Seis apuntes para un cambio de época
Será el Parlamento con las mayorías soberanista y progresista articulables más grandes de la historia. Dos mandatos que tienen a EH Bildu como principal fuerza tractora. Había quien se esperaba más, pero, ¿quién pensaba hace un año que disputarle unas elecciones al PNV era posible?
Empate a 27. Es difícil tomar la medida real al cambio operado en el escenario político de este país en pocos años. A continuación, algunos apuntes preliminares sobre unas elecciones que marcan un antes y un después.
Perspectiva y contexto ¿Quién pensaba hace medio año, o hace media vida, que la izquierda soberanista iba a disputar unas elecciones al PNV de tú a tú? ¿En qué momento imaginaron que EH Bildu iba a sacar 340.000 votos? El mapa político de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa cambió ayer de forma definitiva. Bienvenidas a una nueva época, bienvenidos a la nueva normalidad.
Participación Se quedó en un 62,5%. Se recupera del golpe de la pandemia, pero no del sopor de 12 años de Iñigo Urkullu. Pese a ser las elecciones más competidas en un cuarto de siglo, casi cuatro de cada diez votantes siguen desconectados de las elecciones. No es un buen dato si de lo que se trata es de trasladar a las instituciones los mandatos y deseos del conjunto de la ciudadanía.
La participación también deja otro titular más: el discurso del miedo a EH Bildu ha podido activar cierto voto jeltzale que amenazaba con quedarse en casa, pero no ha movilizado a masas asustadas.
Mandatos Nunca los partidos soberanistas habían sumado tantos escaños en el Parlamento de Gasteiz. Serán 54. Y hacía más de tres décadas que no se contaban tantos parlamentarios progresistas en diverso grado. Serán 40 y, a diferencia de 1986 y 1990, ahora estas pertenecen a partidos que ya saben qué es negociar y pactar. Los mandatos son claros y la fuerza tractora en ambos es el auge de EH Bildu.
¿Todos contentos? El alivio que ayer se intuía en Sabin Etxea da, sobre todo, la medida del temor que anidaba en la dirigencia jeltzale. Resisten mejor de lo que auguraban muchas encuestas, pero pierden cuatro escaños y cuatro puntos porcentuales. Y, sobre todo, tienen un adversario que se acaba de poner a su altura. Pese a la victoria, al PNV no le faltan razones para la preocupación.
39 escaños Buena parte del alivio de Andoni Ortuzar e Imanol Pradales tiene que ver con la mayoría que siguen manteniendo junto al PSE, segundo triunfador de la noche detrás de EH Bildu. De hecho, esa mayoría se mantiene gracias al desempeño de los de Eneko Andueza, que reclamarán la correspondiente subida en su cuota. La convivencia en el futuro Consejo de Gobierno no será la más fácil.
50.000 votos a la basura Sumar saca el parlamentario de la honrilla en Araba y Elkarrekin Podemos desaparece del mapa. Los 39 de la actual coalición de Gobierno no se explican sin esta realidad. Sin una izquierda confederal que le dispute parte del electorado al PSE es muy difícil impedir esa mayoría. Descontados los votos de Sumar en Araba, cerca de 50.000 votos a las dos fuerzas de la izquierda confederal han ido directamente a la basura por haber acudido en dos candidaturas separadas.