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GuraSOS acusa a Lakua de hurtar a Nafarroa la competencia sobre residuos peligrosos con Artaxoa

GuraSOS ha acusado al Gobierno de Lakua de «hurtar» al ejecutivo navarro su competencia de rechazar la entrada en su territorio de «residuos peligrosos» procedentes de Zubieta al «ocultar» su peligrosidad. Y ha criticado que el Gobierno navarro no analizó estos residuos pese a las sospechas.

Los representantes de GuraSOS conversan con Araiz (EH Bildu) antes de la sesión parlamentaria.
Los representantes de GuraSOS conversan con Araiz (EH Bildu) antes de la sesión parlamentaria. (Iñigo Uriz | Foku)

Representantes de GuraSOS han comparecido este viernes en el Parlamento de Nafarroa para dar su opinión sobre el polémico envío de lixiviados de Gipuzkoa a la planta Ecofert en Artaxoa. Joseba Belaustegi ha destacado antes que nada las «graves deficiencias» de la instalación de Zubieta, la última de las cuales fue un fallo en el circuito cerrado de las aguas de proceso y lixiviados «con carga contaminante». Una avería que «sigue a día de hoy sin solucionarse» de manera que los lixiviados que se generan «se siguen gestionando externamente». «Esos líquidos son los que se trajeron a Artajona», ha explicado.

Belaustegi ha destacado que «la responsabilidad principal» es de GHK, titular de la instalación de Gipuzkoa, pero «ambientalmente es del Gobierno Vasco» que «sabe desde el minuto uno todo esto». Ha asegurado que GHK no ha realizado el traslado de estos residuos «sin la connivencia y autorización tácita del Gobierno Vasco».

Igualmente, ha afirmado que el Ejecutivo Urkullu sabe que «le correspondía verificar la caracterización que se había hecho a este residuo». Sin embargo, «se decide no caracterizar la peligrosidad de ese residuo; es muy grave», ha censurado.

El representante de GuraSOS ha criticado que «se manda como residuos no peligrosos, hurtándole toda la competencia a Navarra de oponerse» a este traslado. «Tiene el visto bueno del Gobierno Vasco y oculta la peligrosidad del residuo», ha recalcado. Ha asegurado que, entre el 11 agosto de 2022 y mayo del 2023, se mandaban «las aguas de proceso y lixiviados de toda la planta».

«Afinidad» entre gobiernos

Joseba Belaustegi ha preferido «dar un margen de confianza» al Gobierno de Nafarroa pero ha añadido que «hay que ser honesto y hemos advertido signos alarmantes». En su opinión, la competencia de Nafarroa para decidir «si entran o no residuos peligrosos» ha sido «hurtada por otra comunidad». Por otro lado, ha apuntado a la «afinidad entre ambas administraciones». «Hay que decidir entre ser leales a las competencias de Navarra u otro tipo de interés», ha añadido.

En este sentido, ha explicado que cuando la inspección «conoce en febrero de 2024 que la balsa de Ecofert tiene toxicidad no analiza los residuos que recibe para averiguar el origen». «Cuando conoce que se recibe de la instalación de Zubieta no se analiza el líquido que trae GHK pese a ser el máximo sospechoso por ser absolutamente ilegal el transporte de cualquier tipo de residuos de esta instalación», ha añadido. «Ya había un sospechoso pero nunca se ha analizado ni un camión, nos parece un poco raro», ha insistido.

Además, ha destacado que «el 6 de noviembre ya se sabe que se están recibiendo esos camiones, pero hasta el 8 de enero del 2024 no se traslada por parte del Gobierno de Navarra al Gobierno Vasco la indicación de que no se pueden enviar estos residuos». «Y el Gobierno Vasco traslada a GHK esta orden el 25 de enero cuando desde el 21 de diciembre ya no se llevaba porque Ecofert se lo había prohibido», ha señalado. «Se están haciendo las cosas a posteriori», ha manifestado.

Ha resaltado que en «los informes que constan que se han remitido al Gobierno Vasco, se cuelan afirmaciones que hacen pensar que no hay ninguna intención de analizar la peligrosidad». «Al Gobierno de Navarra le consta que nadie ha analizado ese residuo, ni en origen ni en destino», ha reiterado.

De la misma manera, ha indicado que, en una respuesta al parlamentario de EH Bildu Adolfo Araiz, el Ejecutivo foral «señala algo muy grave» al decir que «no es competencia» del Departamento de Medio Ambiente «recabar analíticas de lo que se envía a Navarra» sino que es «del productor de origen, de la administración de origen y de Ecofert». Sin embargo, ha apuntado que la Ley de Residuos recoge que «la inspección de Navarra tiene competencia y obligación de inspeccionar».

Valoraciones de los grupos

Para el portavoz de UPN, Miguel Bujanda ha dicho que «queda claro que la génesis de este caso proviene de mentiras, de mala gestión y no sé si de conchabeo entre el Gobierno Vasco y el de Navarra». «Ha quedado claro que las dos administraciones sabían lo que estaba pasando, uno ha hecho oídos sordos y el otro ha sido actor principal al enviar residuos tóxicos», ha afirmado.

Carlos Mena (PSN) ha opinado que la gestión de la planta de Gipuzkoa y la de Ecofert en Artaxoa «son dos cosas diferentes que se entrelazan». No ha querido hacer «juicios paralelos» sobre la gestion en Gipuzkoa al considerarlo «un tema investigado y juzgado». Para el parlamentario del PSN, «lo preocupante» es que Ecofert ha estado recibiendo residuos «sin autorización cuando no es su cometido». «Eso es lo importante por el riesgo que conlleva para el medio ambiente», ha insistido.

Para Adolfo Araiz, de EH Bildu, el Gobierno Chivite «ha tenido una actitud un tanto relajada» porque conocía esta cuestión desde enero de 2023 y «tenía elementos más que suficientes para haber profundizado y no esperar a noviembre de 2023». Ha destacado que su grupo va a «seguir pidiendo y recabando información» y ha mostrado su preocupación porque «durante todo este tiempo se nos diga que es un problema del que los envía -los residuos- y del que los recibe».

Desde Geroa Bai, Pablo Azcona ha considerado que el Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno foral «está actuando con diligencia y responsabilidad, algo que intensificaron en 2023 cuando se detectó que en Artajona se estaba tratando un residuo que no se debe tratar». Lo que ha derivado en un expediente que «plantea el cierre cautelar» de una empresa que «acumulaba más de 110.000 euros de sanciones en el último año». Ha negado que haya «connivencia» entre los gobiernos navarro y vascongado porque «hay diferentes visiones sobre lo ocurrido».

Carlos Guzmán, de Contigo-Zurekin, ha considerado que «estamos ante un evidente cúmulo de errores administrativos y despropósitos políticos y medioambientales que requiere una línea de actuación para que esta problemática no vuelva a ocurrir». Ha rechazado la «visión catastrofista» de UPN, si bien ha opinado que el Gobierno navarro «debería haber actuado con mayor celeridad». Y ha incidido en la necesidad de «afinar y fortalecer los procesos administrativos en la gestión, control e inspección de la gestión de los residuos».