Alessandro Ruta

La París del fútbol no es solo el PSG

El París Saint-Germain domina la liga francesa e intenta hacerlo en el continente, pero en la capital, la situación es curiosa y compleja entre equipos de gran tradición un poco decadentes como el Racing o con fuerte personalidad como Red Star. Desafortunadamente, hoy lejos de un nivel aceptable.

Una alineación del Red Star, en la primera década del siglo XX.
Una alineación del Red Star, en la primera década del siglo XX. (Wikimedia Commons)

París es una capital europea donde no existen derbis de futbol. No es desde luego como Londres, donde entre Premier y Championship hay una docena de equipos, tampoco Lisboa ni Madrid, ni siquiera Roma o Berlín.

Es realmente un universo apartado de las grandes tradiciones del balón. Las razones son variadas. Especialmente, que en el Estado francés el fútbol es «un deporte más» entre rugby, ciclismo, baloncesto, balonmano y otros. Y también, que el foot siempre ha tenido como verdaderas capitales lugares periféricos tipo Reims, Nantes, Saint-Etienne o Marsella.

Sin embargo, es evidente que París se lo ha comido todo en la última década. Mejor dicho, el París Saint Germain, rival de la Real este miércoles. Un club, el PSG, nacido «anteayer», en 1970, pero convertido en superpotencia económica, al menos en su área territorial, porque las inversiones multimillonarias no se han traducido en grandes premios europeos, salvo una ya lejana Recopa ganada al Rapid de Viena en 1996 y la siguiente edición disputada al Barcelona (y esta vez perdida) en 1997.

 

Y el París Saint-Germain no solo ha engullido a sus rivales de Ligue 1, sino que también se ha tragado todo en la ciudad. Hay otros clubes en París que mantienen un cierto carisma y mito, mucho más que este PSG «de plástico», cargado de dinero pero huérfano de tradición. Por eso hemos decidido dar un pequeño paseo en esta París en que, lejos de las deslumbrantes luces de Mbappé (y ya en el pasado de Messi y Neymar), hay algo más auténtico y visceral.

El Racing de Albert Camus

En octubre de 1957, en las gradas del Parc des Princes, el actual estadio del PSG, hay un espectador muy especial: el recién ganador del Premio Nobel de Literatura. Se trata de Albert Camus, que no es solamente un aficionado al fútbol, sino un exjugador. Un exportero, más concretamente, cuya carrera entre palos había sido cortada por varias razones, entre otras una salud precaria.

«Todo lo que he aprendido sobre la vida lo debo al fútbol» es una de las frases apócrifas más famosas de Camus, que ese día de octubre ha ido al Parc des Princes porque es hincha del equipo local, el Racing Foot. No parece que vaya gritando o insultando a los rivales, sino todo lo contrario; como buen filósofo existencialista, se fija en la figura del portero, por ejemplo, que, por supuesto, conoce muy bien.

El Racing está jugando en la liga francesa contra el Mónaco. Gana 3-2, pero uno de los dos goles de los monegascos llega de un error garrafal del portero parisino. Los periodistas que se encuentran en la grada encuentran a Camus y le piden enseguida una opinión sobre el partido y sobre el propio portero.

 

 

La respuesta del autor de ‘La peste’ y ‘El extranjero’ es seca y firme: «Il ne faut pas l'accabler», «No hay que agobiarle», porque «solamente los que han estado bajo palos conocen la dificultad de ese rol». ¿Cuántos ganadores de un Nobel han ido a un estadio de fútbol? Quizás Camus sea uno de los pocos...

Afortunadamente, el escritor nacido en Argelia no ha podido ver cómo su equipo ha ido cuesta abajo en las últimas décadas. Un recuerdo totalmente oxidado, por ejemplo, es el título liguero francés en 1936 y la Coupe de France de 1949, para uno de los más antiguos clubes del país, fundado en 1882. 

 

El Racing de París, ganador de la liga en 1936. (Wikimedia Commons)

Ya no juega en el Parc des Princes, sino en la banlieue parisina de Colombes, en el estadio olímpico Yves-du-Manoir, que fue el lugar tanto de la final del mundial de 1938 (Italia 4- Hungría 2) como de parte de la grabación de la película ‘Evasión o victoria’.

Camus tampoco ha podido ver la última gran versión del Racing en los 80, con el uruguayo Enzo ‘El Príncipe’ Francescoli como estrella y el patrocinador Matra, una mítica marca de coches. La camiseta al menos ha quedado igual, con sus rayas horizontales blanquiazules, aunque el equipo esté ahora en la cuarta división francesa.   

Red Star, la identidad

Colombes está al noroeste de París. Más al interior de la ciudad, a mitad de camino entre el centro y Saint-Denis, se encuentra el Estade du Docteur Bauer, que lleva el nombre de un médico judío y comunista ejecutado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, en la etapa del colaboracionismo con el régimen de Hitler.

Ahí juega el Red Star, el primer club de fútbol nacido en París: con un nombre inglés, sí, y llamado Estrella Roja como el equipo serbio. Entre los fundadores, en un café cerca del Campo de Marte y la Torre Eiffel, un tal Jules Rimet, que daría su nombre ni más ni menos que a la copa del mundo.

La leyenda dice que el nombre Red Star fue una invención de su camarera. Mientras la primera directiva estaba discutiendo sobre el nombre que dar al club, ella encontró un billete de una compañía de navegación que se llamaba así, Red Star, y se lo propuso a Rimet y sus amigos.

La zona del estadio Bauer, Saint-Ouen, es bastante peliaguda. Linda con la Porte de Clignancourt, típico punto de partida de las manifestaciones más duras. Es decir, estamos a años luz, metafórica y literalmente, del Bois de Boulogne, donde está ubicado el Parc des Princes. Este equipo quiere ser una especie de representación de todas las ciudades que rodean París y que están totalmente olvidadas en la imagen típica de la Ville Lumière.

La conexión con los héroes de la Resistencia francesa no se encuentra solamente en el nombre del estadio, sino también en el de una de las curvas, la Rino Della Negra. Hijo de migrantes venecianos, este joven era un jugador del Red Star cuando se fue a luchar contra los nazis, acabando, como Bauer, capturado y ejecutado. En una de sus últimas cartas enviadas a la familia. pidió a su hermano que «saludase a los del Red Star».

Al igual que el Racing, hasta la Segunda Guerra Mundial este club estaba al máximo nivel del futbol francés, con un entrenador revolucionario para la época como Helenio Herrera. Desafortunadamente, desde 1975 no ha pisado más los campos de primera división y ahora está en la National, en tercera. Pese a la historia, hay precios populares en la grada: 7 euros como mucho, no puede ser de otro modo.

Paris FC y Atletico Paris, los de la zona sur

Cruzamos el mapa y nos vamos al sur de París, a la zona de Porte d'Italie y del Boulevard Periphérique. Aquí encontramos un estadio, el Sébastien Charléty, que es el feudo de dos equipos: el Paris FC y el Atletico Paris. Un lugar moderno, con pista de atletismo, en un barrio residencial conocido también como la Chinatown de la capital francesa.

Antes del Paris Saint-Germain, el equipo de moda era el Paris FC, fundado en 1969 y que sufrió varios terremotos a nivel de gestión, empezando por la división que llevó a la creación del mismo PSG, hasta encontrar en los 80 una desastrosa fusión con el Racing.

Ahora el Paris FC es el club que, quitando al PSG, juega en la categoría más alta de todos los parisinos. Se encuentra en mitad de la tabla en Ligue 2 y tiene en plantilla algunos viejos conocidos, como el ex del Sevilla Timothée Kolodziejczak.

Es difícil que pueda subir a la Ligue 1, donde no juega desde 1979, y así enfrentarse a los vecinos de la ciudad. Seguramente en el pasado los derbis contra el Red Star fueron bastante calientes, por las connotaciones políticas entre los izquierdistas (los de Saint-Ouen) y los ‘pijos’ del Paris FC. Aunque nada comparable con otros derbis, sin duda.

Otro equipo joven del mismo barrio, o mejor dicho del mismo arrondissement de la capital francesa (el 13), es el Atlético Paris. En 2022 llegó a la National, la tercera categoría profesional. Lamentablemente, bajó enseguida, pero ha tenido una idea genial tras haber vuelto a jugar a su antigua casa, el Estade Boutroux, siempre en la zona de Porte d'Italie donde está también la cancha del Paris Basketball: dar el nombre Pelé a esta estructura.

Es decir, si se quiere ir a ver el Atlético Paris, hay que buscar Stade Pelé, un sitio donde pueden sentarse, exagerando, mil personas, y que tampoco parece muy brasileño...

Mbappé, Messi y Neymar, un trío de estrellas probablemente irrepetible con la camiseta del PSG. (Wikimedia Commons)

Todo ello en la misma ciudad de un jugador como Mbappé, que vive prácticamente frente a la Tour Eiffel y que representa realmente otro mundo.