El consejo de administración del Banco Europeo de Inversiones (BEI) aprobó en su reunión de este miércoles conceder un préstamo de hasta 200 millones de euros al proyecto del gran túnel que se va a construir entre Getxo y Portugalete, en el que la Diputación de Bizkaia va a invertir 450 millones, 50 más de los previstos inicialmente.
El diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo, Imanol Pradales, ha informado del acuerdo, que supone un importante aval a sus planes, y ha avanzado que en febrero el Consejo de Gobierno aprobará el proyecto constructivo definitivo con vista a comenzar las obras en verano de 2024, que se prolongarán durante cuatro años.
En la comparecencia tras el Consejo de Gobierno, Pradales ha destacado la importancia de la decisión adoptada por el BEI, que ha tardado un año en pronunciarse sobre la petición de financiación, que tiene en cuenta que la nueva infraestructura trata de resolver la «vulnerabilidad» de la red viaria entre ambas márgenes de la Ría, que pende del puente de Rontegi por el que a diario circulan en torno a 165.000 vehículos. Con el gran túnel, ha añadido, disminuirá el tráfico en puntos críticos como el tramo de la A-8 en Ezkerraldea, La Avanzada y corredor del Txorierri, eliminando los «sobrerrecorridos» entre márgenes.
La tesis que defienden los responsables forales no es compartida por ecologistas y otros agentes, que consideran que este proyecto es uno más dentro de las políticas de impulso del uso del vehículo privado e instrumento para seguir avanzando en el desarrollo urbanístico de Uribe Kosta. El subfluvial es, según palabras del anterior diputado general, Unai Rementeria, «la obra más importante del siglo XXI» y recupera la apuesta del PNV por la inversión millonaria en grandes infraestructuras.
Es uno de los avances que se ha producido en el desarrollo de esta «infraestructura estratégica», en la que la Diputación lleva trabajando los últimos cinco años y medio. Mientras, ha ido acometiendo distintas obras en Kukularra, intercambiador de Cruces y La Avanzada, con importe de 22,5 millones de euros, «para ganar tiempo».
Una vez puesta en servicio la conexión entre la Variante Sur Metropolitana y la AP-68, la Diputación va a centrar sus esfuerzos en finalizar el diseño para acometer la construcción del subfluvial entre las rotondas de Artaza, en Getxo, y Ballonti, en Portugalete, próximo al centro comercial y a la fábrica de Nervacero.
Para febrero
Después de tres años y medio de trabajo de las ingenierías, en que se han llevado a cabo más de 250 sondeos geológicos y diferentes estudios pormenorizados sobre el tráfico y el propio desarrollo de las obras de construcción, ahora se trabaja en introducir las alegaciones que van a ser tenidas en cuenta, antes de proceder en febrero a la aprobación definitiva del proyecto en Consejo de Gobierno. En 2024, según ha recordado Pradales, se contempla una inversión de 25 millones de euros en los presupuestos que PNV y PSE van a sacar adelante gracias a su mayoría en las Juntas Generales.
Tras la aprobación el 18 de abril del proyecto provisional, se abrió el periodo de información pública, en el que 35 agentes distintos presentaron un total de 76 alegaciones, de las que el 75% van a ser incorporadas. Pradales ha indicado que se trabaja en ello.
La mayoría tienen que ver con la inquietud de vecinos y centros educativos de Getxo por el impacto de los trabajos en el entorno de Artaza. Así, por ejemplo, se extremará la vigilancia ambiental para evitar molestias por vibraciones y emisión de polvo, y también se peritará el estado de las viviendas más próximas y buscarán alternativas a la movilidad peatonal.
El diputado foral ha reconocido que existe inquietud en Getxo, especialmente, por las consecuencias de las obras, dada la densidad de tráfico que soporta la rotonda de Artaza, la proximidad de centros educativos y del parque, algo que no sucede en el otro extremo, en los límites entre los municipios de Portugalete y Sestao.
Otro punto «crítico», ha añadido, se encuentra en un tramo de unos 200 metros aproximadamente frente de la acería compacta, dada las características del «terreno blando» que se va a horadar, aunque no duda que se resolverá gracias a las avanzadas técnicas constructivas que se van a emplear.
Esta semana, ha subrayado Pradales, se ha producido otro «gran hito» con la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental.