La compañía ferroviaria francesa SNCF se ha negado a tratar de la mejora de las condiciones laborales durante meses.

Sin embargo, tras la jornada de huelga del pasado 11 de diciembre, cuyo seguimiento los sindicatos cifran en el 80%, la dirección de la empresa abrió la puerta a una negociación que ha dibujado ya un escenario de salida a la crisis.

Así lo ha hecho saber este 14 de diciembre la sección de ferroviarios de la CGT de Baiona, que ha lamentado que «haya habido que realizar diez días de huelgas y paros que han afectado a los usuarios, también en el País Vasco», para que se imponga la vía del acuerdo.

«Es lamentable que hayan sido necesarias diez jornadas de huelga y la supresión de centenares de trenes para que la negociación de haya abierto paso», ha expresado el sindicato en un comunicado.

Pese a ello, finalmente, la compañía ferroviaria ha aceptado que figuren en la agenda cuestiones como la contratación de conductores, tanto para TGV como para cercanías (RER).

En lo más cercano, ello debería traducirse en la cobertura de tres puestos de conductor en Hendaia y Baiona, y uno más en Pau.

Igualmente la compañía acepta tanto la propuesta de validar la formación de varios conductores más así como la demanda de que «todos los puestos en el servicio de cercanías que dejarán de estar cubiertos por la jubilación de trabajadores se vean sustituidos por otros operarios».

Según expresa la CGT, «estos avances que son fruto de la lucha llevada a cabo por diferentes sindicatos, van a permitirnos por fin garantizar nuestra misión de servicio público en el día a día en condiciones normales».

La sección sindical de los ferroviarios de Baiona anuncia así que los trabajadores volverán sus puestos de trabajo «con la tranquilidad de los logros conseguidos y la garantía de un refuerzo importante de personal para hacer frente a los retos de las próximas semanas», en alusión a las fiestas de fin de año en las que se incrementa exponencialmente la afluencia de pasajeros.