En múltiples ocasiones, Wim Wenders ha dejado patente su profundo amor por la cultura japonesa, sustentando su admiración en destacados directores como Kurosawa o Mizoguchi.
En 1985, el cineasta alemán plasmó esta fascinación en el documental ‘Tokyo-Ga’, donde, guiado por la influencia del cine de Yasujiro Ozu, creó un cautivador retrato de la cultura japonesa, explorando la vida de sus habitantes, sus tradiciones y, especialmente, la metrópolis vibrante y a la vez imponente que es Tokio.
‘Perfect Days’, una colaboración entre Alemania y Japón, representa un nuevo episodio en la atracción de Wenders por Japón y su cultura.
El cineasta alemán ha recuperado la fuerza y vitalidad de los años 80, una época dorada con joyas cinematográficas como ‘Paris, Texas’ (1984) y ‘El cielo sobre Berlín’ (1987).
Un hombre sencillo y amable
La trama se centra en Hirayama, un hombre sencillo y amable que encuentra serenidad en la vida tranquila dedicada a la limpieza de retretes en Tokio. Para él, la perfección reside en días sin sobresaltos, donde todo se desarrolla en calma y orden.
Más allá de su rutina estructurada, disfruta de su pasión por la música y los libros, siendo un ferviente admirador de los árboles, a los cuales inmortaliza en fotografías.
‘Perfect Days’ alude precisamente a esos momentos en los que Hirayama encuentra satisfacción en su labor y se contenta con los pequeños obsequios que la vida le brinda.