufrimos las mujeres. En ‘Blondi’ tratamos de desligarnos de esos mandatos. La protagonista no tiene una pareja romántica, su hijo es su mejor plan, ella acepta lo que le trajo la vida y disfruta. Es feliz, no tiene ningún trauma. En ese sentido la película sí es moderna, creo.
A la vez, siento que es una manera de hacer justicia a la cifra que muestra nuestra realidad, de que el 97% de las personas que crían a sus hijos solas son mujeres. Quería mostrarlo pero no desde el sufrimiento de una persona latinoamericana. Fuma marihuana, vive en Argentina, tiene pocos recursos pero le alcanza para vivir, para otras sociedades es un desastre, una persona ‘trash’, marginal. Pero la película no muestra eso para nada. ¡Más quisieran los millonarios que viven solos tener esa vida y esa alegría de vivir!
«Hacer una película es hacerte amigo de alguien. Es convivencia, confianza... es divertidísima esa parte»
No lleva el personaje al extremo, ‘Blondi’ es una mujer responsable.
Sí, es una persona operativa. Ella ya es una persona que no funciona en el sistema. Si le pusiera un cuelgue la madre recibiría un juicio mayor... Para mí es una película que habla de las libertades individuales. Ella vive la vida como quiere, logra tener una vida buena y el hijo también. Ella es buena y él es bueno. Es lo que importa. Se ocupa de su hijo y cuando él se va se encarga de su hermana y de sus sobrinos. Tiene ese amor para dar y no tiene problema con eso. No se salva sola en la sociedad, está bien recordar que lo que importa es el otro. Igual que en una película, el cine es un trabajo colectivo, no puedes hacer una película solo, eso no existe.
En el filme destaca la química entre los actores. ¿Cómo fue el rodaje?
Al final hacer una película es hacerte amigo de alguien. Es convivencia, confianza... es divertidísima esa parte. Toto Rovito es una persona adorable. Rita Cortese es mi amiga desde hace veinte años, ¡es una genia! Carla Peterson es una artista increíble, muy buena cómica. Leo Sbaraglia hace del hombre ‘boludo’. ¡Fue muy lindo todo! Usar ese conocimiento previo de los actores para una escena es lo más divertido que puedes hacer.
¿Cómo vivió el hecho de tener que desdoblarse para ejercer de guionista, directora y actriz al mismo tiempo?
Tenía mucho incertidumbre al principio, no sabes qué va a pasar. Al final delegué mucho en los miembros del equipo, ellos son parte fundamental de la película. Te vas apoyando en el otro. Si puedes delegar en los demás te puedes soltar y todo se va alineando. Yo puedo dedicarme a dirigir porque sé que actuar ya sé.
El proyecto empezó como algo intuitivo, desde las ganas de trabajar con amigos. Tienes una vaga idea, después necesitas un buen guion, lograr que se financie...
¿Era su sueño dirigir?
No. Ahora sí, ahora solo dirigiría. Solo actuaría en mis películas [risas]. No, justo me voy a Roma a filmar con un director-actor romano. Él actuará también.
Santiago Mitre, su pareja, participa en el proyecto como productor. Su filme ’Argentina, 1985’ fue una de las producciones más destacadas del año pasado. Ganó el premio del público en Zinemaldia. Recrea el juicio a las Juntas Militares después de las elecciones que llevaron a la presidencia a Raúl Alfonsín. ¿Todavía queda mucho por denunciar de la historia de Argentina? El cine es herramienta para la denuncia política.
Siempre quedan historias por contar. ‘Blondi’ es eso, es una manera de militar. Reflejo de situaciones como el de las mujeres solteras, los hombres que no se hacen cargo de sus paternidades, las madres como seres humanas que pueden tener días buenos y días malos frente a una exigencia social muy loca... el cine es el modo de militancia que tenemos los artistas.