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Las huelgas en la CAV en máximos en 2022, no así la firma de convenios

En la serie de Eustat no hay un solo ejercicio en el que haya habido más trabajadores implicados en una huelga que durante 2022. Fueron 106.998. También se situaron en máximos el número de convocatorias de huelga (342) y la duración de las mismas (384.459 jornadas).

Imagen de una huelga de 2022 en Bizkaia.
Imagen de una huelga de 2022 en Bizkaia. (Aritz LOIOLA | FOKU)

En el año 2022 se registraron en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa 342 huelgas, poco menos que una por día. La cifra supera ampliamente la registrada en años anteriores. De hecho, hay que remontarse a 2013 para encontrar una cifra superior, de 350, la mayor en la serie desde 2005, según datos publicados por Eustat el miércoles.

Si miramos la cantidad de trabajadores implicados en estas huelgas y el número de jornadas que han durado, los números de 2022 son notables. Hubo 106.998 trabajadores implicados en las huelgas, cuando los picos anteriores habían sido los de 2019 (79.860) y los de 2006, con 62.577.

En cuanto a las jornadas de huelga, el año pasado fueron 384.459, una cifra solo superada por las 391.830 de 2019. Para hacernos una idea de la magnitud, el tercer año con la mayor cifra es 2010, con 179.519 jornadas.

Puede decirse, por tanto, que la actividad huelguística se ha recuperado plenamente tras caer a mínimos en 2020. Con la pandemia, el número de huelgas cayó de las 308 de 2019 a las 190. La cifra se recuperó algo en 2021, cuando se contabilizaron 248 convocatorias, y se disparó el año pasado hasta las citadas 342.

¿Y los convenios?

El lehendakari Iñigo Urkullu viene quejándose reiteradamente de la afición sindical a las huelgas. Las cifras parecen avalar su alarma, pero conviene fijarse también en el número de convenios colectivos registrados en ese periodo. Estos también cayeron a mínimos con la pandemia –de 216 a 143–, se recuperaron algo durante 2021, llegando a los 199, pero se estancaron en 2022, cuando se firmaron 201 convenios, una cifra similar a la del año anterior y que queda bastante lejos de los 249 de 2018 o los 235 de 2017.

No parece difícil concluir que la inflación ha complicado las negociaciones entre sindicatos y empresas, dando como resultado un estancamiento de los convenios y un auge de la conflictividad laboral, expresada tanto en el número de huelgas convocadas, como en su duración y en la cantidad de trabajadores implicados.

Por otra parte, cabe señalar que los convenios firmados durante 2022 sí han incluido subidas salariales importantes, por encima de la media de los últimos años. El incremento en los convenios durante el lustro anterior osciló entre el 1,1% de 2016 y el 1,8% de 2018 y 2019. En 2022, sin embargo, los convenios registraron un aumento medio del 4,8%. En cualquier caso, no significa un mayor poder adquisitivo para los trabajadores, dado que el IPC aumentó durante el mismo periodo un 5,6%.