Dispuesta a llevar el mal perder al paroxismo, la que hoy pasará a ser exalcaldesa de Iruñea, Cristina Ibarrola, adelantó ayer la colocación de las primeras placas en homenaje a los 16 fallecidos en el encierro. Estaba previsto que se instalaran pasadas las navidades, pero lo avanzó todo, según dijo, para asegurar que el nuevo gobierno no detendrá una iniciativa que le hace «especial ilusión». Para que luego digan que la ciudad ha estado paralizada durante su mandato.
Cabe preguntarse si el equipo de Ibarrola avisó a los familiares de los homenajeados, ayer ausentes, o si, al margen de insustanciales inauguraciones, lo que buscaba era simplemente un micrófono más ante el cual seguir haciendo gala del mal perder provocado por la moción de censura que convertirá hoy a Joseba Asiron en alcalde de la ciudad.
Ibarrola no desaprovechó la oportunidad de seguir caldeando el ambiente ante la jornada de hoy, cuando las concentraciones a favor de la moción de censura y en contra podrían estar separadas por escasos metros. La primera se celebrará en la plaza del Ayuntamiento, mientras que la segunda, al ser registrada más tarde, podría trasladarse a la contigua plaza de los Burgos. Ayer no había, sin embargo, confirmación de esta última convocatoria.
En cualquier caso, Ibarrola no suavizó sus soflamas. Las dianas fueron, de nuevo, el PSN como objetivo más cercano y EH Bildu en el papel de «coco». Tras asegurar que saldrá del Ayuntamiento «con la cabeza muy alta y por la puerta principal», criticó a «esta gente tan democrática y tan respetuosa» que se «dedica a insultarnos y a escupirnos». Anunció por enésima vez el apocalipsis que vendrá de la mano de EH Bildu, en forma de «euskera», «imposición», «ikurriñas» y «juntarse solamente con los que piensan como ellos y en sus chiringuitos». Por lo que se ve, Ibarrola sigue olvidándose de las matemáticas, dado que Asiron contará con el apoyo de 16 concejales y cuatro grupos políticos, mientras que ella fue alcaldesa con el voto de 11 ediles y solo dos partidos.
Pero el calibre más grueso lo guardaba para el PSN, principal blanco de las diatribas regionalistas de estos días. «Le auguro al Partido Socialista una desaparición de las instituciones de Pamplona bastante rápida, porque para ser lo mismo que EH Bildu, la gente votará a la marca original», vaticinó, añadiendo que lo del PSN ha sido una «traición por sillones».
Presión y nuevas llamadas al transfuguismo
Aunque la alcaldesa saliente volvió a calificar de «ridículas» las acusaciones vertidas por el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, de haber señalado y amedrentado a sus concejales, la campaña de acoso y derribo contra los ediles del partido de María Chivite no cesó ayer. Fue el PP a nivel estatal el que más ruido metió.
Su portavoz en el Congreso de Madrid, Miguel Tellado, se jactó de la renuncia de dos miembros del PSN a tomar el acta que dejó libre la nueva ministra Elma Saiz. «Eso demuestra que en el PSOE aún queda gente con escrúpulos, con vergüenza y que defiende la política desde la dignidad. Pedro Sánchez debería mirarlos y entender que están afeando su actitud», señaló.
La vicesecretaria de Organización del partido, Carmen Fúnez, insistió en el mensaje, añadiendo un llamado a la rebelión y el transfuguismo: «Aún quedan dirigentes del PSOE con dignidad que se rebelan contra las imposiciones de Sánchez; esperamos que, si se trata de un ataque de dignidad, se contagie al resto de miembros del PSOE para que mañana no voten a Bildu y por tanto fracase esa moción».
Hasta el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, clamó contra la «maniobra indecente» que «va a consumar la indignidad de entregar Pamplona a Bildu como parte de su pacto encapuchado con Otegi».
Pleno corto y festejo largo
Las renuncias de Tomás Rodríguez, que ayer rehusó formalmente asumir el acta, y de María José Blasco, que alegó motivos profesionales –ninguno de los dos ha criticado públicamente la moción de censura–, hará correr la lista hasta el octavo puesto, ocupado por Miguel Matellanes, estudiante de Derecho y Ciencias Políticas. Pero como el relevo tiene que pasar antes por la Junta Electoral Central, mañana no podrá participar en el pleno, por lo que Asiron saldrá, si no hay sorpresas, con 15 votos a favor.
Sucederá tras un breve pleno que no debiera durar más de una hora. La Mesa de Edad, formada por Koldo Martínez (Geroa Bai) y Aitor Silgado (UPN), dará la palabra a Asiron e Ibarrola durante un máximo de diez minutos; luego, cada grupo tendrá tres minutos para fijar posición, tras lo cual se realizará la votación. Será el propio Asiron, tras tomar posesión del cargo, quien levantará la sesión.
Es de prever que los festejos duren bastante más de una hora y se desparramen por la Parte Vieja de la ciudad a una hora tan oportuna como el vermut. Ante la crispación alentada por Ibarrola, ayer Asiron hizo un llamamiento a la calma, recordando que es «un día para la felicidad, más allá de las provocaciones que pudieran llegar». La receta del alcalde entrante es el respeto, el sosiego y la alegría: «Respeto a quienes piensen diferente, sosiego ante el enfado de algunos y alegría por lo conseguido, pero sobre todo, por lo que está por venir».