Las autoridades palestinas han condenado este jueves la puesta en libertad de los guardias de seguridad israelíes implicados en la muerte de Zaer abu Asab, un prisionero palestino y miembro de Al Fatah que fue linchado en una cárcel israelí. Han tildado la decisión de «fascista» y «racista».

El Ministerio de Exteriores de la Autoridad Palestina ha indicado en un comunicado publicado en su cuenta en la red social X que la liberación de los sospechosos, que habrían propinado una brutal paliza al prisionero, muestra la «impunidad continuada de Israel», lo que ahonda el «fracaso ético, humanitario y legal por parte de la comunidad internacional».

Así, ha acusado a las autoridades «coloniales» de Israel de «condenar a muerte a ciudadanos y derramar su sangre» siguiendo su «política y cultura». «Consideramos que los israelíes son extremistas que legitiman la masacre y el asesinato de los palestinos», ha afirmado antes de señalar que el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, y el de Finanzas, Bezalel Smotrich, son «símbolos del fascismo».

En este sentido, ha recriminado al Gobierno israelí la falta de una investigación al respecto, «incluso si alguno de estos crímenes son llevados a cabo por la cúpula militar» del país. «Ocultarán las pruebas y demostrarán la inocencia de las fuerzas de ocupación», ha añadido.

Ha abogado por una «intervención urgente del Tribunal Penal Internacional (TPI) y de los tribunales pertinentes para que los responsables sean llevados ante la justicia», ya que «lo sucedido no es sino una muestra más de que el sistema judicial israelí es una parte del sistema de ocupación en sí mismo».

Una veintena de guardias

Este mismo miércoles, la Policía de Israel indicó que casi una veintena de guardias de seguridad de la prisión en la que se encontraba Abu Asab fueron sometidos en noviembre a un interrogatorio en el marco de una pesquisa sobre lo sucedido en la prisión, según informaciones recogidas por varios medios de comunicación israelíes.

Las fuerzas de seguridad han confirmado que todos ellos han sido puestos en libertad «con condiciones» mientras avanzan las investigaciones. Son sospechosos de haber entrado en su celda de la prisión de Ketziot, en el sur del país, y propinarle una paliza antes de que el Servicio Penitenciario anunciara su muerte el pasado 19 de noviembre.

Abu Asab llevaba encarcelado desde 2005 tras ser condenado a 20 años de prisión por planear una acción armada contra un puesto de control cercano a la localidad cisjordana de Naplusa durante la Segunda Intifada.

Ben Gvir, por su parte, ha trasladado su apoyo a los guardias que han sido interrogados. «Tienen la presunción de inocencia y no se puede decidir su destino porque se está realizando una investigación», ha dicho, antes de afirmar que estos guardias lidian a diario con «la escoria de esta tierra».