El cofundador de Studio Ghibli está considerado como uno de los grandes de la historia del cine animado gracias a producciones tan referenciales como, entre otras, ‘El viaje de Chihiro’, ‘El castillo ambulante’ o ‘Mi vecino Totoro’.

En 2013 estrenó ‘El viento se levanta’, con la que el maestro japonés anunció su retirada alegando cansancio físico y creativo. No obstante, volvió a retomar su paleta de colores tres años después para dar forma al cortometraje ‘Boro the Caterpillar’.

Desde entonces se especuló con su posible retorno al formato largo y a pesar de ser muy contrario a la utilización de las técnicas digitales que imperan en la animación actual. Aferrado a su viejo código artesanal, se encargó de recordar en su despedida que su imaginario tan solo era posible a través del formato clásico bidimensional.

Los problemas económicos que pesaban sobre el estudio Ghibli, factoría en la que Miyazaki dio forma a su universo, y la irrupción de su hijo Goro Miyazaki como director, provocaron que desde la sombra, el viejo samurái de la animación se colocara en un discreto segundo plano para ayudar a su hijo Goro en la que supuso la primera apuesta de Ghibli en el cine animado vía ordenador, ‘Earwig y la bruja’ (2020).

Un clásico literario

Sobre la trama, esta se basa en un original literario de Genzaburo Yoshino, que escenificado en Tokio, se centra en un chaval de 15 años llamado Koperu, cuyo padre acaba de fallecer.

La novela está considerada como un clásico de la literatura japonesa y narra el progresivo despertar a la vida y las emociones del protagonista, el cual tendrá como aliado a su tío a la hora de intentar encontrar respuestas a cuestiones como qué es ser valiente, por qué existen cosas que consideramos injustas, quiénes somos o qué hacemos en este mundo. Una obra que además, explora la pobreza y el acoso escolar.