Iker Bizkarguenaga
BILBO
Interview
José Antonio Lozano
Director científico del Basque Center for Applied Mathematics (BCAM)

«Las matemáticas son transversales, son útiles en cualquier ámbito de la vida»

José Antonio Lozano es catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, con más de veinticinco años de experiencia científica y desde hace cinco años director científico del BCAM, un centro dedicado a una materia que, recuerda, se aplica en todos los ámbitos de nuestra vida.

(Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

 José Antonio Lozano recibe a GARA en la sede bilbaina del Basque Center for Applied Mathematics, un centro de investigación donde la actividad diaria se intuye vibrante, con paredes de pizarra para hacer operaciones y una edad media que lo asemeja, a ojos del visitante, a cualquier facultad universitaria. El director científico del BCAM logra transmitir su pasión por las matemáticas en una entrevista en la que desgrana sus retos y objetivos.

A nadie se le escapa la importancia que tienen las matemáticas, pero si alguien se pregunta para qué hace falta un centro sobre matemática aplicada, ¿qué le responde?

Que las matemáticas son útiles en cualquier ámbito de la vida, son transversales. La mayoría de las actividades científicas requieren matemáticas. Por ejemplo, todo el desarrollo de la Inteligencia Artificial necesita de las matemáticas. Podríamos hablar de la aplicación social y económica de las mate- máticas en muy diversos ámbitos, desde establecer las rutas de los autobuses, pasando por ayudar en el diagnóstico de una enfermedad, los espacios de aplicación son infinitos.

En estos quince años de andadura han recibido varios reconocimientos, como la distinción Severo Ochoa, que no está al alcance de cualquiera. ¿Qué supone para el centro?

Para el centro es importante que la investigación que se hace aquí sea de calidad, y estos reconocimientos de alguna forma nos vienen a decir que vamos por el camino adecuado, que estamos haciendo investigación de calidad, que esa investigación está reconocida tanto a nivel nacional como, sobre todo, a nivel internacional. Nos reafirma en lo que estamos haciendo. Al final, el objetivo del centro es hacer investigación básica de calidad.

¿Cuáles son sus principales líneas de trabajo?

El centro está dividido en cinco áreas diferentes; dos de ellas tienen un componente más teórico, y tres tienen un componente más aplicado. Las dos áreas con un componente más teórico son Análisis de Ecuaciones Derivadas Parciales y Estadística Física, y las tres más aplicadas son la de Matemáticas Computacionales, donde principalmente se analizan cuestiones de fluidos; Aplicaciones en el ámbito del modelado matemático, donde tenemos una línea de modelado en biología, otra en neurociencias y otra en materiales; y un área de Inteligencia Artificial, donde tenemos tres líneas: una línea de Machine Learning, otra de optimización combinatoria y otra de estadística aplicada. Los ámbitos son muy variados. Si buscas un conocimiento en matemáticas, es casi seguro que alguien en el centro va a saber algo de ese ámbito.
La Inteligencia Artificial, el Machine Learning, acaparan muchos focos y titulares, ¿notan esa mayor atención?

Sí, sobre todo por los inputs que te llegan desde fuera. Esa es mi área de investigación, la conozco bastante bien, y lo que se nota es que llegan bastantes inputs. Por ejemplo, hay muchas empresas que les gustaría hacer desarrollos en ámbitos de la Inteligencia Artificial.

La función del BCAM es la investigación, también la transferencia de conocimiento. ¿Cómo se concreta esa transferencia de conocimiento?

El centro es un centro de investigación básica pero en el ámbito de la matemática aplicada. Y como es en el ámbito de la matemática aplicada, de alguna manera una de nuestras tareas es demostrar que lo que hacemos tiene un valor económico y social. Y en ese aspecto es donde entra la transferencia, y esta la vemos en un sentido muy amplio. Vamos a transferir los conocimientos tanto a otros centros de investigación, porque los descubrimientos en otros ámbitos se basan en descubrimientos matemáticos, pero también los transferimos al mundo empresarial o al mundo de la Administración Pública. Hemos trabajado con aseguradoras, con el Ayunta- miento, BMW... con ámbitos de lo más variados, porque como te decía antes, la matemática es muy transversal, se puede aplicar en infinidad de ámbitos.

¿La relación entre los centros de investigación es fluida?

Intentamos que sea lo más fluida posible. Ese es uno de nuestros objetivos, porque como somos transversales podemos colaborar con diferentes centros, e intentamos promover esa colaboración. Principalmente, dentro de la red BERC (Basque Excellence Research Centre), la red de centros de excelencia en investigación básica del Gobierno Vasco, y también con la BRTA (Basque Research and Technology Alliance), que es la red de centros tecnológicos, donde está Tecnalia, Ikerlan, Vicomtech...

¿En términos generales, el ecosistema vasco de ciencia, innovación, tecnología, está bien posicionado?

Me parece que a nivel del Estado estamos muy bien posicionados. Creo que el Gobierno Vasco ha hecho una apuesta de inversión en el ámbito de la investigación, y se nota. Cuando sales por ahí y te comparas a nivel del Estado, estás bien. A nivel europeo ya es otra cosa.

En el centro hay un espacio dedicado a la igualdad de género. La matemática, como otros ámbitos de la ciencia, ha sido un espacio masculinizado. ¿Está cambiando eso?

Pero no lo ha sido tanto... así como las ingenierías han sido muy masculinas, la matemática no lo ha sido especialmente. Obviamente ha habido más hombres que mujeres, pero no tanto. Y sí que se ha incrementado el número de mujeres en los últimos años, principalmente porque la nota de corte es más alta, normalmente las chicas tienen notas de corte más altas, y han entrado más a la carrera. Pero cuesta, y a nivel de centro nos cuesta traer mujeres, y eso que hacemos esfuerzos para traer talento joven femenino, para promover el papel de la mujer en la investigación en general y en matemáticas en particular.

Lleva cinco años al frente de la dirección científica del BCAM, ¿hacia dónde quiere orientar del centro?

El primer objetivo es estabilizar el centro. El BCAM ha crecido mucho; hace quince años creo que éramos unas 35 personas, y ahora somos ciento ochenta y pico. Hemos crecido muchísimo en muy poco tiempo. Por tanto, lo que hay que hacer en los próximos años es estabilizar el centro, porque no podemos crecer infinitamente. Y también debemos pensar que los procedimientos que teníamos para 35 personas ya no funcionan con más de 180 personas, hemos tenido que crear nuevos procedimientos, nuevos protocolos, y todo eso hay que asentarlo. Nuestro primer objetivo debe ser ese: asentarnos en ese crecimiento.

A partir de ahí, científicamente hay una estrategia con varias direcciones. Una primera dirección es interna: a nivel interno nos gustaría promover aún más la colaboración entre diferentes líneas. Es más difícil de lo que parece, porque todos estamos en el centro, pero cada uno está en una línea de investigación y le cuesta mucho salirse de ese área. Aunque hacemos muchas actividades, donde tratamos de promover que haya sinergias entre las líneas, debemos hacer más hincapié en ese aspecto. Porque realmente si algo tiene el centro es conocimiento de diferentes áreas, y juntar ese conocimiento nos puede llevar a conseguir resultados no esperados, no anticipados, que es lo que se quiere en ciencia.

Por otra parte, nos gustaría ser pieza clave en la labor que desarrollan otros centros de investigación que requieren de matemáticas especializadas, y que, además, ellos nos den feedback para hacer nuevas matemáticas. Es decir, la resolución de sus problemas nos tiene que dar a nosotros la oportunidad de crear nuevas matemáticas. Y a nivel internacional, posicionamiento. Posicionamiento a nivel de instituciones, de publicaciones, que BCAM tenga un papel importante en aquellos organismos que dirigen la investigación en matemáticas. La Unión Matemática Internacional, revistas como la “Journal of the American Mathematical Society”... estar donde se cuecen las cosas en este ámbito.

¿Cuál es el perfil de la gente que está en BCAM?

Obviamente, la mayoría de quienes estamos aquí somos matemáticos, pero también tenemos una cantidad importante de gente de computer science, de ingenieros, de físicos, el centro es multidisciplinar.

Las matemáticas dicen que es extremadamente difícil acertar un premio importante en la lotería, pero aún así mucha gente gasta mucho dinero en lotería. ¿Por qué ocurren este tipo de cosas?

Yo no compro lotería, pero entiendo también que la lotería tiene una parte de acto social, del mismo modo que tiene una parte importante de ilusión. Entiendo que como seres humanos no estamos guiados solo por la racionalidad, afortunadamente. Y, por otro lado, deja muchos impuestos, así que, bueno, me parece bien que haya lotería (sonríe).



«Habría que hacer un cambio de paradigma en la enseñanza»

Además de director científico del BCA, es también profesor en la Facultad de Informática de la UPV-EHU. ¿Con qué nivel de matemática llega el alumnado a la Universidad?

Mejorable, mejorable... A todos nos gustaría que llegasen con más nivel, pero entiendo que es difícil. El mayor problema que encontramos es que las matemáticas que se estudian a lo largo de la ESO o de Bachiller, o al menos la sensación que tenemos es esa, son muy mecanísticas; es decir, aprenden a hacer cosas, pero a veces no tienen claros los conceptos, no tienen claro qué están haciendo. Es mucho más importante el concepto que el hacer cosas. Creo que necesitamos hacer un cambio de paradigma y centrarnos en conceptos y menos en hacer y hacer.

Para mucha gente la matemática es un hueso de asignatura. ¿Cómo se cambia esa percepción?

Yo no creo que sea un hueso, y el que se presente como un hueso ya te echa para atrás. Puede ayudar bastante darle una aplicabilidad; cuando los estudiantes ven que las cosas son aplicadas es cuando dicen, «ah, qué interesante». ¿Cómo explicas pi? Pues por ejemplo, vamos a coger y a medir el círculo del campo de fútbol, y vamos a medir el radio; y luego vamos a otro sitio donde haya otro círculo, y también vamos a medirlo y a medir el radio. Y vamos a dividir a ver qué da. «¡Anda, si da el mismo número!». Jugar un poco con la sorpresa, porque hay cosas que son sorprendentes en matemáticas, realmente.

Se trata de despertar la curiosidad, aunque es verdad que cuando uno está en Tercero de la ESO es difícil que la curiosidad se centre en esto, la curiosidad suele estar en otros lugares.