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Gaza; medio litro de agua potable al día cuando una persona necesita entre dos y tres

«En una situación normal, una persona necesita entre dos y tres litros de agua potable al día», explica Youssef Al-Khishawi, agente de agua de MSF. Pero en Rafah, «la media para una familia de seis miembros es de apenas un galón de agua, 3,8 litros, poco más de medio litro por persona», denuncia.

Niños recogen agua en bidones amarillos en el barrio de al-Shaboura en Rafah, sur de Gaza.
Niños recogen agua en bidones amarillos en el barrio de al-Shaboura en Rafah, sur de Gaza. (Mohammed ABED | MÉDICOS SIN FRONTERAS)

Desde que comenzó la ofensiva israelí el 7 de octubre, al menos la mitad de las instalaciones de agua y saneamiento de la Franja Gaza han quedado destruidas o dañadas, según Unicef, mientras que el 70% de la población de Gaza bebe agua salinizada o contaminada –Unrwa–.

Antes de la guerra, en Rafah, ciudad del sur de Gaza muy cerca de la frontera con Egipto, vivían unas 300.000 personas. Ahora acoge a 1,5 millones de desplazados de toda la Franja.

La gente no puede acceder a agua potable y apenas dispone de unos pocos litros de agua por persona y día, muy por debajo de la norma de la Organización Mundial de la Salud de un mínimo de 20 litros de agua por persona y día en caso de emergencia.

«En una situación normal, una persona necesita entre dos y tres litros de agua potable al día», explica Youssef Al-Khishawi, agente de agua y saneamiento de Médicos Sin Fronteras (MSF).

«Ahora, con la escasez actual, la media para una familia de seis miembros es de apenas un galón de agua, 3,8 litros, poco más de medio litro por persona)».

En diciembre pasado, la ONG puso en marcha un programa de distribución de agua. Hoy, los equipos de agua y saneamiento de MSF suministran una media de 220.000 litros de agua potable al día a más de 40.000 personas en 10 puntos –unos 5 litros de agua por persona y día–.

«Teniendo en cuenta las inmensas necesidades, la cantidad de agua distribuida es sólo una gota en el océano», remarca la ONG en su comunicado.

«El principal problema al que nos enfrentamos para distribuir agua es la falta de combustible para bombearla y transportarla», expone Al-Khishawi.

«El segundo –añade– es la falta de carreteras adecuadas por las que puedan circular nuestros camiones, porque hay tiendas de campaña incluso sobre el asfalto. El tercero es que no hay puntos de distribución de agua, incluso estos han sido bombardeados. Las tuberías, las calles y las infraestructuras están destruidas», denuncia.

Gripe, enfermedades cutáneas y diarrea

La falta de agua potable está propagando enfermedades cutáneas y diarreas, dolencias a las que se suma la gripe.

«Hemos observado que, debido a la falta de agua limpia para beber u otros usos, los pacientes sufren trastornos intestinales. Vemos que los niños sufren erupciones cutáneas debido a la escasez de agua limpia para asearse. Además el virus de la gripe circula ampliamente», advierte Mohammad Abu Zayed, responsable de promoción de salud de MSF.

El Ministerio de Sanidad gazatí ha acusado a las fuerzas israelíes de provocar «deliberadamente una catástrofe sanitaria y humanitaria», lo que ha contribuido a la «expansión de epidemias y enfermedades infecciosas».

Ha contabilizado ya un millón de casos de enfermedades infecciosas entre la población local y advierte que  «se han quedado sin capacidad para tratar a los enfermos».