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Bizkaibus y EuskoTren solo funcionan al 30%, contra las agresiones y por más recursos

La jornada de huelga convocada este martes en el transporte público de Bizkaibus y EuskoTren se está haciendo notar con un seguimiento potente. Solo funcionan los servicios mínimos decretados por Lakua, en torno al 30%.

Concentración de trabajadores de EuskoTren ante la estación de Easo, en Donostia.
Concentración de trabajadores de EuskoTren ante la estación de Easo, en Donostia. (Idoia Zabaleta | Foku)

Las ciudades y pueblos vascos en que funcionan líneas de Bizkaibus y EuskoTren han sentido con fuerza el impacto de la jornada de huelga convocada este martes, contra las agresiones recibidas y en demanda de más medios. Los convocantes unen ambos factores asegurando que «debido a la falta de medios humanos y la amortización de puestos de trabajo generado por las concesionarias y permitidos por las instituciones, dejan en una situación vulnerable a los trabajadores y trabajadoras cuando se dan estas agresiones».

ELA ha asegurado que el seguimiento ha sido «muy amplio» y que solo funcionan los servicios mínimos del 30% decretados por el Gobierno de Lakua. A mediodía ha habido movilizaciones en Donostia y Bilbo. Pero a primera hora también se ha realizado una manifestación en la capital vizcaina, partiendo de la sede de EiTB, que ha generado cortes de tráfico.

La huelga de 24 horas está convocada por CCOO, UGT, ELA, USO y LAB. La protesta ha alcanzado a distintos modos de transporte: autobús, tren, tranvía, funicular... Más de 2.500 trabajadores están convocados a la misma.

Media docena de agresiones en dos meses

La marcha principal, encabezada por una pancarta con el lema 'No más agresiones en el transporte público' en euskera y castellano, ha concluido junto al Palacio foral de Bizkaia.

Según ha explicado en declaraciones a los medios el presidente del comité de empresa de la concesionaria de Bizkaibus Ezkerraldea Meatzaldea Bus (EMB), Juan Carlos González, la jornada de huelga ha logrado un seguimiento «del 100%», con el cumplimiento de los servicios mínimos establecidos, y se produce ante el aumento de «la agresividad y la violencia» que sufren los trabajadores de todo el transporte público.

En función de los datos que ha aportado, en lo que va de año ya se han contabilizado media docena de agresiones y en 2023 se produjeron una veintena, mientras que antes de la pandemia se registraba «algún caso aislado».

Según ha explicado, los trabajadores sufren «muchísimas amenazas», algo que genera en los trabajadores «un miedo porque ese viajero vuelve mañana, pasado, etcétera», y las agresiones verbales han aumentado «infinitamente».

Asimismo, ha destacado que, mientras antes podía haber horarios «más conflictivos» como los nocturnos o los cercanos a discotecas, «hoy en día, a cualquier hora del día», se producen. Así, ha explicado que una compañera «quedó inconsciente en Plaza Moyua de Bilbao» y otro trabajador fue agredido «a las tres de la tarde entre Máximo Aguirre y Moyua, en una línea muy normal», en ambos casos en el centro de la capital vizcaína.

«La agresividad ya se ha extrapolado a unos niveles que no los vemos normales y hay que frenarlos como sea», ha señalado el representante de los trabajadores, que ha lamentado también la actitud de los viajeros que se quedan «parados», algo que «antes tampoco sucedía». De este modo, ha señalado que, en la agresión en Moyua, «había un montón de viajeros y nadie hizo nada».

Los trabajadores consideran que «no es de recibo que a día de hoy se esté normalizando esta situación de agresiones, como que cualquiera puede subir, agredir y aquí no ha pasado nada», y se empiezan a «sentir inseguros a la hora de acudir a su puesto de trabajo», por lo que, en palabras del representante de CCOO, hay que «poner remedio de alguna manera» a la situación que se vive.

En el caso de Bizkaibus, la Diputación de Bizkaia ya ha anunciado la creación de una comisión de trabajo, que reunirá a sindicatos, empresas concesionarias y la propia institución foral, para «buscar las soluciones más propicias» y que se celebrará tras la Semana Santa.

Medidas «reales»

Los trabajadores reclaman medidas de seguridad «reales» a las empresas que prestan el servicio y a la Diputación de Bizkaia que se implique para buscar soluciones a la situación.

Entre ellas, ha explicado González, la instalación de mamparas porque, aunque es «lo último» que les gustaría porque «impide la cercanía» con los usuarios, «da mucho temor que para cuando se quiere reaccionar es tarde».

También demandan que «funcionen los pisones», con los que se alerta de situaciones de riesgo, y que «la reacción sea inmediata».

Así, los representantes de los trabajadores ven preciso «involucrar» a Ertzaintza y policías municipales porque «la seguridad tiene que estar mucho más ampliada, no sólo con ese pisón, que pueda fallar o no, sino que haya un centro de control para que, ante cualquier tipo de situación, la reacción sea inmediata».

Tras advertir de que no solo existe «riesgo físico para el propio trabajador y trabajadora, sino que van todos los viajeros que en ese momento van en el autobús», González ha incidido en que «sobre todo» hace falta «una concienciación a la sociedad de que hay que tener un respeto por todas las partes», una situación necesaria no solo en el transporte público, sino que «se extrapola a todo».

Por el momento, los sindicatos de Bizkaibus no tienen previstas nuevas movilizaciones a la espera del «movimiento por parte de Diputación» y ver «si esas medidas son reales y son efectivas».