De Milagro, la localidad natal del ya exdelegado del Gobierno, hasta Falces van una veintena de kilómetros siguiendo el barranco de Peñalén. Solo Funes está en medio. La procedencia del delegado del Gobierno se mueve, por tanto, muy poco. Y la clave, en buena medida, es Santos Cerdán, el secretario de Organización del PSOE. 

José Luis Arasti es de la misma localidad que Cerdán y goza de su confianza. Eso explicaba, en buena medida, que hubiera alcanzado la Delegación del Gobierno. Si bien, Arasti (con puesto de funcionario en Salud y formado en Empresariales) se había especializado en áreas de Interior, una consejería donde primero fue director del Servicio de Desarrollo de Políticas de Seguridad, y más tarde, en la sección de Tráfico y Seguridad Vial.

Así pues, el salto de Arasti a Hacienda ha sido, de largo, mucho menos natural, habida cuenta su trayectoria, que su paso por la Delegación. De hecho, sorprendió bastante. Si bien, ambos cargos tienen un punto en común de importancia nuclear: son enlaces clave en la relación Nafarroa-Estado. 

Y es aquí donde resulta más comprensible que el hombre fuerte del PSN en Madrid y quien deba llevar las negociaciones del Convenio Económico tengan afinidad el uno con el otro. Arasti y Cerdán la tienen. Ambos son de un pueblo con 3.400 habitantes y cuando el padre de Arasti falleció en un accidente laboral, el exdelegado tenía 8 años y Cerdán 10. Son militantes del PSN desde siempre. Ambos fueron concejales en su pueblo, aunque no llegaran a coincidir.

Explicado con trazo grueso algunos de los motivos por los que la plaza de delegado del Gobierno estaba vacante, lo cierto es que se ha buscado para el cargo a un perfil muy similar. Una persona que se implicó, primero, en la gobernanza municipal y, después, en las estructuras internas del PSN. 

Así, más allá de la formación de Echeverría (licenciada en Derecho y Máster en Prevención de Riesgos Laborales por la UPNA) y las capacidades que pueda demostrar, parece evidente que se ha buscado a alguien fiel al partido, de confianza.