La Cumbre de la Paz para Gaza y la «cuestión palestina» organizada por Egipto en la llamada Nueva Capital Administrativa, al este de El Cairo, ha culminado sin una declaración final conjunta de los 34 países y organismos internacionales que han participado en el encuentro.
Egipto, país que ha convocado la reunión, ha emitido una nota en la que ha agradecido el esfuerzo para buscar consensos por encima de posiciones políticas o religiosas para abordar esta crisis y la situación de Israel y Palestina, y por su posición común a la hora de «ver la importancia de revaluar la estrategia internacional para abordar el conflicto».
Según han señalado, desde un primer momento se ha constatado entre los asistentes a la reunión que había una «sintonía» en el respaldo a la idea de reactivar la solución de los «dos Estados» y la coexistencia para el conflicto de Israel y Palestina.
Todos los que han expresado su opinión al inicio de la reunión han sido categóricos en defender las mismas ideas: la coexistencia de dos Estados es la única solución viable al conflicto, las vidas civiles deben ser protegidas en todas partes y la ayuda humanitaria debe poder entrar en la Franja de Gaza.
También se ha notado, sin embargo, el abismo de sensibilidad entre el mundo árabe y Occidente a la hora de valorar la situación de los palestinos y las responsabilidades sobre su situación. De hecho, fuentes árabes han informado a EFE que la declaración final no se ha producido, pese a la sintonía en muchos temas, por el rechazo europeo a responsabilizar a Israel de la muerte de civiles y a exigir un alto el fuego.
En su comunicado particular de cierre, Egipto y su presidente, Abdelfatah al Sisi, ha afirmado que con la iniciativa se buscaba «establecer consenso global» para rechazar la «violencia y el terrorismo» y pedir detener la guerra que ya ha causado la muerte «de miles de civiles inocentes tanto en Palestina como en Israel». También, que se respeten las reglas del derecho internacional y humanitario «que subrayan la importancia vital de proteger a los civiles y no exponerlos a peligros ni amenazas».