El italiano Jonatan Milan (Lidl-Trek) es el nuevo líder de la Tirreno Adriático, después de imponerse al sprint, con una impresionante cabalgada en los metros finales a golpe de riñón y gracias a los 10 segundos de bonificación, para desbancar al catalán de UAE Juan Ayuso.
Milan, a sus 23 años, ha sumado este espectacular éxito después de conseguir el triunfo en un sprint final ajustado victoria sobre el belga Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck) y el neozelandés Corbin Strong (Israel-Premier-Tech) tras casi cinco de fatigosa batalla
Esta cuarta etapa de la «carrera de los dos mares», sobre un recorrido entre Arrone (Umbría) y Giulianova (Abruzos), de 207 kilómetros y hasta 2.600 metros de desnivel, ha estado a punto de dejar el primer éxito de una fuga que se ha vuelto a iniciar en los primeros kilómetros, pero que ha llegado a su tramo final con solo un corredor en liza.
El noruego Jonas Abrahamsen (Uno-X) ha sido quien más ha peleado por el éxito de la escapada, al punto de que solo ha cedido a falta de escasos metros para el final, quedándose literalmente en la orilla.
Unos últimos 22,7 kilómetros en forma de circuito cerrado, compuestos por una primera parte ondulada por Mosciano Sant'Angelo seguida de un sector en ligero descenso hasta llegar al mar, con tres kilómetros ligeramente elevados al 4,5% y una llegada sobre asfalto al 2% durante los últimos 400 metros que Abrahamsen, por un momento, ha dado la impresión de poder aguantar. El pelotón, de hecho, ha tenido que exigirse al máximo para llegar a tiempo.
Las piernas de Abrahamsen han sucumbido a la larga carga soportada junto a los italianos Lorenzo Quartucci (Team Corratec), Davide Bais (EOLO-Kometa), Alex Tolio (Green Project-Bardiani) y Mirco Maestri (EOLO-Kometa) y el danés Alexander Kamp (Tudor), que han sido los que han abierto tierra de por medio desde el inicio con una escapada que ha llegado a tener hasta cinco minutos de ventaja tras el rápido descenso del Valico de Castelluccio.
La fuga ha comenzado a mermar a unos 20 kilómetros. Solo Maestri, Kamp y Abrahamsen han aguantado por delante, entrando primeros en el circuito final a un minuto de distancia. En el pelotón se han puesto a ritmo de caza, pero los fugados han puesto todo de su parte por aguantar. Pasando ya por debajo del banderín del último kilómetro, Kamp se ha rendido, y pocos metros después, Meestri. No así Abrahmsen.
Los velocistas se han sabido superiores a su presa, pero no sin apretar los dientes de lo lindo.l eritreo Girmay (Intermarch-Wanty), Philipsen y Strong han buscado el éxito, pero Jonatan Milan, un cañón vestido de fucsia, se ha llevado el gato al agua en Giulianuova, convirtiéndose en el primer italiano en ganar en esta edición.
La próxima etapa, la quinta, este viernes, será fundamental por la subida a San Giacomo con más de un 6% de pendiente.
El neerlandés volador
En lo que respecta a la París-Niza, el neerlandés Olav Kooij (Visma Lease a Bike) ha vuelto a demostrar que es el rey del sprint de la prueba tras repetir victoria en la quinta etapa, una jornada de transición montañosa disputada entre Saint-Sauveur-de-Montagut y Sisteron, de 193,5 kilómetros, en la que se mantiene como líder el australiano Lukas Plapp (Jayco).
Sin duda, Kooij (Numansdorp, 22 años), ya es una realidad en la comunidad de grandes velocistas del pelotón mundial. Ganó la primera etapa de la «carrera del sol» en Les Mureaux y en Sisteron ha dado una exhibición adelantando con autoridad en los últimos metros al danés Mads Pedersen (Lidl Trek) y al alemán Pascal Ackermann (Israel Premier Tech), realizando la etapa a una media de 44 kilómetros por hora.
No ha habido cambios en la general a pesar de que los favoritos han asomado el hocico al final de la etapa. El ‘aussie’ Lukas Plapp sigue con el jersey amarillo con 13 segundos de ventaja sobre el colombiano Santiago Buitrago (Bahrain Victorious) y 27 respecto al estadounidense Brandon McNulty (UAE).
No ha sido una etapa llana del todo, pero sí lo suficiente paras que los sprinters hayan superado las dificultades de la jornada, haciendo valer que el tramo final del ha carecido de estas dificultades orográficas.
Para empezar seis corredores han conformado una fuga interesante: Latour y Dujardin (TotalEnergies), De Bondt (Decathlon-AG2R), Gougeard (Cofidis), Paasschens (Lotto-Dstny) y el danés del Movistar Mathias Norsgaard. Les ha tocado trabajar en perfil ascendente hasta coronar el Col de la Sausse de tercera categoría, rozando los dos minutos de renta.
Dos hombres más se han sumado a la fuga en el Col de Peyruergue, de segunda, ambos del Lotto Dstny: Campenaerts y Eenkhoorn, decididos a resistir la amenaza de un pelotón que aún no ha recurrido al ritmo de caza.
Con ocho buenos rodadores por delante, el sprint no estab garantizado, pero a 30 kilómetros de meta la marabunta ya se ha puesto a solo medio minuto. Esa proximidad ha espoleado a Campenaerts, quien ha atacado reduciendo el grupo de nuevo a seis componentes.
La lógica del poder de la mayoría se ha acabado de imponer a menos 10 kilómetros para la meta, después de 180 kilómetros de aventura. En adelante, los ataques se han sucedido, pero nadie ha conseguido abrirse camino.
Un final con control y marcaje por parte de los favoritos; McNulty ha tensado la prueba en cabeza y Evenepoel ha saltado a poner orden. Tras el pacto de no agresión el pelotón se ha ido preparando para el sprint, en la que Kooij ha asomado como un neerlandés volador en toda regla. ha logrado segunda victoria en la París-Niza y la número 32 en su palmarés.
La sexta etapa se disputa este viernes entre Sisteron y La Colle-sur-Loup, de 198,2 kilómetros, jornada de montaña con cuatro puertos de segunda y uno de tercera.