Nerea Lauzirika
Bilbo

Piden que se respeten los derechos humanos de Mohamed Benhlima, condenado a muerte en Argelia

Amnistía Internacional ha denunciado en Bilbo, como viene haciendo el primer miércoles de cada mes desde hace más de un año, la deportación a Argelia de Mohamed Benhlima, donde está condenado a muerte por las críticas vertidas sobre el régimen del país.

Movilización ante la subdelegación del Gobierno español en Bilbo.
Movilización ante la subdelegación del Gobierno español en Bilbo. (NAIZ)

Miembros de Amnistía Internacional llevan más de un año concentrándose el primer miércoles de cada mes frente a la Subdelegación del Gobierno español en Bilbo, para pedir que se respeten los derechos humanos de Mohamed Benhlima, condenado a muerte en Argelia. Han denunciado que fue deportado de manera ilegal.

Benhlima fue militar en Argelia y, una vez dejó las fuerzas armadas, denunció públicamente casos de corrupción y se mostró crítico con el régimen del país. También participó en manifestaciones en las que se pedía mayor democracia en Argelia. Al ver que su detención por estos hechos considerados terrorismo en su país de origen era inminente, decidió huir al Estado español. Solicitó asilo político en febrero de 2020 y un año más tarde ingresó como activista en el grupo de Bilbo de Amnistía Internacional.

Volvió a huir, esta vez al Estado francés, cuando deportaron a un compañero en su misma situación al ser llamado a renovar su documentación por la Policía, llamada que recibió él mismo poco después. Y de ahí tuvo que volver a escapar, en esta ocasión a Portugal, donde solicitó asilo y le fue denegado.

De camino al Estado francés, Benhlima fue detenido en un control en internado en el CIE de Valencia el 17 de marzo de 2022. Diez días después el Estado español le denegó el asilo. Amnistía Internacional denuncia que la deportación fue tan precipitada que su abogado no pudo presentar el recurso ante la Audiencia Nacional, ya que fue notificado cuando Benhlima ya estaba volando a Argelia. En mayo del año pasado se dio a conocer que había sido condenado a muerte, aunque aún tiene causas abiertas.

Si bien es cierto que Argelia no ejecuta ninguna condena de muerte desde la década de los 90, los que fueran compañeros de Benhlima en Bilbo consideran que el Estado español debería «al menos intentar» que Argelia respetara los derechos humanos del condenado, quien aseguran que ha sido torturado y está encarcelado en régimen de aislamiento.

Las concentraciones mensuales que realizan pretenden mantener presente esta petición, así como levantar el animo de Benhlima, ya que le hacen llegar las fotos de cada movilización.