La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene para este martes un peligro notable de aludes en el puerto de Belagua. Ha establecido un nivel 3, que mantiene cerrada la carretera NA-137 en el kilómetro 47, a la altura de la Venta de Juan Pito.

Según Aemet, el refugio de Belagua ronda el metro de espesor de nieve tras una temporada en la que siempre ha estado por debajo del promedio y la mayoría de días la medición ha sido nula. Y el fin de semana, con la aproximación de un núcleo frío desde el Atlántico, es probable que el espesor aumente.

Además, la agencia ha activado la alerta amarilla por las bajas temperaturas en el Pirineo navarro, con mínimas de 6 grados bajo cero.

Para el jueves, está previsto un aviso amarillo por vientos, con rachas máximas de 70 kilómetros por hora en la vertiente cantábrica y centro del herrialde, desde las 10.00 hasta las 20.00 horas, y rachas máximas de 80 kilómetros por hora en la vertiente cantábrica y Pirineo a partir de las 20.00 horas y hasta la medianoche.

Espesor considerable, pero no extraordinario

Por otro lado, en su cuenta de X, Aemet analiza algunas de las características de esta situación y señala que, aunque el espesor de nieve en cotas altas es considerable, no lo considera extraordinario.

«Llama la atención la irregularidad de este invierno con dominio anticiclónico y episodios de lluvia dejando espesores mínimos», subraya.

También destaca las temperaturas promedio de este invierno como lo más significativo de estos meses, con niveles cálidos, y las repentinas precipitaciones acumuladas en 24 horas en el tercio norte de Nafarroa.

Así, las lluvias caídas entre el 26 y 27 de febrero superaron los 100 milímetros en 10 de las estaciones termopluviométricas navarras, fenómenos cada vez más frecuente en esta época.

Alud de Arrakagoiti

Se da la circunstancia de que el pasado domingo se cumplieron 40 años del alud de Arrakogoiti, en Belagua, que se tragó a siete montañeros donostiarras y se cobró la vida tres de ellos: Imanol García, Jon Hierro y Alberto Rica.  

Vecinos y vecinas de Isaba, junto a personal de emergencia y uniformados, trabajaron en la operación de búsqueda de los jóvenes, que quedaron sepultados por cien metros de nieve. Uno de ellos logró salir a la superficie y solicitar ayuda. Un monolito recuerda a quienes «buscando la libertad, hallaron la eternidad».