Barrios céntricos de Iruñea como los Ensanches tienen hasta nueve veces más noches tropicales que otros del extrarradio como Sanduzelai o Arrotxapea, según se ha puesto de relieve en el Congreso Nacional de Parques y Jardines Públicos que se celebra en Iruñea bajo el lema ‘Soluciones basadas en la naturaleza: una apuesta de futuro’.
Así lo ha comentado a Efe Marta Torres, técnica de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Iruñea; en 2022 hubo barrios de la periferia que tuvieron dos noches tropicales -temperatura mínima superior a 20 grados, mientras que en los Ensanches se llegó a los 18.
Según un estudio del Ayuntamiento de Iruñea y la Universidad Pública de Nafarroa, las diferencias máximas para los valores promedios entre barrios de Iruñea se sitúan en torno a los cuatro grados.
Durante las horas de día, esas diferencias disminuyen e incluso hay momentos en los que coinciden. En los meses de verano, como consecuencia de la mayor radiación solar recibida, se aprecia una tendencia hacia un mayor salto térmico entre las distintas horas del día que en los meses de invierno.
Los valores máximos se concentran en la zona norte de Iruñea y en los dos Ensanches. En Sanduzelai, la diferencia está asociada a temperaturas bajas y en los Ensanches, asociada a temperaturas altas.
Para el periodo de tiempo en el que se han recogido datos, se puede identificar que Arrosadia tiene mayores problemas de temperatura nocturna que los Ensanches. Con menos datos, también parece que Arrotxapea estaría mejor que los Ensanches y que Donibane estaría mejor que Arrotxapea y la Milagrosa.
De esta forma, ha señalado Torres, «si tú vives en un sitio o en otro, tu salud, tu calidad de vida es diferente por cómo está diseñada la ciudad». En este caso, la noche tropical está propiciada «por el calor que sube del asfalto durante la noche, que no se refresca de madrugada», lo que hace que en ocasiones no se baje de los 25 grados.
Falta de espacios permeables y sombras
El problema,ha indicado, es «la falta de espacios permeables que evaporen agua y la vegetación, la sombra que permita que la ciudad no se cargue de energía durante todo el día y la expulse durante la noche. Ese es uno de los retos» de la planificación urbana.
Los edificios ya están construidos y no son de propiedad municipal, por lo que «la vía pública es lo que tenemos, la única oportunidad de intervención, las fachadas, los patios de manzana...».
Sobre estos últimos, ha subrayado que, aunque en su mayoría son de propiedad privada, son también «grandes oportunidades» de actuación en este ámbito. «Es una oportunidad que todavía yo creo que está sin explorar», ha dicho.
En ese sentido, ha declarado que es fundamental que la ciudad se adapte al cambio climático «por los beneficios que va a aportar a las personas» y las llamadas «soluciones basadas en la naturaleza’» son «una de las herramientas que van a permitir mitigar ese efecto isla de calor que tenemos en las ciudades».