El ex vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence anunció el viernes, entrada la noche en Euskal Herria, que no respaldará la nueva candidatura a la presidencia de Donald Trump, de quien fue mano derecha en la Casa Blanca (2017-2021).

«No es una sorpresa; no apoyaré a Donald Trump», dijo en una entrevista en la cadena Fox News.

Pence presentó en junio de 2023 su propia candidatura para las presidenciales del próximo noviembre, pero suspendió su campaña en octubre del año pasado asegurando que no era su momento.

«Durante mi campaña presidencial dejé claro que había profundas diferencias entre el presidente Trump y yo en una variedad de temas, y no solo con respecto al deber constitucional que ejercí el 6 de enero», señaló, en referencia al asalto al Capitolio.

Y es que ese día, en calidad de vicepresidente, presidía la sesión del Congreso que debía certificar la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales de 2020.

Pence no cedió a las presiones de su presidente para que rechazara validar esa victoria y tuvo que esconderse en una sala de unos asaltantes que instaban literalmente a ahorcarle.

Evangélico y antiabortista

El que fuera gobernador de Indiana, que apela a su «conciencia» para no apoyar a Trump, lo que rompe con una tradición histórica, aseguró que el magnate se ha alejado de su compromiso de enfrentar la deuda y que ha empezado a «rehuir» su defensa de la «santidad de la vida humana», en alusión al aborto. Asimismo, criticó los últimos comentarios de Trump sobre China y su oposición a la prohibición de TikTok.

En definitiva, le acusa de proponer un programa «que está en contradicción con el proyecto conservador que pusimos en marcha durante cuatro años», un mandato a la diestra de Trump del que se siente «muy orgulloso».

Ferozmente anbtiabortista -Trump lo es a conveniencia- y cristiano evangélico, Pence le ayudo a conquistar como candidato a la vicepresidencia a la derecha religiosa, clave en la victoria del magnate neoyorkino -quien en su día se confesó demócrata– en los comicios de 2016.

El anuncio ha causado un cierto seísmo en el seno del Old Party, alimentando las dudas sobre la capacidad de Trump de seducir al electorado más allá de su núcleo más fiel.

La republicana y rival de Trump en las primarias, anunció al retirar su candidatura que tampoco le apoyará.

Con ya la investidura como candidato asegurada, afloran vulnerabilidades en torno a su campaña. Que pueden ir a más ante los como mínimo cuatro juicios que le esperan antes de noviembre, cuyas sentencias podrían alejarle del voto del republicano «moderado» y de no pocos independientes.