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Japón necesita mucha más inmigración laboral de la que logra atraer

Japón, un país tradicionalmente reacio a la inmigración, necesita cada vez más mano de obra extranjera para atajar sus problemas demográficos y está dando pasos para aumentar la llegada de trabajadores foráneos, en una carrera amenazada por la competencia de naciones vecinas.

El déficit de inmigración lastra la economía japonesa.
El déficit de inmigración lastra la economía japonesa. (Kazuhiro Nogi | AFP)

Japón ha visto incrementado el número de trabajadores extranjeros de forma sostenida en los últimos años hasta alcanzar niveles inéditos, una tendencia que previsiblemente se mantendrá en el futuro. Pero queda muy lejos de las necesidades con que cuenta.

El país asiático, uno de los más envejecidos del mundo, carece de mano de obra autóctona sobre todo para empleos no cualificados, pero también para aquellos que requieren habilidades superiores, un lastre ante el cual los expertos consideran que es necesario un mayor aperturismo migratorio.

El director del Centro para el Intercambio Internacional de Japón (JCIE), un «think tank» para las relaciones del país y la diversidad de su sociedad, Toshihiro Menju, dijo a EFE que para que Japón logre atraer la inmigración que necesita debe «renovar ampliamente su forma de reclutar y la postura de aceptar a los inmigrantes».

Condiciones estrictas ante inmigración necesaria

Japón superó por primera vez en enero el umbral de los dos millones de asalariados extranjeros y su siguiente meta es contabilizar 820.000 trabajadores cualificados en los próximos cinco años, más del doble del anterior cupo establecido.

Menju considera «ambicioso» el objetivo si Japón no cambia «su postura actual», pues las condiciones del país para los solicitantes de visados de trabajo son aún muy estrictas.

Sin embargo, cree que el ritmo al que crece la inmigración de Japón marca una tendencia que le posibilitaría acercarse a los 10 millones de extranjeros para el año 2040.

A los severos requisitos solicitados a los inmigrantes se suman la competencia de países de la región Asia-Pacífico como Corea del Sur o Australia, que ofrecen mejores condiciones laborales, y la debilidad del yen, que topó recientemente con sus niveles más bajos desde 1990, conjunto de factores que impiden a Japón cumplir sus objetivos en materia de inmigración.

De hecho, el programa nacional para trabajadores extranjeros cualificados, puesto en marcha en 2019, contemplaba originalmente una cuota máxima de 345.000 participantes, pero hasta ahora únicamente ha logrado atraer a 200.000, según cifras oficiales.

Dicho programa permite a la mano de obra foránea cubrir, entre otros, puestos relacionados con la limpieza, la construcción, la manufactura, los cuidados o la agricultura, sectores a los que el Ejecutivo nipón planteó en marzo añadir el transporte por carretera, el ferrocarril, la silvicultura y la madera.

Lejos de otros

Japón alcanzó en 2023 el récord de extranjeros viviendo en el país con 3,4 millones, lo que supone un incremento del 10,9 % respecto al año previo y alrededor del 2,7 % de la población total.

Mientras, en otras naciones desarrollados, el porcentaje de inmigrantes residentes escala a cifras considerablemente superiores entre el total de habitantes.

Entre los países integrantes de la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico​, el promedio de población extranjera ronda el 10 %. En el caso de España, la población extranjera supone el 13,15 % según datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en noviembre de 2023.

Los vietnamitas lideran en Japón el colectivo de asalariados foráneos y, a su vez, el grupo de trabajadores considerados «low-skilled» o poco cualificados, mientras que puestos que demandan capacidades superiores los ocupan principalmente chinos y surcoreanos.

Según Menju, de ahora en adelante está previsto que aumente en el país la presencia de personal procedente del oeste y el sur de Asia.

Cautela en las políticas de inmigración

A juicio del director del Centro para el Intercambio Internacional de Japón, el Ejecutivo nipón toma medidas en políticas de inmigración, pero estas no siempre son comunicadas abiertamente.

El gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) viene incrementando las cuotas permitidas para la entrada de trabajadores foráneos para sectores específicos, pero la postura pública de la formación en relación con la inmigración es muy conservadora.

«El Gobierno no quiere mostrar que toma medidas en política de inmigración porque tiene en cuenta a la parte conservadora de los políticos y de la sociedad», aclaró Menju, que considera que la seguridad del país y la curiosidad que despiertan el manga y el 'anime' son los principales atractivos de Japón a la hora de captar talento extranjero.