Ermua tendrá que esperar aún para que se culmine la totalidad de la variante que sacará el tráfico rodado del centro de la localidad, ya que habrá que esperar tres años para que se redacte el proyecto de la última fase una vez que se haya adjudicado. Esto supone que esas obras se licitarán para final de la legislatura que acaba de comenzar.
El Consejo de Gobierno de la Diputación de Bizkaia ha aprobado este jueves la licitación para su redacción, con un presupuesto de 1,8 millones de euros y un plazo de 36 meses.
Esta licitación, según el Gobierno foral, marca un «hito», aunque lo cierto es que este proyecto ha generado tensiones entre PNV y PSE, ya que la formación que lidera Mikel Torres acusó a sus socios de «falta de compromiso» para reducir plazos y que las obras de la variante Oeste de Ermua comenzasen lo antes posibles, como reivindica el Ayuntamiento, que mostró públicamente su hartazgo por la demora.
En marzo, en los últimos compases de la pasada legislatura, el PNV se quedó solo en Juntas Generales en la defensa de la posición de la Diputación. Gracias al voto ponderado, los jeltzales sacaron adelante una proposición en la que se instó al Gobierno foral a reducir los plazos para culminar la variante «en lo legalmente posible», de cara a iniciar las obras de la primera fase de Urtia. Lo aprobado este jueves tiene que ver con la segunda, la de Mallumendi, ya que la de Urtia se está redactando.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, la portavoz foral, Leixuri Arrizabalaga, ha expuesto que en estos tres años se revisará y modificará el proyecto que ya existe para «garantizar que cumple los actuales criterios y normativas vigentes» en materia urbanística y medioambiental.
Reivindicación histórica
Esta variante se proyectó inicialmente en dos partes, denominadas variante Sur y Oeste, la primera de las cuales entró en servicio en septiembre de 2018 tras 4 años de obras y una inversión de 74 millones de euros. Desde entonces, Consistorio de Ermua y vecinos no han parado de reivindicar la ejecución de la segunda fase, acompañado de movilizaciones.
Arrizabalaga ha incidido en que se trata de adecuar el proyecto a las «necesidades actuales» y avanzar en las autorizaciones necesarias, que reemplacen a las que ya están obsoletas o caducadas. Posteriormente, habrá que adjudicar las obras.
La culminación de las dos fases de la variante oeste de Ermua permitirá eliminar el paso diario de unos 1.200 vehículos pesados que se dirigen hacia los polígonos industriales de Urtia y Goitondo.