Los cereales hegemónicos de secano, trigo y cebada, continuaron dominando el campo navarro en 2022. Sin embargo, la tendencia que se observa es que poco a poco les están saliendo competidores debido a la extensión de las fincas de regadío, que ya son responsables del 46,1% de las toneladas totales de la producción agrícola en este herrialde.
Las plantaciones de tomate y brócoli (Nafarroa es un gran exportador a otros países de Europa) son las producciones hortícolas con mayor producción. En tercer lugar quedaría el pimiento para la industria, mientras que el espárrago, a pesar de la denominación de origen, tiene una producción comparativamente pequeña.
Tras este claro dominio se intuyen tendencias transformadoras. Una de ellas viene impulsada por Europa, que busca una mayor rotación de cultivos para reducir el empleo de fitosanitarios.
La vid, en retroceso
Entre las leñosas, la vid sigue dominando. Sin embargo, no corren buenos tiempos para el vino. Ni bajo la denominación de Rioja (que no está siendo capaz de colocar en el mercado los litros suficientes) ni para la de Nafarroa, que para 2025 ya está solicitando ayudas para la «poda en verde», de modo que se reduzcan los excesos de uva previstos.
En lo referente a 2022, se registra un aumento en la producción de almendras, si bien esto puede responder a un momento puntual, dado que se ha pagado bien en los últimos años, lo que ha motivado a los agricultores a ampliar sus plantaciones.
Suben olivar y girasol
Desde el Intia, el organismo público que asesora al sector agrícola del herrialde, apuntan que el cultivo leñoso que más interés despierta hoy es el olivar, en vistas a la gran crisis de suministro que ha generado la grave sequía en Andalucía.
Otro de los cultivos que despunta es el de girasol, que en Erribera necesita agua de riego, mientras que en la Zona Media o en Iruñerria es viable en secano. El boom del girasol se dio en 2022, si bien los datos no se aprecian en la gráfica del Nastat, pues ese año no se cosechó, solo se sembró. En este caso, la causante del interés fue la escasez derivada de la guerra en Ucrania.
El problema del maíz (también en auge) y del girasol es que requieren mayor cantidad de agua, lo que convierte al campo en más dependiente de las reservas de los pantanos, lo que choca con la evolución meteorológica que parece derivarse del cambio climático.
Por su parte, el efecto de la nueva PAC se hace notar, sobre todo, en las leguminosas. Europa busca, con la rotación de los cultivos, que la tierra regenere sus nutrientes de forma natural y, de este modo, se reduzca la necesidad de abonos y fitosanitarios. Así, los campos navarros se están abriendo a guisantes o veza, que también se dan en el secano.
Estas leguminosas encajan además en los nuevos gustos alimentarios, donde se priman las plantas que aportan proteínas para platos precocinados vegetarianos.
Trabajadores del campo reclaman descansar
Precisamente ayer, trabajadores del campo navarro acudieron a manifestarse en Iruñea para reivindicar el derecho al descanso. «La mayoría realiza jornadas semanales de lunes a sábado con un único día de descanso a la semana y acabar con esto es una de las principales reivindicaciones en la negociación del convenio», explicó LAB, el sindicato convocante, en una nota.