El abogado Gonzalo Boye ha conseguido visitar al periodista Pablo González, detenido desde el 28 de febrero de 2022, quien se encuentra en prisión provisional en la cárcel polaca de Radom desde hace casi dos años.
A pesar de las circunstancias, el abogado ha señalado que Pablo «mantiene un buen estado de salud y ánimo». Sin embargo, ha señalado que «hay una preocupación generalizada debido a que la legislación polaca no establece un límite máximo para la duración de la prisión preventiva antes del juicio».
Este lunes y martes tuve la oportunidad de visitar a Pablo González, periodista detenido desde el 28 de febrero de 2022, quien se encuentra en prisión provisional desde hace casi dos años.
— Gonzalo Boye (@boye_g) February 21, 2024
A pesar de las circunstancias, Pablo mantiene un buen estado de salud y ánimo; sin…
En colaboración con el periodista y el equipo legal polaco, Boye ha examinado «diversos escenarios futuros», como la posibilidad de una prolongada prisión provisional, que es la «principal inquietud» de Boye, ya que, ha añadido, es una situación «desafortunadamente común» en Polonia.
Durante su visita, Boye ha denunciado que ha asistido «a una serie de diligencias de investigación que, idealmente, deberían haberse llevado a cabo en 2022, no ahora cuando se cumplirán 2 años desde su detención».
Nueva prórroga y protestas
Cabe recordar que un tribunal polaco decidió recientemente prorrogar por octava vez, y al menos por otros tres meses, la prisión provisional de González.
La acusación de las autoridades polacas contra el periodista vasco es de espionaje a favor de Rusia, aunque sin más concreción ni posteriores pruebas. Para ello, utilizaron pruebas tan poco rigurosas como la existencia de un pasaporte ruso a nombre de Pavel Rubtsov, que corresponde a la denominación rusa de González, nacido en Moscú.
Durante su estancia en prisión, su abogado y su familia ha denunciado que la asistencia de las autoridades consulares españolas ha sido mínima y que el Gobierno español no ha tratado la situación de González con sus homólogos polacos.
Desde entonces, bajo la ambigua acusación no formal de «espionaje», permanece preso en la zona de máxima seguridad de la prisión de Radom.