Maman, la reconocida araña del Museo Guggenheim, ha dado cobijo este martes a la tarde a decenas de personas que han llevado a cabo un acto por el derecho a la vivienda. «Nos dicen que la vivienda es un derecho, en la práctica es un lujo», han denunciado.
Bajo la escultura de Louise Bourgeois, los y las activistas han tejido una red de la que colgaban carteles con lemas como «Auzo bizitzaren oinarria, bertan geratu ahal izatea», «Parke publikoa», «Soy tu vecina/o pero sin padrón no existo» o «Ni gente sin casa, ni casas sin gente». Además, han portado una pancarta en la que rezaba «Espekulazioaren korapiloak askatu! ¡¡Derecho a la vivienda ya!!» mientras coreaban repetidamente consignas como «etxebizitza ez da negozioa», «tenemos derecho a agua, luz y techo» o «etxebizitza eskubidea».
Con esta acción, la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, Ongi Etorri Errefuxiatuak, Atxuri Harrera, Berri Otxoak y Argitan han denunciado que los precios de venta de las viviendas continúan al alza, al tiempo que los alquileres son totalmente prohibitivos, con «viviendas de una o dos habitaciones que se alquilan sobre los 1.300 euros mensuales».
Asimismo, han incidido en la discriminación racial que sufren muchas personas al tratar de alquilar.
Turismo y especulación
Han alertado de que el turismo ha llevado al extremo la subida de precios. «Tanto los especuladores como los fondos están comprando edificios para sustituir a los vecinos por hoteles y pisos turísticos», han destacado, recordando que Bilbo ya cuenta con 87 hoteles y 25 apartamentos turísticos, a los que hay que sumar 1.859 pisos turísticos registrados.
Esta situación, han manifestado, está provocando que los vecinos sean expulsados del centro. Se han quejado de que en la capital vizcaina hay 9.141 viviendas vacías mientras cerca de 2.000 personas se encuentran sin hogar en Bizkaia y los desahucios no cesan.
Han criticado también que no se garantiza el derecho al empadronamiento, siendo un elemento indispensable para el acceso a otros derechos básicos.
En ese contexto, han denunciado la actitud de instituciones como el Gobierno de Lakua y el Ayuntamiento de Bilbo, «ya que, a pesar de las subvenciones a jóvenes, el último decreto de vivienda ha supuesto un importante recorte de las subvenciones para el acceso a la vivienda; no adoptan medidas reales para limitar los precios de los alquileres; las plazas en los albergues para personas sin hogar son insuficientes; hay que aumentar considerablemente el parque público de alquiler; hay que dejar de edificar permanentemente viviendas con fines lucrativos; y es imprescindible declarar a Bilbao como zona tensionada».