Mohammed Mustafa Salha, director en funciones del hospital Al-Awda

Seguir atendiendo a los enfermos en el hospital Al-Awda pese al asedio israelí

Mohammed Mustafa Salha, director del hospital Al-Awda, en el norte de Gaza, relata las condiciones en las que tienen que trabajar debido a la agresión israelí. El día 13 MSF anunció el cierre del hospital, pero hay médicos que siguen atendiendo a los pacientes.

Ataque israelí el 13 de mayo en el campo de refugiados de Jabaliyah, en el que se ubica el hospital Al-Awda.
Ataque israelí el 13 de mayo en el campo de refugiados de Jabaliyah, en el que se ubica el hospital Al-Awda. (Abdul Rahma SALAMA | CONTACTO-EUROPA PRESS)

Por sexto día consecutivo [el viernes], el hospital Al-Awda del norte de Gaza está bajo asedio. El miércoles a las tres de la tarde, las fuerzas de ocupación israelíes evacuaron al personal médico y a los acompañantes del hospital Al-Awda.

Rechazamos evacuar a los pacientes y a los heridos debido a sus malas condiciones de salud. Necesitan ser transportados en ambulancia y no hay hospitales en el norte de Gaza, a excepción de Al-Awda. El hospital atiende a los pacientes y heridos que están en sus instalaciones. Nadie puede llegar al hospital debido al asedio que sufre, lo que afecta a las vidas de muchos heridos en el norte de Gaza. Se sabe que el 70% de los heridos necesita cirugía ortopédica y somos los únicos que podemos ofrecerla en Gaza después de que se levantara el último asedio que sufrió el hospital el pasado diciembre. Cuando los pacientes vienen para ser atendidos, los doctores se encuentran con que sus heridas están infectadas.

Tenemos carencia de combustible. Trabajamos con un pequeño generador y durante unas pocas horas podemos cargar las baterías para iluminarnos y hacer que funcionen algunos aparatos. Anteriormente, las fuerzas de ocupación tomaron como objetivo la planta desalinizadora del hospital, por lo que no tenemos agua potable y tenemos que beber la que no es potable, lo que afecta a la salud de los pacientes y del personal médico. Además, tenemos una carencia brutal de medicinas, material médico y comida.

Mis heroicos camaradas, que lo habéis dejado todo, que insistís es permanecer junto a los pacientes a pesar de que sabéis lo peligroso que es permanecer bajo un asedio, beso vuestras manos, beso vuestras frentes, beso la tierra que pisáis. ¡Cómo alcé la cabeza cuando escuché que todos queríais quedaros en el hospital conmigo y que dabáis vuestras vidas por los pacientes y el hospital! Sentí que la bondad estaba todavía entre nosotros a pesar del sufrimiento, la pérdida, la devastación, la destrucción, la opresión y el asedio.

¡Que la bondad continúe en vuestros corazones, amigos!