Más que una jubilación, lo de Iñigo Urkullu ha parecido un despido o un contrato-relevo forzoso pero, en todo caso, lo que está claro es que después del 21 de abril se va a producir un cambio generacional tanto entre los candidatos a lehendakari como en la composición del Parlamento. Es cierto que grupos como PNV y EH Bildu, los más numerosos, han ido rejuveneciendo su representación en la Cámara, pero lo que se va a dar ahora es el retiro de dirigentes políticos que han estado en primera fila de la política autonómica en las últimas décadas.

El propio Iñigo Urkullu, que deja Ajuria Enea con 62 años obligado por su partido, entró en el Parlamento de Gasteiz en 1994, después de haber sido desde 1987 director general de Juventud y Acción Comunitaria de la Diputación Foral de Bizkaia. Con 25 años ya era miembro del Bizkai Buru Batzarra, a cuya presidencia se alzó en el año 2000. Después, en 2008 sustituyó a Josu Jon Imaz al frente del PNV. Y de ahí, a Lehendakaritza tras el paréntesis de Patxi López.

Con el lehendakari dejan la política tres de los pilares de su Gobierno, como son el vicelehendakari primero y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka; la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia; y el de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu.

Es probable que también otros consejeros del PNV no sigan en próximos gobiernos, pero los tres antes mencionados han desarrollado una actividad representativa del partido en el Congreso de los Diputados o en el propio Parlamento de Gasteiz. Azpiazu, diputado entre 2000 y 2016, anunció su jubilación hace algunos meses ya. Josu Erkoreka, de 63 años, que fue portavoz del PNV en el Congreso y ahora era de los pocos consejeros que no habían dejado de ser parlamentario, es letrado en excedencia de la Secretaría General de Régimen Jurídico del Gobierno de Lakua. Y Arantxa Tapia, que también fue diputada en Madrid, es catedrática del departamento de ingeniería de sistemas y automática dentro de la UPV-EHU.

Un Parlamento sin Egibar

Lo que de verdad va a resultar entre sorprendente y desconcertante es que el Parlamento pueda funcionar e incluso seguir en pie sin la presencia de Joseba Egibar. Perdónese la exageración, pero hay que destacar que Egibar lleva en la Cámara más tiempo que la mayoría de los funcionarios actuales y que casi todos los periodistas acreditados, salvo dos o a lo sumo tres.

Joseba Egibar, de 63 años, llegó al Parlamento en 1990 siendo ya presidente del GBB y miembro del EBB. En 1998 fue nombrado portavoz del grupo parlamentario jeltzale, en sustitución de José Antonio Rubalkaba. Y en ese puesto se ha mantenido hasta que tras el 21 de abril se renueve la Cámara autonómica. Ha sido el encargado de protagonizar los debates más políticos, a los que se ha enfrentado habitualmente con un esquema de su discurso pero no con un texto escrito, salvo cuando pretendía reproducir algún documento para atacar a la izquierda independentista.

También se retira de la primera línea Iñigo Iturrate, parlamentario desde 2009 y secretario primero de la Mesa desde 2016. Grupos de la oposición destacan que Iturrate ha sido quien de verdad ha mandado en el Parlamento los aspectos más comprometidos. Hay quien asegura que la actual presidenta, Bakartxo Tejeria, –que pasará a ser la parlamentaria con más antigüedad de su grupo, al que pertenece desde 2001– se podrá sentir aliviada con su marcha.

También dejan el Parlamento otros veteranos como José Antonio Suso, presidente del ABB, e Iñaki Agirre, de dilatada carrera política aunque no siempre en la Cámara.

Triple relevo en el PSE

Idoia Mendia, Iñaki Arriola y Txarli Prieto dan también un paso a un lado, y se presentarán a estas elecciones de forma simbólica, en el último puesto de las listas que encabezarán Eneko Andueza, Denis Itxaso y Aroa Gilete respectivamente. José Antonio Pastor, histórico portavoz, y Gloria Sánchez también dejan el Parlamento.

Iñaki Arriola, con 64 años, ha sido alcalde de Eibar (incluso cuando figuraba solo como concejal), secretario general del PSE de Gipuzkoa y consejero tanto con Patxi López como con Iñigo Urkullu. Llamativamente, ha salido bastante indemne –al menos todavía– de la tragedia humana y medioambiental del derrumbe del vertedero de Zaldibar.

Txarli Prieto, de 66 años, evolucionó del PCE al PSE llegando a hacerse con el aparato de Araba. Exdirigente de CCOO, pudo ser diputado general de Araba, pero hizo mal sus cálculos y el jeltzale Xabier Agirre fue el elegido. Eran otros tiempos sin las actuales coaliciones.

Idoia Mendia, 58 años, cierra una etapa en la CAV, pero seguirá como secretaria de Estudios y Programas del PSOE y, en su día, sugirió la posibilidad de ser eurodiputada.

Idas y vueltas de Iturgaiz

El todavía portavoz del PP en el Parlamento, Carlos Iturgaiz, podría también volver a la Eurocámara. Deberían pagarle los servicios prestados. Fue parlamentario entre 1994 y 2004 (y hasta votó doble en alguna ocasión). Se fue a Bruselas hasta 2019. Apartado de los puestos de salida, se quedó en paro hasta que Pablo Casado lo rescató para suplir a Alfonso Alonso al frente del PP Vasco.

El PP no ha definido todavía sus listas y habrá que ver qué futuro le espera a Carmelo Barrio que, si sigue, pasará a ser el parlamentario más veterano. Está allí desde 1990, como Joseba Egibar.

Lo que ahora queda por ver es si este relevo de parlamentarios históricos supone también una nueva forma de hacer las cosas. Si traen novedades o heredan vicios.