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Israel intensifica la operación contra Rafah antes del nuevo fallo de la CIJ

El Ejército israelí intensificó el asalto a Rafah, de donde ha hecho huir a casi un millón de personas, horas antes de que la Corte Internacional de Justicia emita un fallo en el que Israel teme que pueda ordenar medidas más contundentes que las aprobadas hasta ahora.

Identificación de fallecidos en un bombardeo en Deir Balah.
Identificación de fallecidos en un bombardeo en Deir Balah. (Bashar TALEB | AFP)

«Esta acción seguirá y seguirá, más fuerzas terrestres, más fuerzas aéreas, y alcanzaremos nuestros objetivos», confirmó el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sobre el asalto a la ciudad de Rafah mientras recorría la costa de Gaza para inspeccionar las capacidades de la Marina israelí.

Las tropas israelíes avanzaron ayer aún más al interior de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, mientras mantienen los ataques aéreos sobre casi todo el enclave. Ninguna presión exterior ni las manifestaciones que en Israel reclaman que negocie la liberación de los rehenes frenan la escalada del horror que extiende el Gobierno de Benjamin Netanyahu.

Por ello, parece poco probable que la resolución de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que se espera hoy, haga variar el rumbo de la destrucción. El tribunal comunicará si ordena las disposiciones cautelares adicionales solicitadas por Sudáfrica contra Israel, lo que incluye una retirada inmediata y el cese de su ofensiva militar sobre Rafah, entre otras medidas solicitadas para evitar un genocidio contra los palestinos de Gaza.

Pretoria denunció que la impunidad institucionalizada de Israel está permitiendo la aniquilación de los palestinos de Gaza, con la ofensiva en Rafah como fase final de esa destrucción y pidió que la Corte exija «de forma claramente explícita» el cese de sus actividades militares en la Franja.

Aunque el 26 de enero la CIJ concluyó que era «plausible» el riesgo de genocidio contra los palestinos de Gaza, se limitó a pedir a Israel pasos «inmediatos y efectivos» que impidan ese crimen, no exigió un alto el fuego.

En marzo sí exigió a Israel evitar que su Ejército cometa actos de genocidio o «impida mediante cualquier acción, la entrega de asistencia humanitaria urgente», pero el 10 de mayo, Sudáfrica volvió a recurrir a la CIJ al estimar que la ofensiva de Rafah supone un cambio adicional.

Altos cargos israelíes expresaron su preocupación por que el tribunal adopte una postura más dura en el fallo de hoy y pueda exponer a Israel a sanciones internacionales, según el diario israelí “Haaretz”.

Sin embargo, hasta ahora ninguna presión ha frenado a los tanques israelíes. De hecho, el Gobierno sionista no se cansa de repetir que «ningún poder en la Tierra impedirá que Israel proteja a sus ciudadanos y persiga a Hamas en Gaza» y, antes de la resolución de la CIJ, intensificó los ataques en Rafah, donde se produjeron combates cuerpo a cuerpo.

La incursión militar israelí ha dividido en tres la ciudad: el este, convertido en una zona de guerra; un área central transformada en una ciudad fantasma; y la parte oeste, donde la gente está hacinada frente al mar en condiciones deplorables, según el Consejo Noruego de Refugiados (CNR), presente en el terreno.

El CNR recordó que la mayor parte de esta población ya se ha desplazado siete u ocho veces antes, «y ahora no tiene más remedio que confiar en las llamadas ‘zonas humanitarias seguras’ designadas por las mismas fuerzas que han matado a sus familiares y destruido sus hogares».

Denunció, igualmente, el bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria por el paso fronterizo de Rafah, con más de 2.000 camiones esperando para llevar medicinas, tiendas de campaña, reservas de agua, compresas y otros productos básicos que la población gazatí necesita para sobrevivir.

Cuando comenzó el asalto  el pasado 6 de mayo, allí se refugiaban más de 1,4 millones de desplazados, a los que se ordenó de nuevo evacuar sin un lugar seguro al que ir.

Casi un millón ha huido de Rafah

Según Israel, desde entonces unos 950.000 gazatíes han huido de Rafah y se han desplazado a Jan Yunis, que ya había quedado devastada tras cinco meses de combates, o al inhóspito «refugio» de Al-Mawasi, una zona costera a la que se calcula que han llegado 800.000 palestinos, que viven hacinadas en la playa sin agua potable o saneamiento.

Mujeres palestinas lloran por la muerte de familiares en un bombardeo israelí. (Bashar TALEB | AFP)

 

El Ejército israelí ataca también con intensidad Yabalia,  en el norte, cuyo campo de refugiados mantiene asediado desde hace más de una semana. En el centro del enclave,  los combates no han cesado en más de cinco meses y el miércoles comenzó una incursión en Beit Hanoun, en el extremo noreste, que continuaba ayer y en la que murieron tres soldados israelíes, con lo que el número de bajas en sus filas desde el inicio de la invasión de la Franja asciende a 286.

Los muertos gazatíes ya superan los 45.000, con 35.700 cuerpos recuperados –más del 70%, mujeres y niños–.

Ayer, al menos veintiséis personas más, entre ellas 15 niños, se sumaron a la lista de víctimas mortales en dos ataques aéreos que alcanzaron una mezquita y una escuela, lugares donde los palestinos suelen buscar refugio. En 24 horas se registraron al menos 91 muertes más en Gaza.

En el hospital Al-Awda de Yabalia, 14 trabajadores continuaban en el centro sitiado por cuarto día consecutivo tras negarse a evacuarlo ante la falta de ambulancias para once pacientes, entre ellos dos niños y dos mujeres que han dado a luz recientemente por cesárea. Las tropas sionistas, que lo han rodeado con tanques, obligaron a salir a 140 pacientes, acompañantes y personal médico. Cuando el Ejército israelí cercó este hospital durante 18 días en diciembre, mató a tres médicos y otros 12 resultaron heridos.  Si el cerco continúa, denunciaron, el centro solo dispone de combustible para unos tres días y suministros médicos para diez días más.

Poco después, Médicos Sin Fronteras confirmaba el cierre de un centro que suponía «un salvavidas para la gente del norte de Gaza».

«Graves consecuencias»

Israel también lanza su ofensiva diplomática contra cualquier gesto de apoyo a Palestina. El director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jacob Blitstein, advirtió ayer de «graves consecuencias» a los embajadores del Estado español, Irlanda y Noruega, al día siguiente de que anunciarán su decisión de reconocer el Estado palestino, que formalizarán el 28 de mayo.

«La decisión retorcida de sus Gobiernos es una recompensa para Hamas y Hamas les felicita por ello», afirmó Blitstein. A los tres embajadores europeos les mostraron un vídeo hecho público ayer que muestra cómo los milicianos de Hamas entraron en una base militar de observación en Nahal Oz, cerca de la Franja de Gaza, de la que se llevaron a varias soldados. Hamas denunció ayer la manipulación en la edición y el audio de este vídeo.

El reconocimiento supone un nuevo revés para Israel después de que el fiscal del Tribunal Penal Internacional (TPI), Karim Khan, solicitara órdenes de arresto contra Netanyahu por presuntos «crímenes contra la humanidad», y al que puede añadirse la resolución de hoy de la CIJ.  

Hungría
Hungría adelantó que no acatará una hipotética orden de detención del TPI contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por crímenes de guerra,  tal y como propuso esta semana el fiscal jefe de la corte, Karim Khan.

Eje de resistencia
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, el general Hossein Salami, se reunió en Teherán, donde asistieron al funeral del presidente de Irán, con líderes de Hamas, Hizbulah y los huthíes de Yemen para tratar el conflicto en Gaza.    

Negociación
El Gabinete de Guerra aprobó la vuelta a la mesa de negociaciones «para obtener la devolución de los rehenes», aunque la Inteligencia egipcia considera que Israel sigue lejos de una postura que permita un alto el fuego.

 

 

Tortura basatiak, Negev-eko «Guantanamon»


Gazan atxilotutakoen tortura-salaketak direla eta, giza eskubideen aldeko hainbat talde israeldarrek Sde Teiman base militarreko atxilotze-zentroa ixteko eskatu zioten, atzo, Justizia Auzitegi Nagusiari. Izan ere, kartzela hau Guantanamo bezalako legez kanpoko espetxe ankerra bihurtu da Negev basamortuan, Gazatik 25 kilometrora. Behin-behineko espetxe moduko bat da, kasu askotan atxilotuen kontrako salaketarik ez dagoela.

Eskaera horretan abusu fisiko eta psikiko imajinaezinen berri ematen dute. Esate baterako, atxilotuei anestesiarik gabe kirurgiak egiten dizkietela eta egunetan jarrera mingarrian edukitzen dituztela. Kasu batean gutxienez eskuburdinekin lotuta luzaroan izan zuten preso bat, besoa anputatu behar izateraino. Gainera, begiak denbora luzez estalita, jantzirik gabe –bakarrik pixoihaletan– dauzkate, kaioletan sartuta, eta kolpeak eta abusuak jasaten dituzte. Sde Teimango espetxean izan diren bi salatzaile israeldarrek eta atxikita zegoen mediku palestinar batek ezagutarazi zituzten “Guantanamo” honetako baldintza lazgarriak. «Gehienek gerrako zauri nabariak zituztela zirudien; batzuek anputazioak jasan dituzte eta beste batzuek kirurgia abdominal edo toraziko garrantzitsuak jasan dituzte», salatu zuten. CNNren txosten batek ere atxilotuen aurkako abusuak zehazten zituen, kolpeak, muturreko zigor fisikoak eta arduragabekeria medikoak, besteak beste.

“The Guardian” egunkariak plazaratu duenez, 200 palestinar daude konfinatuta kaiola horietan eta ondoan dagoen ospitale batean dozenaka paziente oheetara eskuburdinez lotuta daude, askotan analgesikorik gabe.

Ordu luzez zutik edo belaunikoz egotera behartuta daude. Ezin omen dute burua mugitu, ezta hitz egin ere. Norbaitek hitz egiten badu edo mugitzen bada, berehala isilarazten dute borrekin kolpekatuz.
 Israelgo agintarien arabera, apirilaren hasieran 849 pertsona zeuden zaintzapean, «legez kanpoko  borrokalari» gisa sailkatuta.