Alessandro Ruta

‘Rhapsody in Blue’, la esencia del jazz, cumple un siglo

Hace un siglo nació la pieza de George Gershwin que sería también banda sonora para pelis de Woody Allen o de Disney. Una composición surgida durante un viaje en tren.

George Gershwin, el autor de una pieza mítica que cumple un siglo.
George Gershwin, el autor de una pieza mítica que cumple un siglo. (Wikimedia Commons)

Una tarde fría de invierno, una sala que va llenándose y vaciándose de gente para una larga exhibición de jazz, la nieve cayendo con fuerza sobre Nueva York... Hasta que, con la sesión ya a punto de concluir en el Aeolian Hall, se presenta un joven músico con un mentón prominente.

Se sienta para tocar el piano y lanza una mirada a la orquesta del Palais-Royal. Quizás sea un guiño hacia el clarinetista, porque es él quien tiene que abrir las danzas y de hecho ha «exagerado» los ensayos en la «ouverture», superando un poco lo que estaba escrito en la partitura original. Sin embargo, ese tono fuerte ha gustado al compositor de la pieza.

Su nombre, George Gershwin, ese 12 de febrero de 1924 no es muy conocido. Pero lo será en poco tiempo, porque cuando empiezan a sonar las notas de su ‘Rhapsody in blue’, que ha creado en tres semanas y que estrena por primera vez en público aquel día, todos se dan cuenta de que se trata de algo especial.

 



«American Rhapsody»

Clarinete in crescendo, unas notas melancólicas, como saliendo de una cueva: este el inicio. A partir de ahí, como cada rapsodia que se precie de serlo, continuos cambios de ritmo y de melodías, el piano de Gershwin de vez en cuando entrando con unos virtuosismos espectaculares, hasta llegar casi al silencio...

La gente que había acudido sobre todo a ver a Paul Whiteman, ‘El rey del jazz’ y amigo personal de George, se queda con la boca abierta después de aquel cuarto de hora denso de una música nunca escuchada antes.

La pieza tenía que llamarse ‘American Rhapsody’ porque Gershwin había tenido su inspiración un día mientras acudía de Nueva York a Boston para estrenar su anterior trabajo, ‘Sweet little devil’. Le nació mirando y sobre todo escuchando el caos a su alrededor, el tráfico, los trabajadores chillando, las bocinas de los coches... Todo eso que se convertiría en música.

Sería Ira, el hermano de George, el «culpable» del cambio de nombre a ‘Rhapsody in blue’. Azul oscuro, porque le recordaba a la obra del pintor James McNeill Whistler, ‘Nocturne in blue’. Y tal que así, ‘Rhapsody in blue’, la obra maestra de Gershwin, se transformaría en una de las piezas jazz más populares de la historia.

El homenaje del cine

Sin duda alguna, parte del éxito de la ‘Rhapsody’, banda sonora de una época como la primera posguerra americana –cuyo ambiente se puede palpar en las novelas de Francis Scott Fitzgerald, como ‘El Gran Gatsby’–, es mérito de la gran pantalla.

No podía faltar en este sentido, además como aficionado y sobre todo clarinetista, el homenaje de Woody Allen en uno de sus trabajos más preciosos y reconocibles, ‘Manhattan’, de 1979. Esta película es casi un musical con las notas de Gershwin, incluida por supuesto la ‘Rhapsody in blue’, que incluso abre el film con su ouverture. El desarrollo de las historias del personaje de Isaac Davis, sus neurosis de cuarentón en crisis, sus aventuras con varias mujeres, tienen como fondo las notas del músico de Nueva York.

Podría decirse que no hay trabajo de Woody Allen más jazz y más neoyorquino que ‘Manhattan’, con su blanco y negro y su tono melancólico y romántico. De hecho, según el libro de Julian Fox ‘Movies from Manhattan’, el propio Allen encontró la inspiración para la peli entera simplemente escuchando un día el disco de los grandes éxitos de Gershwin.

Y si ‘Manhattan’ es un homenaje a la producción entera del gran artista del jazz, hay quien ha optado por ‘Rhapsody in blue’ como suelo musical de un modo aún más valiente. Es decir, basándose casi exclusivamente en ella. Se trata de la productora Disney, con su ‘Fantasía 2000’.

 

 

Esta fue la segunda versión de la inmortal obra maestra estrenada en 1940, en que los dibujos animados danzaban o en general actuaban con música clásica como acompañante. ¿Cómo olvidar, entre las escenas más icónicas, a Mickey Mouse «dirigiendo» a unas cuantas escobas al ritmo de ‘El aprendiz de brujo’ de Paul Dukas?

Pues para el nuevo milenio, Disney hizo un remake de ‘Fantasía’ con otras piezas. Entre estas, la ‘Rhapsody in blue’, en un largo episodio que empieza con unas líneas que dan forma de una ciudad, el perfil de los rascacielos de Nueva York. A partir de ahí, varias situaciones de caos típicas de la ‘Gran Manzana’, las mismas que habían inspirado a Gershwin para la creación de su rapsodia.

Está también la imagen del mismo Gershwin transformado en dibujo animado, tocando el piano en una habitación muy íntima, como la de un artista solitario típica de aquella época.