La sombra del asalto al Capitolio de EE.UU., del que ayer se cumplieron tres años, se cierne sobre la contienda para las elecciones presidenciales de noviembre, habiéndose convertido en un arma arrojadiza entre el actual presidente, Joe Biden, y su antecesor, Donald Trump, acusado de instigar dicho ataque en Washington.

El 6 de enero de 2021, simpatizantes de Trump irrumpieron en el Capitolio con el objetivo de interrumpir la sesión parlamentaria en la que se iba a certificar la victoria de Biden en las elecciones, obligando a los legisladores a esconderse y a la policía a enfrentarse a los intrusos. Cinco personas murieron entonces y cuatro agentes de policía se suicidaron posteriormente.

Biden debía pronunciar su discurso ayer, en el aniversario del ataque, pero la fecha se adelantó al viernes debido a una previsión de tormenta. En Valley Forge, Pensilvania, un sitio histórico de la Guerra de Independencia de EE.UU., el actual presidente quiso dar un impulso a la campaña y acusó a Trump de utilizar un discurso inspirado «en los nazis».

«Trump y sus seguidores  no solo respaldan la violencia política, sino que se ríen de ella», continuó Biden, que dará el 7 de marzo su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso.

El asalto de hace tres años podría influir en la participación del multimillonario en las presidenciales ya que el viernes el Tribunal Supremo aceptó a trámite el caso sobre la expulsión de Trump de las primarias del Partido Republicano en Colorado.

La decisión coloca al tribunal en la posición de establecer una postura a nivel nacional sobre si Trump puede participar en los comicios o si, por el contrario, el papel que jugó en el asalto al Capitolio lo hace inelegible

A pesar de la gran cantidad de casos contra Trump, su base se mantiene fiel y se hace eco de teorías conspiratorias que, de manera infundada, sostienen que un grupo de manifestantes antifascistas o incluso el propio FBI instigaron el asalto al Capitolio.

Pocas horas después del discurso de Biden, Trump se defendió desde Iowa. El expresidente republicano acusó a Biden de «infundir miedo» con sus palabras. Además, aseguró, que «el historial del actual mandatario es una racha ininterrumpida de debilidad, incompetencia, corrupción y fracaso».

Otros problemas para el demócrata incluyen la inmigración y el dilema en la frontera con México, el respaldo a la masacre de Israel en Gaza que divide a su partido y el Congreso que bloquea su solicitud de fondos adicionales para Ucrania. De hecho, Biden tiene la peor calificación de popularidad para un presidente en ejercicio en el mes de diciembre previo a una elección.

«Si la elección fuera mañana, el presidente Biden perdería», afirma a la agencia AFP William Galston, experto en la Institución Brookings.