Martxelo Diaz
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad
Interview
Uxue Barkos
Senadora autonómica de Nafarroa (Geroa Bai)

«Sigue siendo necesario reivindicar en Madrid que Nafarroa es plural y progresista»

Tras una larga trayectoria en la que destaca su mandato como lehendakari, Uxue Barkos vuelve a las Cortes española, en esta ocasión al Senado. Descarta que se trate de un retiro dorado y subraya que seguirá formando parte activa de la política navarra desde Geroa Bai.

Afronta el reto de ser senadora en un momento político en Madrid que es complicado.

Sí, intenso. Uno de los elementos básicos de Geroa Bai siempre ha sido reivindicar la pluralidad social y política de Navarra. Y de ahí se deriva la necesidad de acuerdos. En ese sentido, llevar a las Cortes estatales, tal y como en su momento hicimos en el Congreso, esa pluralidad navarra nos parece esencial. Por ello, asumo el reto con pasión. Me parece que es un papel importante ese de revindicar y expresar también en las Cortes del Estado esa realidad política de nuestra sociedad.

Recuerdo que la primera entrevista que le hice fue en la campaña de 2004, en unas elecciones que fueron complicadísimas tras el 11-M. Después de tantos años, el mensaje es el mismo, que es necesario seguir mostrando que Nafarroa es plural más allá del estereotipo.

Sí, porque lo estamos viendo una y otra vez. También en las instituciones navarras, en el Gobierno, en los ayuntamientos de la Comarca. Se ve que esa posibilidad de que volvamos a un bipartidismo que en Navarra tiene un efecto muy concreto, que es el de ocultar la realidad política de nuestra comunidad sigue teniendo la misma vigencia. Estoy convencida de que la tendrá durante mucho tiempo porque ese «Navarra, cuestión de Estado» que algunos se empeñan en agitar por intereses partidarios muy concretos sigue siendo un riesgo para la realidad social y la salud democrática de esta sociedad. 

En este sentido, parece que no hemos avanzado mucho, pero si echamos la vista atrás sí que hay elementos que ahora están normalizados en la sociedad navarra que antes parecían impensables.

Creo que hemos avanzado muchísimo. En muchos ámbitos, además. Eso no quiere decir que la necesidad de reivindicar, de resistir, de avanzar no siga siendo igualmente vigente.

También tuvo un paso por el Ayuntamiento de Iruñea. Hubo la posibilidad de articular una mayoría de progreso alternativa a la derecha, pero el PSN no quiso.

En eso seguimos viviendo las mismas resistencias de un PSN que ha sabido dar el paso en instituciones como el Gobierno de Navarra y también en el Gobierno del Estado, articulando encuentros con aquellas mayorías territoriales que explican una realidad política. Sin embargo, sigue siendo renuente en los ayuntamientos. No me corresponde a mí decir las razones. Pero el efecto es que en un ayuntamiento como el de Iruñea, efectivamente, en el año 2007 se hubiera podido articular una mayoría progresista. En 2011 ocurrió lo mismo. Y no se produjo por voluntad política del PSN, que de alguna manera mantiene. Pero no tiro la toalla para que en Iruñea podamos ver una alcaldía que se corresponda con las mayorías de la ciudad.

Ahora mismo es hacer historia-ficción, pero hubiera sido muy importante comenzar a descabalgar a la derecha de las instituciones municipales ya en 2007.

Hubiera sido, efectivamente, una vanguardia municipal que hubiera construido mucho mejor las cosas. Se hubieran ganado unos años muy importantes.

«En 2015 fuimos capaces de articular un gobierno progresista y plural, no exento de dificultades, en base a un acuerdo programático y no a un reparto de consejerías»

En el currículum de Uxue Barkos destaca sobre todo haber sido lehendakari en un Gobierno del Cambio en un momento en el que parecía imprescindible descabalgar a UPN y con un acuerdo amplio.

Sí. La reflexión que quiero hacer de aquel momento no es que el objetivo primero fuera tanto descabalgar a UPN, que tuvo un efecto político importante, pero lo reivindico en positivo. Allá donde las urnas dieron una mayoría progresista y plural fuimos capaces de articular un gobierno progresista y plural, no exento de dificultades, muchas. Tuvo su importancia por el momento socioeconómico que vivíamos por la crisis de Lehman Brothers en el conjunto de Europa pero también en Navarra. Le supimos hacer frente, mediante la búsqueda de acuerdos que dieran estabilidad a un gobierno que puso en orden muchas cosas. No solo fue la expresión de esa pluralidad en las instituciones de Navarra, que tiene un valor político importante, sino que fue capaz de gestionar con solvencia cuestiones complicadas.

Era un gobierno que no estaba compartimentado en consejerías por partidos, sino que se basó en un acuerdo programático.

Es verdad que no era un gobierno de coalición al uso, tantas consejerías para ti y tantas para mí. He de reconocer que esos términos me repelen. Tanto que Geroa Bai con el PSN y Contigo-Zurekin no ha negociado nunca en base en porcentajes, con consejerías al peso. Sí que hemos reivindicado la proyección que la ciudadanía nos ha dado en las urnas, pero con la asunción de responsabilidades. A todas las formaciones que nos vimos concernidas en aquel proyecto, a aquellos 26 parlamentarios y parlamentarias de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, nos obligaba el momento. Pero se trabajó de otra manera, con un acuerdo programático.

No era un gobierno de coalición, pero todos los partidos tuvieron la oportunidad de proponer nombres para los departamentos. Salvo Podemos, que no quiso, todos lo hicieron. I-E, por ejemplo, propuso a Miguel Laparra. Y fue vicepresidente. Nadie pensó si I-E tenía dos parlamentarios, Geroa Bai nueve y EH Bildu siete. EH Bildu hizo también propuestas importantes, como el Departamento de Presidencia, Interior y Justicia, con María José Beaumont, que tuvo aciertos importantísimos. Por ejemplo, en lo que hoy es la transferencia de Tráfico, que, por cierto, ha sido una de las pocas referencias de Alberto Núñez Feijóo en su discurso de investidura. Anunció que lo iba a paralizar. Ese gobierno impulsó avances muy positivos.

La manera de funcionar entonces era acordarlo todo previamente antes de llegar al Parlamento.

Es que eso es fundamental. Podía haber desacuerdos, pero se trabajaban previamente. Siempre he dicho que un proyecto de ley se lleva al Parlamento para ganar o para perder. Pero no para ver qué pasa. Cuando un gobierno lleva al Parlamento un proyecto de ley, o tiene todo amarrado o ha decidido llevarlo para que se retrate algún grupo parlamentario, que también es una opción política. En la recta final, las diferencias de Podemos se dejaron sentir en algunos proyectos de ley. Pero eso no quita para que hubiera un trabajo previo. El orden en las cosas es muy importante.

Uxue Barkos, en la entrevista que ha mantenido con NAIZ. (Gorka RUBIO/FOKU)

Después llegó el primer gobierno de María Chivite. Fue un concepto de negociación completamente diferente.

Las urnas mandan la composición del Parlamento y ese Parlamento manda cómo se dirige la búsqueda de acuerdos. En este caso, lo dijeron de manera incontestable. Geroa Bai tuvo un magnífico resultado en 2019, pero el PSN se hizo con la legitimidad para dirigir aquellas negociaciones. Se trabajó de una manera diferente, en busca de un gobierno de coalición más al uso. Geroa Bai buscó qué áreas quería dirigir para aportar en ese gobierno, no tanto el número de asientos. En cualquier caso, con la vocación de seguir trabajando en esas áreas como hemos decidido en el siguiente, en el actual.

En ese gobierno decidió dar un paso atrás. No se planteó ser vicepresidenta.

Nunca. Es algo que sobrevolaba entonces y fue objeto de preguntas. Pero nunca. Primero porque creo que no hubiera sentido pasar de presidir un gobierno a vicepresidirlo, porque hubiera hecho muy fácil la búsqueda de una bicefalia. Creo que me correspondía ser la portavoz de Geroa Bai en el Parlamento y no otra cosa. Evidentemente, con un peso en la representación de nuestra coalición a la hora de llevar a cabo las negociaciones.

«La tensión que se reflejaba en la última negociación con el PSN era real. Todas las formaciones habíamos bajado en votos, pero Geroa Bai seguía siendo necesaria»

Ha habido dos negociaciones con el PSN. ¿La segunda ha sido más complicada que la primera?

Mucho más. Y de una enorma tensión.

¿La tensión que se reflejaba de cara al exterior existía en la mesa de negociación?

Sí. El PSN -esta es mi opinión– creo que hizo una lectura absolutamente incorrecta de las elecciones de 2023. Es verdad que Geroa Bai pierde una parte importante del apoyo que había recibido en 2019. Pero no es menos cierto que hacer la lectura de que como Geroa Bai ha perdido peso en el Parlamento tiene que tener menos peso en el Gobierno no se puede aceptar. De ninguna manera. Geroa Bai era tan importante y necesaria en 2019 como en 2023 para formar gobierno. Y el planteamiento era mantener las responsabilidades que había tenido en la anterior legislatura. Por cierto, la propia presidenta Chivite manifestó que había sido una colaboración provechosa. No estábamos dispuestos a aceptar un trágala de esas características, que no se sostenía en su propia propuesta. Todas las formaciones del Gobierno habíamos bajado en votos. Contigo-Zurekin bajó un porcentaje similar al de Geroa Bai, pero mantuvo los tres escaños que tenía, de lo que me alegró porque nos permite sumar 21 escaños entre las tres fuerzas y superar a la derecha. Todos seguimos siendo esenciales. El PSN también bajó en votos.

Uxue Barkos, en la sede de Geroa Bai en Iruñea. (Gorka RUBIO/FOKU)

Hay un punto en las negociaciones en las que entendemos que se puede estar buscando otra manera de formar el Gobierno. A finales de julio, mandamos un mensaje de que si se buscaban otros acuerdos para un gobierno plural y progresista, adelante, Geroa Bai no lo va bloquear. En definitiva, decíamos que si el PSN prefería negociar con EH Bildu. En un momento, nos surgieron esas dudas. Ahí se produce un punto de inflexión que sigo sin entender muy bien, que es esa propuesta pública de EH Bildu de dar el sí sin condiciones a un gobierno de María Chivite. ¿Un gobierno a dos PSN-Contigo/Zurekin? No lo entendimos. Finalmente, las cosas se recondujeron de una manera muy razonable. Van a ser ya doce años con gobiernos de mayorías plurales.

¿En estos doce años ha perdido fuerza el concepto de que todas las fuerzas son necesarias para articular mayorías progresistas? ¿Se ha agotado también el mensaje del miedo a que vuelva UPN?

No lo sé. Sigo pensando en la necesidad de acordar y de confluir entre diferentes para articular esa mayoría progresista frente a la imagen de una Navarra conservadora y de derechas que ha pervivido durante décadas. No solo en el imaginario político a nivel estatal, sino en la propia acción de las instituciones. Se ha demostrado que hay un camino de acción política real. Pero es verdad que aquella emoción, convicción y compromiso de 2015 ahora ha derivado en otra acción política con un acto que ese necesario para esas mayorías que es el PSN.

Ahora toca el Senado en una cámara en el que el PP tiene mayoría absoluta y se puede convertir en una herramienta de bloqueo si Pedro Sánchez sigue en el Gobierno español.

Por eso precisamente, la reivindicación y la expresión política de la voz progresista en Navarra es necesaria. Se va a dejar en evidencia que esa aritmética parlamentaria, por la propia configuración del Senado, no refleja la realidad de la política estatal.

«El Senado no es un retiro dorado, ni pasar a una segunda línea en la política. Seguiré aportando a la política navarra desde el seno de Geroa Bai»

El Senado se ha utilizado como una especie de retiro dorado. No es el caso, ¿verdad?

Lo he escuchado en más de una ocasión. Quizás sea la vocación de determinadas personas, pero no es mi caso. Todo lo contrario. Tendría muy fácil decir adiós a la política. Tengo mi puesto de trabajo en ETB, que dejé en su momento para venir a la acción política. Me hubiera ido de manera discreta. Mi pasión sigue siendo la política, lo era también cuando hacía periodismo. Los periodistas hacemos política aunque no debemos hacer partidismo. Cuando desde el periodismo reivindicamos una sociedad libre de violencia machista, hacemos política. No es, ni muchísimo menos, una retirada ni pasar a una segunda línea.

Geroa Bai está en un momento complicado. Se traslada la imagen de dos sectores enfrentados.

¿En el seno de Geroa Bai? No. Geroa Bai es una coalición desde el día de su nacimiento. En su día se articuló en torno a dos formaciones políticas y a un grupo de independientes. Es una realidad que desde 2020 esa estructura interna se articula en torno a PNV y Geroa Socialverdes. Era un reto que quienes veníamos del ámbito independiente nos articuláramos en torno a una formación política que dé sustento y una mayor estabilidad a la coalición. Las diferencias entre socios han existido siempre y existen en todas las coaliciones. Pero eso no resta fuerza a un proyecto político que sigue teniendo la misma vigencia. Creo que hablo por todos los miembros de la coalición. Diferencias hay y han existido siempre, también en el seno de los dos partidos. Es verdad también que Geroa Bai sigue siendo uno de los más incómodos miembros del Parlamento para quienes quisieran volver a tiempos pasados y a la Navarra de los quesitos. Siempre se ha buscado subrayar aristas en la coalición. Pero no hay más que lo que ha habido siempre y no hay nada que no sea superable. ¿Diferencias en el seno de Geroa Bai? Sí, pero como las hay en todos los partidos.

Pese a estar en el Senado, ¿va a tener la misma implicación en Geroa Bai?

Por supuesto. La idea es seguir aportando al proyecto de Geroa Bai. Ahora desde el papel en el Senado, pero con especial implicación en la política navarra. Lo hice ya desde el Congreso. Me acuerdo en 2004, cuando llegamos con Nafarroa Bai al Congreso de los Diputados en un clima muy convulso, alguien de la bancada de la derecha navarra en Madrid nos decía que en el Grupo Mixto no se hacía nada. Y mire dónde están ahora. En el Grupo Mixto. Desde aquel Grupo Mixto iniciamos, no solo desde ahí, un camino que ha derivado en una realidad navarra que se corresponde con una ambición de sacar a la luz lo que había estado oculto durante décadas. También en Euskal Herria.