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Abierta en Bilbo la capilla ardiente de Juan María Uriarte, obispo emérito de Donostia

Esta tarde, a las 17.00 horas, se ha abierto la capilla ardiente de Juan María Uriarte, obispo emérito de Donostia que falleció el sábado a los 90 años en el Hospital de Basurto de Bilbo. Se encontraba ingresado tras haber sufrido un ictus.

Imagen de archivo del obispo emérito de Donostia, Juan María Uriarte.
Imagen de archivo del obispo emérito de Donostia, Juan María Uriarte. (Luis JAUREGIALTZO | FOKJU)

La capilla ardiente del obispo emérito de Donostia, Juan María Uriarte, se ha abierto este domingo, a las 17.00 horas, en la Casa de Espiritualidad de Begoña, en Bilbo, y permanecerá abierta hasta las 15.30 horas de este lunes.

Uriarte falleció este pasado sábado en el Hospital de Basurto a los 90 años de edad, tras haber sido ser hospitalizado hace una semana por un ictus.

Según ha informado el Obispado, la misa funeral se celebrará este lunes a las cinco de la tarde en la Basílica de Begoña y estará presidida por el obispo de Bilbo, Joseba Segura.

Los restos mortales de Uriarte serán trasladados a Fruiz, su municipio natal, donde descansarán en el panteón familiar. Al día siguiente, 20 de febrero, se celebrará, a partir de las 19.00 horas, una eucaristía funeral en la catedral del Buen Pastor de Donostia.

Nacido el 7 de junio de 1933, Uriarte fue ordenado sacerdote el 28 de julio de 1957. Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas y en Psicología por la Universidad de Lovaina, fue formador en el Seminario Menor de Bilbo, director Espiritual de Filosofía en el Seminario Mayor (1963-68), donde más tarde sería Formador (1968-70) y finalmente Rector (1974-1976), a su vuelta de sus estudios en Lovaina y París.

Nombrado obispo auxiliar de Bilbo el 17 de septiembre de 1976, fue ordenado obispo el 11 de octubre de ese mismo año, en la Basílica de Begoña. Fue administrador apostólico de la diócesis de Bilbo desde la renuncia de Antonio Añoveros, el 25 de septiembre de 1978, hasta el nombramiento de Luis María de Larrea, el 16 de febrero de 1979 y continuó como obispo auxiliar de Bilbao otros doce años, hasta su designación como obispo de Zamora, el 17 de octubre de 1991.

Fue designado obispo de Donostia el 13 de enero de 2000, sucediendo a José María Setién. Tomó posesión de su cargo el 27 de febrero de ese mismo año. Cumpliendo las disposiciones canónicas, presentó su renuncia al papa en 2008, siendo esta aceptada en 2010, retirándose como obispo emérito de Donostia.

Trabajo por la paz

Desde la Diócesis de Donostia destacaron este sábado han sus esfuerzos en «dos áreas muy diferentes: su preocupación por la atención a los sacerdotes y sus esfuerzos por la pacificación en el País Vasco».

Basta con recordar que en enero de 2022, la diócesis de Bilbo reconoció la contribución en favor de la pacificación de Uriarte, quien actuó entre 1998 y 1999 como intermediario entre el Gobierno español y ETA y que fue partidario de «promover incansablemente el diálogo».

Al recibir la distinción, el obispo emérito recordó que sus intervenciones públicas en favor de la paz «han sido acompañadas por un llamamiento reiterado a la reconciliación» y confesó que le «apena» que mientras los mayores especialistas europeos en ciencias de la paz utilizan el término «reconciliación como el más indicado, esta palabra sea entre nosotros una expresión que se desecha o se utiliza con reticencia».

El lehendakari, Iñigo Urkullu, destacó este sábado que el obispo emérito de Donostia fue un «trabajador infatigable y discreto por la paz». Resaltó que fue «inmensa e inagotable» la contribución de Uriarte «a la convivencia y a los derechos humanos» y que «su pensamiento y su voluntad» estuvieron «siempre centrados en la búsqueda de lo mejor para Euskadi y la sociedad vasca».

Este domingo ha reiterado sus palabras, en una visita a la capilla ardiente. «Impulsó además que la Iglesia vasca fuera una Iglesia pegada a la tierra y a las necesidades de la ciudadanía, cercana a los problemas sociales», ha añadido.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, también puso en valor el trabajo «inagotable» de Uriarte por la paz. «Eskerrik asko Juan Mari!», ha apuntado en X.

Y algunas víctimas de ETA tuvieron palabras en recuerdo de Uriarte. María Jauregi, hija de Juan Mari Jauregi, exgobernador civil de Gipuzkoa, recordó fue uno «de los pocos» que acudió a su casa; y Josu Elespe, hijo del concejal del PSE Froilán Elespe, ensalzó la trayectoria del «primer obispo de Donostia» que, a su juicio, fue «crítico con ETA y sensible con sus víctimas».